jueves, 22 de diciembre de 2011

MI NAVIDAD

Mi asignatura pendiente con el tiempo…la navidad. No puedo pelearla, ni borrarla, ni unirme a ella. Estoy tan cansado de verla pasar cada año, serena, tranquila, reluciente e intacta. A mí me arrebató lo único que quizás he necesitado nunca y todavía no puedo llenarlo de nada. Mis carencias que voy tapando con canciones para sentirme un poco mejor. Ocupado por fuera…desolado por dentro, devastado por dentro. La navidad pasa por mí como estalactitas de hielo enterradas en mi pecho; tardan en derretirse, pero vienen nuevas a clavarse.



El año pasado tenía alguien en casa que me arrastraba a vivirlas, a sentirlas, a contemplarlas. Tenía un motivo al menos para participar y cenar en familia, reunirme con los míos, algún regalo que abrir, un árbol reluciente en el salón. Simplemente me dejé llevar y pasaron menos dolorosas que otros años. Confieso: echo de menos una navidad como la de 2010, que hacía años que no venían así. Igual es cosa de décadas y hasta 2020 no vuelve a tocar. Este año, sin embargo, lo único que tengo es una casa vacía de cocina y dormitorio que provoca eco cada vez que hablo solo. Unas paredes heladas llenas de humedad que resecan mi garganta y un alma solitaria que no llega a integrarse del todo en este pueblo lejano y sin cobertura.


La navidad une, pero yo me alejo. Hace feliz, pero a mí me entristece. Es la época favorita de muchas personas, pero es mi desdicha. No le pido nada a la vida más que apurar un poco más estas fechas, condensarlas para que sean más cortas, más breves. No quiero ponerme una corbata para un puñado de extraños en una fiesta, no quiero fingir que las cosas me han ido bien y que soy eternamente feliz y agradecido. No quiero hacer balance de un año que me ha dejado la ruptura más dolorosa y difícil de mi vida y la operación más sufrida de toda mi historia. No quiero que el año acabe tal como fue: caótico.


¿Trabajar? ¿Salir¿ ¿Cenar? ¿Partir el año? He pensado que si este año no tomo uvas igual sale todo mejor, pero también puede salir peor. ¿Desde cuándo creo en esas tonterías? Pues no lo sé, pero no las he creído nunca y tampoco me ha ido tan bien. Estoy un poco cansado de tanta indecisión y de no saber cómo terminará el año, con quién…preguntando planes, opciones. Recibiendo caridad y esperando respuestas para saber qué hacer. Ahora me apetece dormir las navidades y que pasen pronto, pero me sentiría mal mentir cuando me pregunten qué tal las fiestas, qué me dejaron los reyes, a qué fiesta fui en fin de año y nochebuena. ¿Se podría volver atrás un año y que las navidades pasasen así de rápido? Rodeado de amigos, de familia unida, de motivaciones ajenas que contagian…sería todo tan sencillo…

MI QUERIDA ESPAÑA

España…ese país que gasta millones de euros en iluminar sus ciudades de colores en navidad, en preparar candidaturas para juegos olímpicos, en dar dinero para arte, cultura, diversión….



La misma España que derrocha millones en política, que permite que alcaldes, presidentes y jefes se guarden porcentajes en los bolsillos. Ese país en el que todos miramos hacia los lados y nos hacemos los tontos para no tener “problemas”, mientras dejamos que las injusticias nos invadan. Nos despreocupamos por los cuatro sacrificados de turno que protestan y elevan la voz por si desde algún rincón alguien se molesta en escuchar o se detiene a pensar. España, el país de los descerebrados, de los aprovechados, de los oportunistas y chaqueteros.


Millones para reconstruir la Sagrada Familia, para que la iglesia se anote unos tantos más, para que los ministros se costeen sus lujos mientras cuentan batallitas que otros tantos dan por ciertas. La retórica, la gran codiciada por humanos y extraños. La dominan y la utilizan para calumniar, engañar y estafar al pueblo español. Los que tienen un millón se añaden dos más y los que deben mil euros quedan desahuciados. Los echan de sus propias casas que llevan pagando durante décadas como si fuesen agua sucia. Terminan arrastrados por la policía (nunca corrupta, claro) en los programas de la televisión que ya nadie se molesta en ver. Siempre la misma historia: vero realidad…cambio de canal.


Vagabundos en las calles muertos de frío, enfermos y sin ayuda. Si tan sólo supieran que para encontrar la solución económica a todos sus problemas tienen que ir a la televisión a contar con quién se acuestan o a desmentir otros tantos idilios amorosos. También bastaría con mentir sobre algún personaje famoso o inventarse una buena historia. Claro, entiendo la complejidad del asunto, puesto que estamos en España: el país de los certámenes de belleza de chicas en bikini y hombres musculosos (no nos engañemos, los hay con cerebro). El país de los reality show, de las malhabladas por televisión y de los eurovisivos a tope.


España, el país de las familias sin hogar, de los millones de parados, del agujero infinito de la crisis. El país de las promesas de los candidatos políticos que finalmente nunca se cumplen. De la verborrea y la creación de puestos de trabajo que nunca se crean. El lugar en el que lo que se dice y lo que se hace dista más bien poco. El país en el que se le da la espalda a la violencia de género, los asesinos salen de prisión a los 7 años y los ladrones a los 36. España, paraíso fiscal de algunos, sentencia de muerte de otros. ¿Quién no quiere venirse a España? Tenemos visado para todos. Matrimonios de conveniencia a miles, y donde hacienda aniquila a los pobres sin descubrir las artimañas para esconder posesiones de los ricos.


Permitimos peleas de perros, de gallos, de hijos… torturamos toros hasta la muerte y alabamos a su asesino llamándolo torero. Qué envidia de país…aquí si no se mira parece que no se siente, si no se ve, no se cree y lo que nos cuentan es lo que contamos…cambiado, eso siempre. Bienvenidos a España.


España está apañada, y los que vivimos en ella sentenciados. ¿Y los que vienen detrás? ¿Las nuevas generaciones? Eso da igual…no estaremos aquí para verlo…y así es mi querida España. Vengan y enamórense todos de ella…

miércoles, 7 de diciembre de 2011

4 JAHRE...

Jamás imaginé que llegaría tan lejos en algo. Mi hijo ha cumplido ya cuatro años y no sólo camina sino que habla por sí solo. Fluyen las palabras a una velocidad vertiginosa y asciende y mejora con el paso de los meses. Sin darme cuenta he creado algo maravilloso, que para mí no tiene precio. El poeta sin rumbo se ha convertido en escritor y domina la pluma, la retórica y la prosa. Nada se me escapa y me veo preparado para iniciar una carrera en un ámbito para el que no me veía capaz años atrás. Estos cuatro años siendo padre han significado madurez, constancia, trabajo muy duro. No es sencillo escribir más de 600 entradas llenas de historias reales, ficticias, cuentos inventados, trastocados, adornados… pedazos de vida escrita en palabras, con mis palabras. No imagino mirando hacia atrás de dónde han salido tantos escritos, convertidos en poesía, en prosa, en ensayo… Aquel niño creció y se hizo mayor. Se convirtió en unos pies con arena y un tatuaje de reptil. Puto Loco Jodiendo el Coco nunca se fue y es más de lo que muchos otros blogs podrían decir. No me sirve la excusa de no tener tiempo, porque yo lo busco bajo las piedras. He vivido días de 24 horas en 30 para poder conseguirlo y mi hijo ya tiene cuatro años. Nació en diciembre…en la época de Navidad (mi menos favorita) y en el mes del aniversario de la muerte de mi madre (fatídico 15 de diciembre). Al menos el invierno trajo algo bueno (mi nacimiento y el de mi blog), aunque haya dejado de ser mi estación favorita.



4 años se escriben muy rápido, pero son imposibles de borrar. Se ha visto una evolución completa en contenido, temática, retórica, uso de recursos, cambio de inquietudes. Mi blog ha crecido y yo con él. Debo confesar que de las pocas cosas que tengo, es una de las que más orgullosas me siento. No por su éxito, que ha sido bastante discreto, sino por lo que me ha aportado. Todos esos sentimientos y heridas a llaga viva que han aflorado de mi cerebro saliendo por mis dedos. Todo ello me ha ayudado a continuar cuando apenas veía salida en el túnel. Muchos dicen que me expongo en demasía en mi blog, pero… ¿acaso es algo malo? Todos estamos expuestos a la vida desde que nacemos, y no todos somos capaces de sobrevivir. Si aparte de mí mismo puedo alegrar mínimamente el día de cualquier otra persona que conozca o no, ya el objetivo de mi blog tiene doble recompensa. Uno de los ámbitos de los que me siento más feliz en la actualidad, y de poder seguir adelante contando historias y revelando todo lo que veo desde mi lado del espejo. No llueve a gusto de todos, pero es también ahí donde me quedo. Me gustan las personas que leen con criterio y son capaces de decir: “esto no me gusta” y cerrar con el aspa que hay a la derecha de la pantalla. No escribo para agradar a nadie, no soy del tipo complaciente que piensa qué gustará y se mete a inventar. Escribo lo que sé, justo cómo me sale, y tal cual lo pienso. Puede estar más o menos adornado, pero no deja de ser mío.


Me siento preparado para escribir mi primera novela, para plantar mi primer árbol, para crear un nuevo hermano a mi hijo. No sé con quién, ni cuando, pero ya soy capaz. Podría llevarme un Planeta, un Nadal, o un Nobel de Literatura…podría no llevarlo jamás y seguir siendo feliz, pero justo ahora, a punto de cumplir los 28 años, puedo decir “I’m ready”. Igual tarde, igual demasiado pronto, pero el momento ha llegado. Sólo necesito ese espacio de tiempo que me permita iniciarme, esa inspiración que nunca me abandone y la elocuencia que ha nacido aquí dentro, en mi pecho. No significa que abandone a mi primogénito, sino que ampliaría horizontes a cualquier extremo. No sé si profesor de inglés, traductor, o si teleoperador de emergencias. No sé si intérprete de lengua de signos o guía intérprete de personas sordociegas…lo que sí sé es que soy escritor, siempre lo he sido, y hasta que pueda…lo seré. Cuatro años han cerrado un ciclo de prueba que he superado con creces, con caídas, tropiezos, zancadillas, con cuchillos a la espalda, guardados en el bolsillo, pero por ahora puedo decir que sigo de pie y escribiendo. Ya no tengo miedo a envejecer mientras queden historias por contar, personajes que inventar, lugares de ensueño que crear. Mientras tanto me escondo tras este pequeño blog que se ha convertido en algo muy grande para mí y desde aquí no sólo celebro su cumpleaños, sino que celebro el mayor regalo que jamás he dado a nadie…mi orgullo.


AQUELLA VENTANA


Suena un piano en “a” menor detrás de una historia que parece no tener final aparente. Se cierran las puertas…se abre una ventana. Existen ventanas de cualquier tamaño y parece que ésta ventana específica es demasiado grande y pesada como para sostenerla por mí mismo. No puedo mantenerla cerrada y se cuela todo tipo locuras personificadas o convertidas en palabras. Historias sin principio, sin final…que no empiezan ni terminan. Se estancan creando una herida que no van a dejar que se cierre sin gritos y sangre de por medio. Por las buenas intento cambiar, modificar la temática, buscar algún “happy ending” escondido entre tanta pesadilla. No lo hay….sencillamente es que no lo hay.

Un hombre ya de casi 28 años estancado en mordiscos de pasados, presentes y futuros no tiene la felicidad al alcance de su mano…ha de pelearse en cielo e infierno para conseguirla. Nunca nada fue tan cierto como aquel comentario: “lo que más me sorprende es todo lo que has vivido ya”, que ya no sirve de nada. Haber viajado a Rusia o Sudáfrica, llorar a mares cada año de mi vida, rupturas dolorosas, infidelidades escondidas tras falsas sonrisas, recuerdos hirientes, muertes inesperadas, trabajo forzado… ahora todo tan lejano que no parece que haya pasado por delante de mis narices. No me ha servido de nada si no soy capaz siquiera de sellar aquella ventana.
Hoy, desde aquí, confieso que no quiero conocer a nadie más. No quiero que venga otro ser humano más a angustiar lo que me queda por vivir, a decirme cosas que van a cambiar la trayectoria de mi destino. No quiero mentiras susurradas al oído, ni verdades que no se van a cumplir. No necesito de más hombres o mujeres dispuestos a ayudar. No hay más invitados a mi fiesta, ni redes sociales abiertas, ni perfiles con mi descripción a medias. No hay miradas amistosas ni palabras de agrado, al menos no saldrán de mi boca. Quiero que todo se congele, que permanezca así, justo desde donde yo pueda visualizarlo y controlarlo. Quiero coger las riendas de mi vida sin miedo a romper su cristal, en el cual ya no voy a reflejarme más.
Apenas tengo tiempo de mirar el reloj, porque eso supondría quitar respiros a mis pulmones, y en la actualidad lo necesitan. Ex parejas trastornadas, ilógicas, insensatas, inciertas… ¿acaso las necesito para algo? Que huyan, que se marchen, que me olviden, que no sientan nada…justo como yo. Los recuerdos han de permanecer empolvados en el pasado, en algún rincón de este cerebro que no me permita acceder a su base de datos. Tengo demasiadas cosas por sellar, y no entra en mis planes volver a aquellas puertas oxidadas con fechillo de titanio indestructible ya. Yo y mis guerras internas seguiremos años batallando por permanecer coherentes y serenas, pero no puedo conseguirlo con aquella ventana entreabierta. Aunque lleve años la quitaré y construiré un enorme muro de hormigón impenetrable para cualquier tipo de sensación…indiferente al mundo exterior. Un muro que comienza justo hoy, con este pequeño ladrillo que sostienen mis manos.

LEY 50

"EL COMPONENTE MÁS CARO SERÁ SIEMPRE EL QUE SE ROMPA PRIMERO".

PLANEAR



4 de la mañana sin poder dormir y me siento como un asesino a sueldo que acaba con vidas de inocentes. Una casa vacía tan llena de recuerdos que no puedo borrar ni muriendo como hago cada vez que los pienso. Cuatro palabras bastaron para aniquilar una vida de ensueño que millones de seres desean. Yo, sin embargo, la alejé de mi tejado simplemente porque soy mala persona. Mis lágrimas caen de repente en cualquier lugar culpando mi nombre por lo que mi boca dice. Estrujo corazones ajenos en mis manos hasta que sangran a morir. Me río de sentimientos y hago malabares con todos ellos esperando no perder mucho el tiempo.

Una vez más me repito que no voy a empezar historias que nunca termino. Me mata el dolor y la pena por dentro, pero ¿qué puedo hacer? Es lo que tiene el ser necio. Me siento culpable…aunque sé que eso no cambiará nada. Ahora en mi habitación hace un frío infernal que me entumece los sentidos de mi alma inmortal, aunque mi cuerpo me dice que perdí una nueva guerra. Ojalá pudiera forzar pensamientos para que todo resultase más fácil. Llueven piedras sin saber cuántas tongas han de pasar hasta que pueda levantarme tranquilamente. ¿Cuántas veces tengo que hablar para poder decir “algo”?
5 de la mañana sin poder dormir y me siento como un ser humano cruel que dedica sus horas a perder el tiempo. Planeo mi vida pensando en presente, pero se me acerca el dolor y me nubla la mente. No hay manera de avanzar viviendo en una farsa. Me quiero marchar de aquí por siempre y no volver, desaparecer hasta que el mundo sea feliz con mi desdicha. He caído tan bajo a veces que parece mentira que lleve más de 20 años en cenizas. La experiencia se va cada vez que la busco, igual nunca llegó y por eso no es justo que sufra el perdedor de cada batalla.
La próxima vez saltaré desde aquel avión en marcha para morir antes de tocar tierra. Sin gravedad podría salvarme, pero ¿acaso alguien me ayudará a desenredar todo el mal que he hecho? Y planeo… pensando en el aire que respiro, que doy por garantizado y nunca fue mío. Ahora caigo que la solución es volver 27 años atrás y hacer que todo sea diferente a lo que es y convertirme en ejemplo de mí mismo. Mejor si nunca me conciben y sigo siendo una partícula sin responsabilidad. Si logro expresar lo que hay aquí dentro podré marcharme en paz….y planear…desde el cielo planear…

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE