lunes, 22 de febrero de 2010

MY LIFE AWAITS

Llegó el momento. Se acabó el calvario de amargura. Se terminó la dependencia incondicional y la soledad selectiva. Vuelvo a la carretera con más ganas que nunca. Cogiendo el volante firme pero seguro me voy incorporando a esa autopista hacia cualquier lugar mejor que no tenga paradas intermedias tempranas que entorpezcan mi camino. Directo a mi nueva estación llamada felicidad; esa de la que todos hablan y que tan pocas veces he conocido. Esta vez con cientos de corazonadas.
Nunca pensé que echaría tanto de menos el rocío de la madrugada o el color de la noche. Conducir escuchando música dentro del coche, quedar en un bar y pasarme horas muertas hablando de boberías. Jugar un partido de tenis mientras me creo alguien importante, pasear por la playa aunque llueva a cántaros. Gritar que soy libre de una vez, que nadie más hará quedarme en una cama más tiempo que el que duran mis cortas noches y horas de sueño.
Valorando ahora lo que tengo mucho más que antaño, porque aquí se está de prestado. Los segundos que corren son igual de valiosos que cualquier vida de celebridad y he aprendido a saborear cada uno de ellos. El dinero en el banco para nada sirve si llega el día en el que no podemos decir que hemos hecho lo posible por disfrutar, que nunca hemos visitado París o Londres, o que no se sabe qué se siente al tener la brisa en la cara en la cubierta de un barco.
Las cosas maravillosas del mundo hay que verlas, visitarlas, saborearlas, abrazarlas con la memoria, con los ojos, con las manos. Lo bonito se besa, se acaricia y no aparece en las películas ni en los documentales. Esas cosas se ven en directo, cara a cara, y no desde una cama o una ventana. Respirar aire puro, el verde de los árboles, la naturaleza en su esplendor. Otras culturas, otros idiomas, otras personas. Relacionarse, interactuar, hablar con las manos.
Lo gratuito también cuenta. El frío de las montañas, el sol de la playa, la clorofila de las plantas, el marrón de las hojas. Las estaciones que nos visitan, el cielo que nos arropa. La vida es mucho más que pensar si algún día me casaré, o ésta es la casa que quiero tener. Lo que estos ojos han visto no tiene precio y no los cambiaría por todo el dinero del mundo, porque igual mañana no vuelvo a estar aquí, escribiendo frente a esta pantalla. Lo que hoy, y más que nunca hoy tengo claro, es que las barreras las pone uno mismo y querer es poder. Y yo, hoy y siempre, querré vivir en libertad.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE