miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA ETERNA DEMENTIEVA

Todavía recuerdo cómo comenzó mi pasión por el tenis. Aquel niño que se quedaba embobado viendo cómo la pelota pasaba de un lado a otro de la pista. Fue realmente progresivo porque hasta que no tuve una cierta edad no me metí de lleno a ver los partidos y fue tiempo después que empecé a practicarlo. Sin embargo, de ti me enamoré en Sydney, una de las ciudades que más alegrías te ha dado. Aquella chica de 19 años que corría como un demonio y nunca daba una bola por perdida. Podía respirar el amor que sentías por el tenis. No había dinero detrás, ni ansias de ganar, había placer por el deporte. Siempre he sido un flipado de los juegos olímpicos y a partir de aquellos decidí conocerte un poco más. Batiendo a las mejores del mundo llegaste a la final y aunque no pudo ser, la medalla de plata fue tuya.
Imagino qu
e en el otro lado de mi espejo nadie podrá comprender por qué tanta admiración por alguien que no se conoce, pero ni yo mismo lo podría explicar. Es cierto que soy una persona apasionada en exceso, que lo que me gusta es de verdad y suele ser para siempre y soy fiel a más no poder. Algunos me llaman friki, pero nunca me ha importado. Yo seguía como un idiota viendo a esa chica rubia corriendo como loca detrás de aquella pelota. Elena Dementieva de Rusia, la primera rusa en entrar en el top 10 para quedarse, la primera finalista en olimpiadas, la primera en una serie de logros que ya nadie podrá romper.
Contigo he sufrido decenas de derrotas, algunas muy duras, otras muy injustas, inmerecidas, otras por despiste, pero yo
seguía esperando al siguiente torneo. Aquella vez en 2004 cuando perdiste la final de Roland Garros, tu torneo favorito. Luego la final perdida en US Open. Me dolieron casi tanto como a ti, pero para ganar un torneo hay que llegar a la final y allí estabas tú, victoriosa después de seis duros partidos. Diez años entre las diez primeras del mundo es algo difícil de igualar. Te ganaste el nombre de la Eterna Dementieva a pulso porque siempre estabas ahí, fuerte y libre de lesiones, dando lo mejor de ti y demostrando que el tenis es el deporte más bonito del mundo.
La tenista rusa que más partidos ha ganado en la copa federación. Le diste la victoria a tu país en más de una ocasión y nunca promoviste tu físico antes que tu tenis, y en eso nadie te superará. Eras
la promotora por excelencia para que el deporte llegase a cada rincón del planeta. Fuiste partícipe del mejor partido femenino de la historia en hierba contra Serena, que injustamente se llevó la victoria. Creo que he llorado más por ti que por algunos de mis ex-amantes. Igual que las derrotas fueron amargas y duras, sufridas en silencio porque nadie me comprendía, las victorias fueron cada vez más dulces. Nunca creí que yo pudiera llorar de alegría, pero me demostraste que sí. Aquella final de las olimpiadas de Pekín en 2008 fue uno de los momentos más felices de mi vida. Estabas neurótica, intentando controlar tus nervios y corriendo para llegar a cada esquina de la cancha. Sin duda la tenista más rápida de la historia que se plantaba en cada línea con sus largas piernas.
Aquella
noche previa a la final no pude dormir, esperando que salieras vestida de blanco y azul con el nombre de tu país a la espalda. Sufrí casi tanto como tú, pero después de aquella derecha ganadora no me lo podía creer. La medalla de oro para toda una carrera digna de una reina. Casi no podía ver de todo lo que lloré, podía sentir la medalla colgada de mi cuello y ahí estabas tú, como una gelatina en un plato, sin saber qué decir, sin saber qué hacer. El momento más feliz de tu vida y podría decir que uno de los mejores de la mía. Después de tanta derrota tanto en la cancha contigo, como en mi propia vida, podía ver que no siempre hay que sentirse perdedor aunque el destino te arrebate lo que más deseas en el mundo. Solamente hay que seguir adelante y buscar un nuevo motivo para caminar, y para mí, uno de ellos eras tú.
Tampoco olvidaré lo que ocurrió el viernes pasado, llegando a casa tan rápido como pude para verte en acción en el torneo de campeonas (sólo las ocho mejores raquetas del año lo juegan) pero ya había terminado. Todo era un poco extraño porque la página web
ponía fotos tuyas por todos lados con tus mejores momentos y no entendía nada.
Cua
ndo finalmente lo descubrí, creí que era una broma. A los 29 años te retirabas del tenis profesional que tanto has amado siempre. Sin previo aviso, sin vuelta atrás, totalmente por sorpresa. Mis lágrimas empezaron a caer sin permiso y apenas podía ver. Me sentía tan ridículo, pero no podía evitarlo. A veces soy tan idiota...
Comprendo que el tenis para una mujer es más complicado que
para un hombre por el tema de tener hijos, pero no creí que te retiraras antes de los 30 como mínimo. Lo tenías decidido desde el principio de la temporada y nadie podía pararte. Uno de los secretos mejor guardados del tenis. Y yo me quedo con los brazos cruzados mirando hacia arriba. ¿Ahora por quién me levantaré a las 4 de la mañana para ver en directo? ¿Qué haré a las 12 de la noche cuando vuelvan a empezar los torneos en Oceanía? Ni una Sharapova ni una Azarenka podrán suplantar a mi eterna Dementieva. Adoraba tu técnica, tu profesionalidad, tu seriedad. Aún sigo buscando tenistas que aplaudan los buenos puntos del rival, nadie ha sido tan humana como tú jamás. Te voy a echar mucho de menos...

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE