domingo, 28 de noviembre de 2010

TIGERS ALSO STOP AT TRAFFIC LIGHTS...


Y una vez más me volvieron a sorprender. Una nueva noche mágica llena de Marlango para cenar y antes de dormir. Tanto que no puedo hacerlo ahora y mañana debo madrugar. Mañana desayunaré Marlango, y eso mismo volveré a cenar. Es impresionante lo que unas notas y una voz pueden llegar a mover aquí dentro. Me conmueven como pocos han logrado. Mágicos, especiales, diferentes, únicos. Los admiro por llegar a donde llegan sin pedir permiso. Los adoro porque aman la música tanto como yo, porque hacen lo que nadie se atreve a hacer por miedo a no vender y los adoro aún más por seguir haciéndolo aunque tengan un público poco numeroso, pero muy dedicado. Poco les importa quedar infravalorados para siempre, pero yo siempre tuve lo mejor de Marlango.
Lástima que termine tan pronto y que las dos horas me hayan sabido a tan poco. Mejor que el disco mil veces y el que no estuvo en esa sala jamás podrá opinar. Marlango tiene ese gancho, ese feeling, esas letras que te llegan a lo más profundo, esas melodías suaves con golpes a la tecla y gritos a la trompeta. Bromas entre canción y canción para que el público vea que son cercanos, humanos, sencillos. Los pelos de punta de principio a fin con unas notas que revolotean en mi cabeza imaginando aquellas vivencias en el pasado que llegaron a marcar y de las que fueron banda sonora. Tantos años viéndome crecer y madurar, cogiéndome de la mano cuando tenía miedo mientras demostraban que la vida es un tango y quien no la baile no es más que un machango. Y lo conseguí, con paso de vals conseguí bailar mi propio tango.
Marlango me hace llorar, reír, soñar, vivir, me ayuda a levantarme por los días, a dormirme por las noches, es una de las cosas favoritas de mis orejas y mis oídos, de mi cuerpo y de mis sentidos. Es como una droga en forma de musical infinito y especial. La voz de Leonor no tiene límites, por su color, por su tono, su timbre especial y grave, sus altos y bajos. Es tan de Broadway, es tan de Chicago, de todos los rincones del jazz americano, del swing, de todos sitios y ninguna parte. Ella pertenece a cada recoveco.
Finalmente me volvieron a hacer feliz, como muchas y pocas cosas en esta vida. Porque ahora llego a conformarme con cualquier cosa estúpida y absurda. Hasta los colores de los trajes me hacen feliz. Y la música siempre me ha hecho feliz, porque la amo con cada fibra de mi ser. Y es cierto, como decía Alejandro Pelayo, que hoy era su último concierto y tenían el día "María Teresa Campos" porque estaban sensibles. Cierto es que yo también lo tengo y me pongo algo mimoso y parlanchín, aunque al final siempre me lo guarde para mí. Lo primero y único que me voy a autoregalar estas navidades es el disco de Marlango que me falta (o que me robaron hace tiempo), que hace bastante que tenía que haberlo comprado de nuevo. Y desde aquí sentadito en mi sillón, lo más que puedo volver a decir...es gracias por estar aquí y poder haber vivido lo que hoy sentí. Hasta siempre.

P.D.: Yo también pienso que los tigres se detienen en los semáforos...

jueves, 25 de noviembre de 2010

TRAS EL CRISTAL DE MIS GAFAS


Tras el cristal de mis gafas no hay más que una montura de pasta negra y un par de cristales antireflectantes. Tan simple y sencillo como todo lo que se oculta detrás. Desde mi postura me gusta ver todo a lo que mis ojos puedan dar alcance y cuanto más extraño más me fascina. Mis cristales son tan claros y están tan limpios que hasta puedo ver partículas pasando por delante. Apenas veo dos motas de polvo recién caídas y ni un solo reflejo distorsiona el paisaje. Es entonces cuando la realidad se asoma mientras corre de manos de la verdad. Siempre he considerado que la verdad es la única cosa que cuenta. Me parece que está rodeada de muchos sentimientos que hay que vivir y compartir. Se une a la sinceridad, a la honestidad, a la mentira, a la traición, al tiempo, al espacio...todo está relacionado con la verdad.
Debo confesar que la adoro, pero cuando explota en mi cara duele. Me dice todas esas cosas que no quiero creer, pero que todo mi ser sabe con certeza. Secretos a voces que todos ven, y pocos se atreven a revelarme...por pena, por compostura, por educación. Me dice no solo las imperfecciones que me rodean, sino las impurezas que me completan. Sin piedad ninguna se sienta frente a mí para explicarme quién soy en realidad. La verdad no conoce color ni suavidad, cae con todo su peso.
Tras el cristal de mis gafas se esconde una persona que conozco perfectamente. Me he alimentado de sus carencias y le he robado sus virtudes. Me he vestido de ofensa, de opinión, de mentira. He juzgado cientos de veces su condición, su forma de vivir la vida, su perspectiva de la naturaleza. Me he desayunado su orgullo y me he merendado sus lágrimas, que aunque ahora escasean...hace tiempo fueron catarata infinita. De cena me quedé con su alma y la convertí en plena desgracia, porque hay veces en las que se gana y otras en las que te derrotan y en esta ocasión no hubo milagro ni truco. Escupí todos sus comentarios mientras me reía de cómo hacía las cosas mal. Le di la espalda cuando quería levantar y lo hundí en la miseria cuando estaba destrozado.
Le he visto correr tanto en tan poco tiempo que ya no se si tiene más de veinte años o si ha vivido los mismos años más de veinte veces. Le he enseñado lo que se para que al final se convirtiese en un reflejo del demonio que nunca quise ser. Volvió hecho un hombre de provecho, de la vida, de la muerte. Experto en exhumaciones que no tuvieron sentido y con derrotas llenas en sus bolsillos. Ahora le crecen las arrugas poco a poco mientras su mente sigue recordando lo que el tiempo se llevó, que no fue ni su alma, ni su cuerpo...sino la razón que le hizo llegar al mundo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

ALGO

De nuevo tengo la sensación de que si no escribo no digo nada, y si escribo no puedo decir todo lo que quiero. Maldito este lenguaje que no me permite ser yo, explicar todas estas cosas que llevo dentro, las que pasan por mi cabeza. Gritar sin llorar lo que me ha hecho el tiempo. Desenterrar esas carretillas infinitas de escombros que empiezan a oler mal. Mi idioma se ríe de mí cada vez que lo utilizo para mis fines. Hace que me enrede y no sea capaz de contar ni la mitad de cosas que mi cerebro quiere expulsar. Mi cabeza se ha convertido en un lugar demasiado diminuto para continuar quedándome aquí.
Prepararé la maleta y me trasladaré a otro lugar en el que no haga falta hablar ni escribir. Un sitio lejano en el que los pensamientos fluyan como el aire sin necesidad de crear códigos que los identifiquen. Allí podré reflexionar sobre el universo eterno que me persigue y que tan solo desea acabar con la raza humana. En mi maleta meteré mi sueter a rayas, mis zapatos de colores y unos vaqueros desgastados. En mi bolso de mano cabe toda mi verdad y mis ganas de continuar. Entre mis neuronas dejo todo aquello que nunca pude contar, la pena que llevo más de un lusto arrastrando y las sombras que me han perseguido hasta aquí.
Allí no hay espejos donde mirar; así aprenderé a quererme un poco más. Tampoco existe el dolor, sino las carcajadas. Las sonrisas son gratis, y los amigos siempre me acompañarán. En aquel lugar no hay Dios, ni muerte, ni destrucción. Las sinceridades están reflejadas en las cabinas y los coches no necesitan gasolina, sino unos litros de emoción que los haga sentir vivos. Días llenos de canciones alegres, películas de amor, de sentimientos hermosos, de belleza para todos. El aburrimiento no cabe en su cielo y las estrellas llueven en cada tormenta. Luces que llenan los espacios vacíos, suspiros por las ganas de ser feliz.
En mi nuevo país no hay lugar para el hambre ni para la guerra. Palomas blancas se posan en los tejados. Arcoiris que salen de cada ventana y nadie para de sonreir. Las calles son de colores, los animales cuentan historias, las flores vuelan por el cielo desprendiendo su olor para todos. Representan cada día una oda a la nueva vida. Mi ciudad se expande con cada nacimiento, con cada gesto de amor prometido. Las farsas nadie las conoce, no hay trucos ni mentiras, los tonos oscuros no caben ni en la mente. Recuerdos de tiempos peores nadie encontró y todos se daban la mano para darse calor.
De vuelta a la realidad sigo sin saber cómo llegar a ese utópico lugar, en el que todo debería ser como yo mismo quisiera. Vuelvo la cabeza y me encuentro con todos aquellos escombros de los que pretendía escapar. Sigo en esta cárcel de ladrillo rojo que no me deja mirar más allá. No puedo discernir la realidad y me sigo creyendo todas las cosas que se cuentan a través de estas cuatro paredes. Encerrado en mi propio mundo me voy planteando si no seré mi propio yo el que consigue arrancarme la vida poco a poco.

LEY 35

"EXPANSIÓN IMPLICA COMPLEJIDAD, Y COMPLEJIDAD IMPLICA DETERIORO".

viernes, 19 de noviembre de 2010

JUANA DE ARCO

Como Juana de Arco, así mismo me sentí. Con la única diferencia de que la causa de mi sacrificio no me quedó del todo clara. Mi cabellera en manos de la sociedad por nada, para nada. Accedí a intentar llegar a la meta aunque nadie lo hubiera conseguido antes, pero no fracasé...ni siquiera tuve opción a intentarlo. Las neuronas dejaron de existir en ese momento mientras me hacía más pequeño que los microbios que carecen de nombre. Me preguntaba una y mil veces si valía para esto, si mis manos en algún momento servirían para algo más que hacer aces o derechas cruzadas. ¿Se puede hablar con gestos más rápido que con palabras? Ya no era capaz. Todo se complica cuando el tiempo me persigue, me saluda desde la lejanía viéndome correr a toda velocidad para tan solo respirar el color de sus carcajadas. Me visto de un color que ni siquiera sé si me sienta bien y cada paso que creo dar es un obstáculo más grande que el anterior.
Me veo indefenso en un idioma que no domino, en el que soy un inútil. Sin embargo sigo hacia delante, guiándome por esa vocecilla interior que me dice que igual es cierto eso de que cada cosa tiene su motivo y si he llegado hasta la puerta es para tocar y entrar a quedarme. "Por lo menos atrévete, visítala", me dice, pero cien mil veces siento que no puedo. Mis ojos apenas se mantienen despiertos y se ponen a parpadear infinitamente sin hacer caso a mi cerebro. Se niegan a avanzar atascándose en los baches menos pronunciados. Se sientan en cada montaña negándose a volver a retomar el camino que los llevó allí. Al final decido abrir la mochila y buscar una nueva esperanza más, una razón diferente que me haga terminar lo que empiezo. Esa conciencia que tantas veces me ha dicho que puedo conseguirlo, pero ya hace tiempo dejé de creer.
Y Juana de Arco se convirtió en hoguera, pero no para ser quemada, se convirtió en guillotina, pero no para ser decapitada, sino para convertirse en asesina en serie. Esta vez tendría el mayor de los retos posibles...destruir la vergüenza, el contratiempo, las prisas y el cansancio. Luego acabaría con la impotencia, la negatividad y los nervios para así dejar salir el verdadero yo que hay dentro. Ya no se trata de ganar o perder la batalla, ahora hablamos de no rendirse a mitad de camino. Llegar a un punto de final o de retorno forzado al inicio, pero siempre sabiendo que no va a quedar un "pudo ser y nunca sabré si fue" porque agoté cada oportunidad.
Al salir de la cabaña miro hacia el cielo y comienza a llover, pero esta vez no lo veré como presagio ni mala suerte, sino como purificación de cada uno de mis sentidos. Renovación absoluta de la mala suerte que ahora se convertirá en transparencia y naturalidad...materia de la que siempre debí estar hecho. Si nunca he dejado de manejar las palabras a mi antojo, ¿por qué mis manos son tan reacias a igualarlo? Lo averiguaré a cualquier precio...aún sacrificando el más valioso de mis credos...la originalidad....

viernes, 12 de noviembre de 2010

AMISTAD


Me pregunto si más allá de los sueños, de las realidad o incluso de la muerte habrá amistad. En este mundo la he conocido desde prácticamente todas las perspectivas. Diría incluso que en ocasiones me ha hecho ser quien soy y me ha hecho llegar hasta donde estoy. Amistades pequeñas que empiezan siendo un grano de arroz y luego se convierten en gigantes castillos medievales tan antiguos que no hace falta mirarlos para saber de qué están construidos. Recuerdo algunas que vinieron pisando fuerte en forma de terremoto y cambiando las cosas de lugar sin poder impedirlo. Sucumbí desde el primer instante sin remordimiento alguno.
Quisiera saber si encontraré alguna más sincera, como las aguas cristalinas de los lagos de Ontario. Tengo varias de estas, pero como son mis favoritas siempre quiero más, para poder reflejarme en sus verdades y darme cuenta de lo difícil que es aguantar mi propia imagen. Las infinitas también me encantan. Esas que no sabríamos decir cuándo comenzaron y siempre creemos que nunca van a terminar. Conversaciones de semanas seguidas, miradas cómplices y sonrisas hechas de miel y carcajadas. Con los bolsillos vacíos de todo, pero llenos de nada y la nada es una de las cosas más bonitas que existe.
Tengo amistades de colores que se mezclan pero no se turbian unas a las otras, sino que se convierten en un arco iris tan poderoso que nadie jamás podrá penetrarlo. Los tonos verdes me dan esperanza, los azules me acompañan en mi tristeza, los rojos son tan apasionados como yo, los violetas me tranquilizan, los anaranjados me apasionan, los amarillos...mis eternos compañeros. Me pregunto de qué color seré yo...si me miro al espejo no veo nada, solo transparencia, ¿acaso soy como el agua? Yo creo que sea el color que sea tiene que ser alegre y llamativo porque los tonos tristes no me representan en absoluto.
Mis amistades geográficas que no conocen tiempo ni espacio. En las que nuestra frontera es una llamada telefónica y el paso del tiempo no cambiará más que las arrugas de la cara. Localizadas en una parte especial de la mente que me trasladarían al momento si lo necesitara. En cualquier sitio, en cualquier continente, allá donde fui y donde igual en algún momento volveré. Amistades en inglés y en alemán, en español y con señas, pero siempre bonitas, sobre todo una amistad debe ser bonita.
Me pregunto dónde estarán todas esas que decidieron dejarme porque encontraron otras mejores que yo, ¿volverán algún día? Las que desaparecieron por falta de unión, por demasiada fricción, por carencia de interés, ¿serán felices con sus nuevas amistades? Quiero pensar que todos tenemos derecho a un mínimo de cientos de amistades por vida, ¿acaso diez mil millones no son suficientes? Yo todavía guardo sitio para unas cuatro mil más, pero de las que se quedan para siempre. Si algo he aprendido es que el tiempo no es más que un puñado de números pintados en un reloj y la amistad con su fuerza es capaz de modificarlo para meterse en medio y hacer un hueco a cualquier hora del día. Porque para mí, la amistad no sabe de horarios ni despedidas. Viene y se va cuando place y no importa a qué hora suene mi teléfono o toquen en mi puerta...mi amistad siempre estará preparada con un abrazo tras mi alma.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA ETERNA DEMENTIEVA

Todavía recuerdo cómo comenzó mi pasión por el tenis. Aquel niño que se quedaba embobado viendo cómo la pelota pasaba de un lado a otro de la pista. Fue realmente progresivo porque hasta que no tuve una cierta edad no me metí de lleno a ver los partidos y fue tiempo después que empecé a practicarlo. Sin embargo, de ti me enamoré en Sydney, una de las ciudades que más alegrías te ha dado. Aquella chica de 19 años que corría como un demonio y nunca daba una bola por perdida. Podía respirar el amor que sentías por el tenis. No había dinero detrás, ni ansias de ganar, había placer por el deporte. Siempre he sido un flipado de los juegos olímpicos y a partir de aquellos decidí conocerte un poco más. Batiendo a las mejores del mundo llegaste a la final y aunque no pudo ser, la medalla de plata fue tuya.
Imagino qu
e en el otro lado de mi espejo nadie podrá comprender por qué tanta admiración por alguien que no se conoce, pero ni yo mismo lo podría explicar. Es cierto que soy una persona apasionada en exceso, que lo que me gusta es de verdad y suele ser para siempre y soy fiel a más no poder. Algunos me llaman friki, pero nunca me ha importado. Yo seguía como un idiota viendo a esa chica rubia corriendo como loca detrás de aquella pelota. Elena Dementieva de Rusia, la primera rusa en entrar en el top 10 para quedarse, la primera finalista en olimpiadas, la primera en una serie de logros que ya nadie podrá romper.
Contigo he sufrido decenas de derrotas, algunas muy duras, otras muy injustas, inmerecidas, otras por despiste, pero yo
seguía esperando al siguiente torneo. Aquella vez en 2004 cuando perdiste la final de Roland Garros, tu torneo favorito. Luego la final perdida en US Open. Me dolieron casi tanto como a ti, pero para ganar un torneo hay que llegar a la final y allí estabas tú, victoriosa después de seis duros partidos. Diez años entre las diez primeras del mundo es algo difícil de igualar. Te ganaste el nombre de la Eterna Dementieva a pulso porque siempre estabas ahí, fuerte y libre de lesiones, dando lo mejor de ti y demostrando que el tenis es el deporte más bonito del mundo.
La tenista rusa que más partidos ha ganado en la copa federación. Le diste la victoria a tu país en más de una ocasión y nunca promoviste tu físico antes que tu tenis, y en eso nadie te superará. Eras
la promotora por excelencia para que el deporte llegase a cada rincón del planeta. Fuiste partícipe del mejor partido femenino de la historia en hierba contra Serena, que injustamente se llevó la victoria. Creo que he llorado más por ti que por algunos de mis ex-amantes. Igual que las derrotas fueron amargas y duras, sufridas en silencio porque nadie me comprendía, las victorias fueron cada vez más dulces. Nunca creí que yo pudiera llorar de alegría, pero me demostraste que sí. Aquella final de las olimpiadas de Pekín en 2008 fue uno de los momentos más felices de mi vida. Estabas neurótica, intentando controlar tus nervios y corriendo para llegar a cada esquina de la cancha. Sin duda la tenista más rápida de la historia que se plantaba en cada línea con sus largas piernas.
Aquella
noche previa a la final no pude dormir, esperando que salieras vestida de blanco y azul con el nombre de tu país a la espalda. Sufrí casi tanto como tú, pero después de aquella derecha ganadora no me lo podía creer. La medalla de oro para toda una carrera digna de una reina. Casi no podía ver de todo lo que lloré, podía sentir la medalla colgada de mi cuello y ahí estabas tú, como una gelatina en un plato, sin saber qué decir, sin saber qué hacer. El momento más feliz de tu vida y podría decir que uno de los mejores de la mía. Después de tanta derrota tanto en la cancha contigo, como en mi propia vida, podía ver que no siempre hay que sentirse perdedor aunque el destino te arrebate lo que más deseas en el mundo. Solamente hay que seguir adelante y buscar un nuevo motivo para caminar, y para mí, uno de ellos eras tú.
Tampoco olvidaré lo que ocurrió el viernes pasado, llegando a casa tan rápido como pude para verte en acción en el torneo de campeonas (sólo las ocho mejores raquetas del año lo juegan) pero ya había terminado. Todo era un poco extraño porque la página web
ponía fotos tuyas por todos lados con tus mejores momentos y no entendía nada.
Cua
ndo finalmente lo descubrí, creí que era una broma. A los 29 años te retirabas del tenis profesional que tanto has amado siempre. Sin previo aviso, sin vuelta atrás, totalmente por sorpresa. Mis lágrimas empezaron a caer sin permiso y apenas podía ver. Me sentía tan ridículo, pero no podía evitarlo. A veces soy tan idiota...
Comprendo que el tenis para una mujer es más complicado que
para un hombre por el tema de tener hijos, pero no creí que te retiraras antes de los 30 como mínimo. Lo tenías decidido desde el principio de la temporada y nadie podía pararte. Uno de los secretos mejor guardados del tenis. Y yo me quedo con los brazos cruzados mirando hacia arriba. ¿Ahora por quién me levantaré a las 4 de la mañana para ver en directo? ¿Qué haré a las 12 de la noche cuando vuelvan a empezar los torneos en Oceanía? Ni una Sharapova ni una Azarenka podrán suplantar a mi eterna Dementieva. Adoraba tu técnica, tu profesionalidad, tu seriedad. Aún sigo buscando tenistas que aplaudan los buenos puntos del rival, nadie ha sido tan humana como tú jamás. Te voy a echar mucho de menos...

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE