miércoles, 23 de abril de 2014

SHUPP

Las marcas negras bajo sus ojos ya no podían esconder más las docenas de horas que ha perdido de sueño. Los fantasmas del pasado la persiguen allá donde va y apenas puede evitar las voces en su cabeza que gritan sin cesar. No debe ser sencillo ser la reina de un lugar perdido que ella no escogió para su final. Se encuentra en algún lugar en medio de Kennedy y un forzado suicidio que no da otra opción que apretar el gatillo. Antes, decide tomarse unos segundos para respirar. Fotos sucias y polvo en cajones que nadie se molestar en rebuscar. Un mechero vacío y cigarrillos a medio fumar...humo ya impregnado en sus pulmones grises que apenas puede salvar. Las golondrinas de Becquer, langostas de Dalí, personajes de Shakespeare,;un sabio Próspero, un malvado Othello...todo ya perteneciente al mundo de los vivos donde ella ya no quiere estar. Allá es el espacio en el que quiere estar, con todos aquellos débiles como ella que no supieron aprovechar sus oportunidades: Joplin, Cobain, Marley, Morrison.... o incluso los valientes que se arriesgaron hasta el final: Lorca, de Arco...tanta muerte por comentar. 

domingo, 20 de abril de 2014

LOVE & DEATH

Últimamente nado entre océanos de indecisiones que no consigo aclarar. Me debato entre siete mares que no terminan en ninguna orilla clara, y el futuro se torna si cabe más incierto que nunca. Demasiados frentes abiertos en los que perderse. Si miro hacia atrás podría encontrarme con amor y muerte a partes iguales. ¿Cuál de ellos me ha marcado más? No sabría escoger a ciencia cierta, no sería del todo objetivo. Demasiado visceral, demasiado emocional, demasiado frío a la vez...rencoroso, vengativo...un cóctel peligroso que me convierte en mi único y más peligroso enemigo.

La muerte me ha marcado desde que tengo uso de razón. Gracias a ella he aprendido que ciclos se cierran, que cada uno de nosotros tendrá el mismo final, ya sea antes o después. Recuerdo a mi vecino Iván que con menos de 12 años moría tras un disparo de su hermano en la casa de sus propios padres, lo que marcó el final de una familia, recuerdo a mis vecinos Jorge, Leli y Adrián que morían en un accidente de tráfico...este último apenas tenía un año. Los abuelos que nunca tuve porque habían muerto antes de yo nacer, mi tía que falleció cuando yo era un adolescente, mi vecina Esther, mi madre...lo que marcó un antes y un después en mi existencia, mi amigo del alma Julio, que se fue por una neumonía cuando tenía tantas cosas que decir, Gema que murió a los 15 años por las quemaduras de un incendio, Ricardo a los 18, mi tío Kiko...y otros tantos nombres y edades que me hacen acabar en sepelios imposibles e infumables, en ambientes caldeados por las lágrimas. Cementerios eternos e infinitos llenos de flores marchitas de tumbas olvidadas, ramos de flores incoloros del paso del tiempo y nombres indescifrables debido a la erosión del viento. Ahí es donde acaba la andadura de un ser humano, y donde se olvida con el paso de los años. 
Gracias a todos estos años de muertes inesperadas, de enfermedades fatales, de lágrimas forzadas yo ya no le temo a la muerte. Ni ahora ni cuando intentó llevarse a mi padre con un cáncer, ni cuando una vidente dijo que todo saldría bien. Ahora ni la espero, ni la respeto. Que venga las veces que quiera, que aunque sé que tiene que hacer su trabajo yo me encargaré de tentar a la suerte y retar al destino para que vuelva a perder una vez más. Y si al final he de perder...no será por no haber luchado con todas las armas que encuentre.

El amor...que me ha llevado por precipicios imposibles, por arenales infinitos, por sentimientos indescifrables. El amor que todo lo puede me ha roto el corazón varias veces y me ha obligado a mí a hacerlo otras tanta más. Es gracioso que solamente recordemos lo bonito del amor, cuando siempre los finales son más crudos y duros que cualquier otra prueba que nos ponga el destino. Las recuperaciones de un desamor pueden tardar años e incluso no llegar a separarse jamás. El amor vino a mí a los 16-17 años y me duró varios años más con una chica que a día de hoy sigue siendo mi confidente. Sufrí por ella, pero está todo tan lejano que no recuerdo el dolor. Luego todo se trastocó y aparecieron nuevos amores, esta vez hombres que me marcarían de formas impredecibles. Infidelidades con mejores amigos, robos de parejas descaradamente, puñaladas sin piedad... Todo ello adornado de regalos, de besos, de abrazos sinceros, forzados o fingidos (nunca supe diferenciarlos), de declaraciones de amor inventadas, copiadas de libros de texto, robadas de relaciones anteriores. Ex parejas que se convirtieron en gigolós, en don Juanes, en conquistadores que poco a poco labraban caminos paralelos con otros corazones. Yo, muchas veces...el idiota de turno que esperaba y no veía más allá de sus palabras. 
El amor también me trajo historias preciosas, momentos grabados a fuego en mi vida, me llevó al límite y me enseñó que hasta mi lado más gruñón puede ser adorable. El amor me mostró mis imperfecciones y me enseñó a aceptarlas para que otros las adorasen. El amor ha estado presente de muchas formas en mi vida y me ha roto esquemas que llevaba años fabricando. Así de impertinente es el amor, que todo lo puede y a todos nos vence. El corazón se ha convertido en un mero medio burocrático de afianzar lo que el amor quiere decir y yo no me atrevo a pronunciar. No juzgaré sus decisiones, pero muchas veces, el amor...también se equivoca.

Ambos sustantivos han marcado mi vida de muchas maneras. Amor y Muerte se entrelazan para convertirnos en títeres del universo que mueven con sus hilos tan solo con pensarlo. Nosotros, meras marionetas incapaces de controlar los impulsos del cuerpo o caemos a sus pies o llegamos a nuestro final. ¿Qué hacer ante estos casos? Llorar, es el arma más absurda y ridícula que existe, pero así es el ser humano...que llora cuando las cosas no van bien, cuando algo duele, cuando no vemos solución. Yo, mientras tanto...seguiré deshaciéndome de la toxicidad del amor, de sus caprichos incansables y de sus ansias de verme caer una vez más. A ver si en algún momento de la vida, yo mismo, con mi propia voluntad...lo consigo doblegar. 

AMORAM-MORTIS

Algún artista subido al escenario dijo no hace mucho que las dos cosas más importantes de la vida son el amor y la muerte. No le di demasiada importancia al principio, pero me llevé el pensamiento a casa y mientras jodía el coco nuevamente me di cuenta de lo cierto que era todo... Este hombre que está frente al espejo tiene las arrugas y facciones que dos palabras le han obligado a tener. Estas palabras no son otras que "amor" y "muerte", ambas han marcado su existencia desde hace ya varios lustros, o más tiempo del que ha querido recordar. Es por eso que hoy sudo amor y lloro muerte, o lloro amor y sudo muerte... en ocasiones no varía mucho la mezcla y mucho menos el resultado. 

El amor, ese sentimiento que vaga por nuestro interior, que es más fuerte que tú, más fuerte que yo, más fuerte que cualquier otra persona de carne y hueso que conozco. El amor, que incluso perdiendo batallas o guerras nos hace ser vencedor, que aparece y arrasa haciéndonos tragar palabras que no hubiéramos pronunciado de no ser obligados por su fuerza y calor. ¿Quién no ha sentido el amor? Igual no existe el amor, pero ese algo que a todos nos roza, nos llega y nos emociona es lo que creemos que significa. A cada uno nos viene de diversas formas. Nos rompe el corazón, nos hace palpitar mucho más fuerte, nos trae "mariposas" al estómago, nos da felicidad temporal, nos hace reír o llorar, nos cambia la vida. 
Al igual que el amor lo puede todo...también podemos morir de amor o amar hasta la muerte, y es aquí donde unimos esas dos cosas tan importantes en nuestras vidas. En una pelea entre el amor y la muerte...¿quién vence? O mejor aún, ¿qué es el aire que se respira? ¿Dónde van a reunirse para el combate? Todo es tan efímero. El amor tiene mucho poder y mueve masas, la muerte destruye todo a su paso. ¿Cómo vencer así?

La muerte, que tiñe de negro los caminos, que marca vidas hasta el punto de acabar con ellas. La muerte no conoce derrota, no sabe perder y el secreto de su éxito es la piedad. Sin piedad se avanza por los caminos más sucios y por los recovecos más oscuros. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez sumido en el más vacío de los silencios? Es allí donde la muerte aguarda y toma sus decisiones sobre cada una de las vidas del ser humano. A la muerte no le interesan los colores, el amor o la felicidad. Nadie sabe si existe esa ruleta que gira para definir nuestro final o si realmente va vestida de negro y lleva una guadaña afilada que nos persigue. La muerte se acepta con resignación, se corona con flores y reina en los cementerios. El ser humano la odia, pero la honra, la decora, la embellece. Los cuerpos sin vida se convierten en leyendas, los jóvenes en seres infinitos, la formas de morir no son más que habladurías que perduran gracias al boca a boca y la prensa. Así de poderosa es la muerte, que va tramando sus víctimas sin dormir...porque si cierra los ojos alguna vida se le puede escapar...y la muerte solamente conoce finales, nunca principios. 

sábado, 12 de abril de 2014

KATOWE

A mis 30 años ya cumplidos sigo buscando a quien culpar del haberme vuelto más emocional que nunca. Circunstancias que me han traído donde hoy me encuentro, relaciones que me han llevado al límite hasta darme cuenta que hay todavía mucho porcentaje de mí mismo que no conozco. Situaciones en las que me he visto implicado que jamás creí que tendría que pasar, decisiones importantes que no creí tener que tomar. Alejar personas a la fuerza, conocer otras sin quererlo...todo tan ajeno a mi persona que ya apenas sé qué idioma hablo. 
Mientras tanto sigo leyendo esas frases y escuchando esas voces que me dicen que para ganar alguna vez primero hay que saber qué es la derrota. Y yo me pregunto cuándo vendrá mi ansiada victoria porque de derrotas tengo los bolsillos llenos. Todas esas ocasiones en las que he mordido el polvo amargo y agrio de tener algo que no se quiere o de llegar al punto de creer que la justicia no es más que una palabra inventada para que idiotas como yo podamos seguir luchando. Mis suelas, poco a poco...se van quedando desintegradas bajo mis pies, que ya han dejado de andar para echar a correr. 
El tiempo sigue pasando y sus tic-tacs ya dejaron de apresurarme a algún nuevo abismo que desconozco. Puede ya que la experiencia me indique qué caminos no he de tomar o puede ya que no exista abismo al que no haya caído y vuelto a salir lleno de dolor. Este cuerpo con cicatrices ya no me sirve de nada. Alguno lo desea y quiere encadenarlo a su vida, pero llega un momento en el que para mí no me sirve de nada porque sé que no aguantará mucho más lo que le depara el destino. Lágrimas que caen más veces de las que me gustaría y todos esos recuerdos que aún conservo...aunque no debería.
Así de visceral me trajo al mundo esa mujer que ya no sé dónde está o hacia dónde fue. Ella, que dejó a un adolescente vagando por la ciudad que la busca en los rostros de la gente. Hoy, alguien muy diferente frente al espejo, un hombre que apenas se mira antes de comenzar el día, apenas se parece a lo que ella sería. Ese hombre ya crecido aprendió a vivir a base de decisiones equivocadas y de calles sin salida. Muros imposibles de saltar y dejas que arañaban su piel al huir de ellas. ¿Dónde estaban todos? Nadie lo sabe...igual mirando desde sus butacas el espectáculo de mi vida, quizás en cualquier otra dimensión esperando el amor de su vida. 
Llevo pesos con la espalda quebrada, dibujo con la muñeca dañada, hablo con la voz rota, escribo con la mente nublada...todavía esperando poder curarme de las impertinencias del tiempo. Un poeta, un escritor, un dibujante o un profesor...profesiones que puedo ser, pero no llenan las carencias que guardo en mi interior y salen a volar cualquier noche sin preguntar. Así, y solo así me convierto en mi único enemigo; el que me conoce tanto que puede destruirme, el que me transforma en un ser de siglos pasados que no encaja en la sociedad y tiene una muerte atroz. No es otra cosa que esa muerte lo que le da la vida eterna, el reconocimiento, el valor de una persona. 
Hombres del siglo XXI como yo que intentan cambiar el planeta, seguir minorías que a nadie más interesan y buscando argumentos que de tanto que gritan, pesan. Un trueno, todo lo que se necesita para despertar, un tornado que arrastre los restos del pasado que impiden avanzar y un sol, que ilumine el camino a seguir para ser completamente feliz. Tanta receta escrita por eruditos culinarios de la vida...y tan pocos ingredientes que se puedan conseguir por un ser humano. 

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE