jueves, 30 de enero de 2014

ODA AL GRIS

Mis días tienen colores y reflejan el estado de ánimo de mi alma, de mi vida, de mi corazón. Hoy, sin ir más lejos tengo un día gris. Ese día en el que se va gente de mi vida, gente que quiero mucho y con la que tengo infinidad de recuerdos. Ese día en el que aparecen despedidas forzadas para no provocar más daños de los actuales, día en el que existen demasiadas incógnitas que no entiendo. Después de todo el ser humano sigue siendo todo un misterio para la humanidad. Día gris es sinónimo a día de soledad en la lejanía, donde mis amigos de siempre están lejos, donde mi familia queda fuera de alcance, donde ya las llamadas telefónicas o los mensajes no son suficientes. Un día gris como este significa hacer de tripas corazón; sonreír cuando estás herido por dentro, disimular que la vida es maravillosa cada día, aunque sea justo hoy cuando menos apetece mostrarlo. Día en el que las personas no tienen la culpa de lo que le ocurra a alguien tan insignificante como yo, día de encerrarme entre cuatro paredes y ver qué genialidad soy capaz de inventar pata sentirme bien. Ese día gris que no es ni muy claro, ni muy oscuro, pero sí muy turbio. Aquí me doy cuenta que mi día gris no es nada comparado a las vidas de los más necesitados, o a la pobreza que veo a mi alrededor. Sin embargo, como es mi día gris para mí es un mundo y por algún lado ha de escapar. Siempre escapa por el mismo: mis dedos....que plasman lo que sienten de alguna forma u otra. 
En mi día gris no me apetece buscar salidas, soluciones o consuelos. No me hundo, pero tampoco floto...voy a la deriva en medio de un océano de dudas lleno de olas fabricadas con melancolía y nostalgia que me sumergen y tratan de ahogarme. El gris casualmente forma parte de mi jersey, que hace juego con mis horas y también lo llevo en mis tenis, o deportivas...a veces olvido los nombres reales de las cosas. Es que las cosas solamente son cosas y cada una de ellas tiene decenas de apelativos diferentes. En mi día gris se me mezclan los acentos, pierdo un poco mis raíces y no hay derecha invertida que lo aleje de mí. En mi día gris no me interesa el tenis ni el inglés, no quiero signar ni explicar gramática, solamente quiero volar...y no puedo porque no sé cómo hacerlo.  En mi día gris ya no hay problemas económicos o historias por terminar porque simplemente acabaron cuando yo no estaba preparado. 
Hoy no podía ser un día azul cielo o verde esperanza; hoy tenía que ser gris ceniza, como las que yacen en aquel cementerio desde hace poco más de 10 años. Buena forma de estrenarme en la treintena con días como este en los que por más que suba la mirada sigo teniéndola triste y derrotada. Los días grises dan comienzo a guerras cuesta arriba, a batallas injustas, a daños colaterales. No hay armadura que salga airosa en mis peleas grises. El gris, que cuando era un pequeñuelo no era más que un color de nombre bonito, hoy se convierte en toda una eminencia en mi existencia. Y así, lo quiera o no...vivo mis días grises. Días que no cambian de tono, sino que se disfrazan o se esconden. El gris, el color que todo lo opaca. Hoy es un día gris. 

miércoles, 22 de enero de 2014

MERE

Los recuerdos se amontonan como batallas perdidas. De tanto que llevo buscándome no termino de encontrarme más que en los prados secos de cualquier tarde de invierno. Reflejo será de la textura de mi vida, que se va volviendo más y más áspera a cada año que cuento. Tres décadas de andaduras que se me antojan un tanto caprichosas. No es cierto eso que dicen del rumbo y que cualquiera es dueño del suyo. El mío se desvió hace mucho tiempo y no he podido enderezarlo. Es por esto que decidí seguir para ver qué me deparaba el caprichoso destino. Latigazos con buches de sangre fue todo lo que vi, aunque los espectadores de mi privado espectáculo me vean reír. ¿Sabrán ellos sonreír cuando ardes de dolor por dentro?

Lo más oscuro del día no es justo antes del amanecer, sino cuando vemos que no va a volver a salir el sol. Es ese frío que entumece los huesos el momento en el que toda esperanza se pierde, pero el cuerpo se niega a morir. Se levanta y sigue andando hasta que toquen al fin sus últimas pisadas, que nadie, ni siquiera ese dios que todos adoran y al que le han puesto diferentes nombres sabrá jamás. Es un acertijo infinito, un juego para no ganar, como lo ha sido esta guerra para mí. No cuento historias de corazones desgraciados, destrozados o pegados sus pedazos, cuento sentimientos rotos, promesas sin cumplir, traiciones de película.

No seguiré ese camino vaya todo bien o mal, y es ahora cuando estoy preparado para sufrir o para reír a partes iguales. He aprendido que donde reside la bondad también se cuelan seres crueles. Al final de cada camino siempre existe un principio en cualquier otro. Perdido o no acabaré por encontrarme, y ¿por qué no? Igual la próxima desgracia no me ocurre a mí. 

sábado, 18 de enero de 2014

PAPEL

Granizando desde el cielo hasta lo más profundo de mi corazón. No tengo emoción en días como hoy que me convierto en papel porque el sol no sale por el sur. Vuelvo a buscar guaridas en las pernoctar, pero todas saben igual con el olor de la sal. El frío me entumece los dedos, las muñecas, los brazos. Dejo de ser yo para convertirme en la sombra sin color. Ríen todos menos yo. Una vez desaparecida la niebla sigue todo seco y solitario como ayer. Busco amigos en rostros desconocidos que sin mueca no hacen ni un atisbo de devolverme sus iris hacia mí. Me hago pequeño y dejo de caminar, pero todos me empujan hacia una dirección más incorrecta de lo que he sido yo. Y yo, hecho de papel acabo pisado en el suelo, mojado por la lluvia. Helado y gris apenas puedo ser nada, ni una brisa ni una mirada. 

viernes, 10 de enero de 2014

MIS CLASES PARTICULARES

Llevo bastantes años dando clases particulares de inglés. Hay muchos falsos mitos al respecto y como piensan muchos, no se trata de sentarme en una silla, explicar dos tonterías y mientras el alumno hace los ejercicios yo me dedico a utilizar el teléfono móvil. Una clase particular de inglés se prepara con antelación, siempre teniendo en cuenta el nivel del alumno y qué necesita reforzar o qué destreza lleva peor. Todo esto requiere buscar en varios libros ejercicios y gramática explicada de la forma más clara posible, recorrer decenas de webs descartando muchas de ellas en el camino por diferentes razones. Una vez el material esté preparado hay que sacar las copias, lo que implicar gastar dinero y más tiempo. El siguiente paso es ir a casa del alumno o que él venga a la tuya y dar la clase. Puedo afirmar que un profesor particular pasa más tiempo preparando una clase de hora y media que dándola.
Es un trabajo inestable, puntual y mal remunerado, ya que solamente nos llaman para ciertas temporadas o cuando se acerca algún examen complicado esperando que hagamos milagros. Obviamente si el alumno no aprueba...está claro que no volverán a llamarme porque la culpa siempre es del profesor, y no del alumno que: no se entera porque no presta atención, no presta atención porque no le interesa, no le interesa aunque las clases sean dinámicas, o bien quiere resultados inmediatos que nunca llegan. 
El inglés es una asignatura que por lo general o se ama o se odia, y a veces, cuando se ama...se suele dar bastante mal y cuesta mucho encaminarla o aplicar los conocimientos. El inglés es una asignatura que hay que afrontar con ganas de aprender, paciencia y perseverancia. La gran mayoría de los alumnos que contrata a un profesor particular es porque no tiene forma de aprobar la asignatura o porque quiere sacarse algún curso o título y el inglés no se lo permite. Gran porcentaje de estas personas solamente quieren saber lo justo para aprobar ese examen y no volver a estudiar inglés de nuevo. Otros en cambio quieren aprenderlo en dos meses y hablarlo fluido desde la cuarta clase, lo cual es prácticamente imposible.
Por si fuera poco ahora está la prioridad de que todos quieren  un profesor nativo para aprender inglés, como si esto fuese la solución a sus problemas. Hablaré de mi caso particular: yo me licencié en filología inglesa hace ya más de 6 años, tengo varios títulos de cursos que he hecho en inglés en varios ámbitos, tengo mi certificado de aptitud pedagógica que me permite dar clases, he estado trabajando en el Reino Unido y me fui de Erasmus también. A todo esto le añadimos que yo no me veo capacitado a día de hoy a dar clases de español (y no porque no conozca la gramática española, sino porque mis explicaciones no tendrían base ninguna ni estarían fundadas en ninguna lingüística) y pongo como ejemplo el explicar a un extranjero la diferencia de usos entre el verbo "ser" y "estar", ya que ellos los tienen en un solo verbo "to be". Es imposible que alguien que no esté preparado pueda explicarlo con todas sus excepciones y correctamente. Está claro que puedo ponerme con un libro delante y explicar cuatro cosas por encima para salir del paso, pero esto no es calidad, y a mí no me compensa. 
Con todo esto quiero llegar al punto de que un británico sin estudios superiores que ha trabajado como panadero de profesión y viene a España a dar clases de inglés...señores, esto no es calidad. Simplemente es tener un nativo que corrija errores de pronunciación y algo de gramática, pero a la hora de explicar el por qué de cada caso, con ejemplos que respalden la teoría no sirve, ni tampoco para muchas otras destrezas de la lengua, ya que no domina el castellano (como muchos de los nativos que vienen a nuestro país) y no han tenido formación para ser docentes. Todo esto teniendo en cuenta que el supuesto inglés tenga un conocimiento correcto de su lengua, porque al igual que en España, en los países de habla inglesa también existen los "magos del campo" o gente muy de pueblo que no habla correctamente e ignora muchas normas gramaticales. 
Es por ello que estoy indignado con este tema de que se exija un nativo para las clases y que cobra unos 20-30 euros por hora (los hay que yo lo he visto) y a un español titulado poco menos que casi no le pagan ni 10 euros por hora. De todos modos no digo ni que todos los españoles titulados tengan calidad en su docencia ni que todos los nativos no la tengan. Hay de todo como en cualquier lugar que se precie, pero hay que dar oportunidades a la cantera local que hay muy buenos profesores por ahí.

sábado, 4 de enero de 2014

USON

No sabía que los ojos que todo lo ven a la vez podían volverse tan ciegos. Yo solía amarte tan intensamente... Si esto era una guerra yo la descubrí con mi derrota; era por eso que no llevaba armadura, ni casco, ni lanza. Los pasatiempos también están hechos de carne y hueso parece ser. 
Me encanta saber que él está fornido en su peso ideal, habla cuatro idiomas fluidos y tiene un corazón enorme. Cuidado porque a veces el pecho explota de pasión si los corazones bombean muy deprisa. Seguro que será un padre estupendo y puedes llevarlo a cualquier tipo de evento en el que pueda demostrar su extremadamente buena educación. Sabe escuchar, respeta el turno de palabra y tiene una conversación de lo más entretenida. El único defecto que le veo es que te lleva a su lado. 
Espero que el destino los trate con bondad, que la vida les aguarde un próspero futuro y que el amor no haya sido comprado en una tienda de segunda mano. Tus ojos ya no me matarán nunca más, porque ahora soy capaz de mantener firme mi mirada, y espero que él te trate como te mereces; bien, muy bien. Espero que sea igual de noble y sincero que tú. Espero que después de mucho tiempo no se rompan los cimientos que han creado en tan poco tiempo, y espero que el tiempo te deje donde tengas que estar. Existen más sentimientos en el mundo que el amor, aprende aunque sea esta última lección. Y para crecer no solo tienes que comer. Y te perdono, después de todo lo que ha pasado...te perdono. 

viernes, 3 de enero de 2014

ACUARIO


Hace frío y mis manos son témpanos de hielo perpetuos, pero aun así responden al teléfono. Es él nuevamente diciendo esas palabras que nunca quise escuchar, pero que últimamente retumban en mi cabeza con frecuencia: "el invierno no es nuestra estación". Yo silente me limito a hacer acto de presencia con la peor versión de mi voz y empiezo a hacerme a la idea de que todo terminó. 
Minutos después en el sofá dando calor a un felino que debe odiarme por ser culpable de su desgracia me encuentro con sueño, hambre y pena. Lo más complicado es que no puedo hacer desaparecer ninguno de los tres estados. Ya mi cuerpo se negó a obedecerme. Parte de mí no me habla por cometer un mísero error que desembocó el alud, mis neuronas se adelantan a imaginar acontecimientos que no ocurrirán y mis dedos se aferran al teclado para relatar la desdicha de mi nuevo año.
Lo que cada recoveco de mi ser sabe es que el teléfono no volverá a sonar. Ya hace tiempo que dejó de hacerlo, justo cuando me desterré a una lejana ciudad en la que hay mucha gente, pero yo me siento muy solo. No son suficientes tres millones de personas para pasar un rato agradable charlando o arreglando el mundo. Gracioso querer arreglarlo cuando el mío está del revés.
Esta mente que tengo no hay quien la amueble, estas fuerzas se me quedan cortas y mis ganas deben estar al otro lado del mar que desde aquí no puedo ver y donde podría encontrarme con él. Cuento hasta diez y respiro, pues entonces...sigo vivo. Tenía los ojos cerrados con la mirada perdida para mis adentros por si alguna nueva señal me brindaba un poco luz en este pecho oscuro. 
Casi treinta me avalan ya con arrugas y mucho pelo. Ojeras que se abren paso después de tanto quebradero de cabeza y noches de lunas raras que no me dejan dormir. Crecientes como mi arrepentimiento, menguantes como mi esperanza, todas unidas a la vez para impedirme dar una cabezada y desvincularme de este universo que me sepulta no con estrellas, sino estrellándome. Es así como sale la mejor versión de mí; el escritor que nació en mí desde que aprendí a coger un lápiz.
Muchos me matarían al saber que daría esta facilidad de expresarme si pudiese ser feliz en algún lugar. No sabía que los errores se pagaban tan caros, que las personas apenas daban oportunidades y que equivocarse no está contemplado en el calvario eterno. Podría explicar mi situación como los cimientos de mi templo. Cada uno de ellos mantenido por los diferentes estados y situaciones con las que convivo y que al flaquear una a una hacen que se quiebre el techo cayendo sobre mí. Con mi mano izquierda intento sostenerlo y con la derecha me apoyo en el suelo para no caer. Supongo que se imaginan cómo se puede avanzar en esa situación. Ciertamente es imposible. 
Hoy se me antoja dejar de creer. Los planetas, las estaciones, el razonamiento humano, nada ya que me importe sino este dolor de hombros que no cesa si nadie se acerca a socorrerme, a masajearme lentamente para volverme a la vida, para volver a convertirme en un ser humano que en algún momento fui. Enero, ese mes que comienza de rojo y que dio vida a alguien que ya no reconozco, porque primero hay que saber quién soy para saber en qué me quiero convertir, y desde luego...no es en esto. 

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE