jueves, 30 de agosto de 2012

DISCAPACIDADES (DERBI BARÇA-MADRID)



Ahora que estoy metido de lleno en el mundo de la discapacidad...ya no solo por tratar con personas sordas o sordociegas, sino por interesarme en su mundo, su ambiente, su forma de vida. Me emociono con las películas de la temática y me parecen un ejemplo a seguir en todos los aspectos. Son este tipo de personas las que me ayudan a mí a continuar cuando creo que mi vida se torna complicada o injusta ¿qué sabrá alguien como yo sobre injusticia? Me veo en la posición de difundir lo que sé, lo que veo, de ayudar hasta el límite y como he estado haciendo en estos últimos dos años...voy a continuar con mi lucha sin límites por la igualdad, la humanidad y la oportunidad que cada ser viviente, porque después de todo...no somos tan diferentes.
Todo comenzó anoche cuando fui a trabajar y comenté en voz alta que los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 se acababan de inaugurar. Para mi sorpresa, una compañera que pasa los 40 me dijo: "yo no veo eso porque me dan mucha pena". A lo que otra compañera dijo que era cierto y que no podía verlos porque se sentía muy mal. Para mí, pena es algo mucho más profundo que eso. Pena es ver como las personas pudientes y adineradas no ayudan a los necesitados, como los sanos no ayudan a los enfermos, como los inteligentes no ayudan a los deficientes. Pena, incluso, es ver cómo piensan otras personas acerca de la discapacidad. Pena es no ser consciente de que incluso a los 40 años, una persona como tú o como yo...puede convertirse en discapacitado. No es tan difícil, tan solo se trata de tener un accidente, una enfermedad irreversible, una mala espina del destino. Como ya dije...no somos tan diferentes después de todo. En un simple segundo, un hecho puedo hacernos reír o llorar.
Para mí, ver un evento como los Juegos Paralímpicos me llena de fuerza, de orgullo, me emociona. Ver como personas que han tenido que luchar contra viento y marea, contra mil pronósticos, contra el rechazo de la sociedad, las miradas de lástima, las risas en algunos vasos, ver cómo han conseguido convertirse en deportistas de élite y competir. Eso es asombroso, es increíble y es de aplaudir. Yo, sin ir más lejos...me licencié, no he conseguido trabajo para ser profesor, que es para lo que me he formado y vivo trabajando como puedo y en lo que puedo. Aún así me considero afortunado por estos tiempos que corren, pero ellos, los atletas paralímpicos se dedican a lo que les gusta, a su pasión, pueden competir y vivir de ello. ¿Acaso no es lo que todos soñamos? Pues queramos admitirlo o no, ellos lo han conseguido.
No habré llorado yo más de 10 veces por ver a un deportista culminar su carrera, llegar a lo más alto, porque sé lo que cuesta y sé cómo tiene que sentirse porque es una de las cosas que más me podría emocionar. Siempre he pensado que si el tiempo volviera atrás yo sería un deportista de élite. Da igual si tenis o balonmano, lucharía hasta el final por conseguirlo, y estas personas, que lo son igual o más que nosotros...lo han conseguido. A mí, hablando de corazón, lo que me da pena es la desigualdad, la crueldad de girar la cara por no ver lo que han conseguido personas con una discapacidad. que perfectamente podíamos haber sido todos nosotros. Sin embargo, tuvimos suerte de tener una infancia normal, una familia normal y un futuro lleno de oportunidades. Me da pena las barreras que ponemos en nuestra propia sociedad, como damos la espalda a los problemas reales y humanos a los que nos enfrentamos, cómo nos enfadamos por no conseguir nuestro Samsung Galaxy o nuestro DVD favorito que coleccionamos cuando el sueño de nuestro vecino es poder ver, caminar, o escuchar...un sueño de una vida normal. ¿Acaso no somos infinitamente crueles y egoístas?
Yo los he visto sonreír y ser felices. Créanme que no es como nuestra felicidad...es mucho más pura, más limpia, más inocente. Ellos también son personas normales con inquietudes, con planes de futuro, con ilusiones, con sueños, con esperanza, con mucha vida que sale por cada poro. ¿Acaso no pueden ver que no somos tan diferentes? Entonces, ¿Por qué siento desde aquí un abismo entre ellos y nosotros? Sí, claro que sé por qué es...y toda la culpa es nuestra. Nosotros, los que cerramos los círculos para no dejar entrar la igualdad, los que robamos oportunidades con frases de maldad, los que no creemos que los milagros pueden existir, los que dudamos de las capacidades de alguien que no sea nosotros. Yo, hace tiempo ya me di cuenta que aparte de vivir mi vida por mí también la vivo por ellos, para ayudarlos, porque somos muy pocos los que intentamos cambiar el mundo en este aspecto. Si con el tiempo que he invertido escribiendo esto, al menos una persona se interesa y pone la tele para sentir lo que yo siento, o se interesa por descubrir qué hay tras una discapacidad...entonces sí que me doy por satisfecho. Porque para mí, y sobre todas las cosas...cada vida cuenta.

No hay comentarios:

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE