jueves, 22 de diciembre de 2011

MI NAVIDAD

Mi asignatura pendiente con el tiempo…la navidad. No puedo pelearla, ni borrarla, ni unirme a ella. Estoy tan cansado de verla pasar cada año, serena, tranquila, reluciente e intacta. A mí me arrebató lo único que quizás he necesitado nunca y todavía no puedo llenarlo de nada. Mis carencias que voy tapando con canciones para sentirme un poco mejor. Ocupado por fuera…desolado por dentro, devastado por dentro. La navidad pasa por mí como estalactitas de hielo enterradas en mi pecho; tardan en derretirse, pero vienen nuevas a clavarse.



El año pasado tenía alguien en casa que me arrastraba a vivirlas, a sentirlas, a contemplarlas. Tenía un motivo al menos para participar y cenar en familia, reunirme con los míos, algún regalo que abrir, un árbol reluciente en el salón. Simplemente me dejé llevar y pasaron menos dolorosas que otros años. Confieso: echo de menos una navidad como la de 2010, que hacía años que no venían así. Igual es cosa de décadas y hasta 2020 no vuelve a tocar. Este año, sin embargo, lo único que tengo es una casa vacía de cocina y dormitorio que provoca eco cada vez que hablo solo. Unas paredes heladas llenas de humedad que resecan mi garganta y un alma solitaria que no llega a integrarse del todo en este pueblo lejano y sin cobertura.


La navidad une, pero yo me alejo. Hace feliz, pero a mí me entristece. Es la época favorita de muchas personas, pero es mi desdicha. No le pido nada a la vida más que apurar un poco más estas fechas, condensarlas para que sean más cortas, más breves. No quiero ponerme una corbata para un puñado de extraños en una fiesta, no quiero fingir que las cosas me han ido bien y que soy eternamente feliz y agradecido. No quiero hacer balance de un año que me ha dejado la ruptura más dolorosa y difícil de mi vida y la operación más sufrida de toda mi historia. No quiero que el año acabe tal como fue: caótico.


¿Trabajar? ¿Salir¿ ¿Cenar? ¿Partir el año? He pensado que si este año no tomo uvas igual sale todo mejor, pero también puede salir peor. ¿Desde cuándo creo en esas tonterías? Pues no lo sé, pero no las he creído nunca y tampoco me ha ido tan bien. Estoy un poco cansado de tanta indecisión y de no saber cómo terminará el año, con quién…preguntando planes, opciones. Recibiendo caridad y esperando respuestas para saber qué hacer. Ahora me apetece dormir las navidades y que pasen pronto, pero me sentiría mal mentir cuando me pregunten qué tal las fiestas, qué me dejaron los reyes, a qué fiesta fui en fin de año y nochebuena. ¿Se podría volver atrás un año y que las navidades pasasen así de rápido? Rodeado de amigos, de familia unida, de motivaciones ajenas que contagian…sería todo tan sencillo…

MI QUERIDA ESPAÑA

España…ese país que gasta millones de euros en iluminar sus ciudades de colores en navidad, en preparar candidaturas para juegos olímpicos, en dar dinero para arte, cultura, diversión….



La misma España que derrocha millones en política, que permite que alcaldes, presidentes y jefes se guarden porcentajes en los bolsillos. Ese país en el que todos miramos hacia los lados y nos hacemos los tontos para no tener “problemas”, mientras dejamos que las injusticias nos invadan. Nos despreocupamos por los cuatro sacrificados de turno que protestan y elevan la voz por si desde algún rincón alguien se molesta en escuchar o se detiene a pensar. España, el país de los descerebrados, de los aprovechados, de los oportunistas y chaqueteros.


Millones para reconstruir la Sagrada Familia, para que la iglesia se anote unos tantos más, para que los ministros se costeen sus lujos mientras cuentan batallitas que otros tantos dan por ciertas. La retórica, la gran codiciada por humanos y extraños. La dominan y la utilizan para calumniar, engañar y estafar al pueblo español. Los que tienen un millón se añaden dos más y los que deben mil euros quedan desahuciados. Los echan de sus propias casas que llevan pagando durante décadas como si fuesen agua sucia. Terminan arrastrados por la policía (nunca corrupta, claro) en los programas de la televisión que ya nadie se molesta en ver. Siempre la misma historia: vero realidad…cambio de canal.


Vagabundos en las calles muertos de frío, enfermos y sin ayuda. Si tan sólo supieran que para encontrar la solución económica a todos sus problemas tienen que ir a la televisión a contar con quién se acuestan o a desmentir otros tantos idilios amorosos. También bastaría con mentir sobre algún personaje famoso o inventarse una buena historia. Claro, entiendo la complejidad del asunto, puesto que estamos en España: el país de los certámenes de belleza de chicas en bikini y hombres musculosos (no nos engañemos, los hay con cerebro). El país de los reality show, de las malhabladas por televisión y de los eurovisivos a tope.


España, el país de las familias sin hogar, de los millones de parados, del agujero infinito de la crisis. El país de las promesas de los candidatos políticos que finalmente nunca se cumplen. De la verborrea y la creación de puestos de trabajo que nunca se crean. El lugar en el que lo que se dice y lo que se hace dista más bien poco. El país en el que se le da la espalda a la violencia de género, los asesinos salen de prisión a los 7 años y los ladrones a los 36. España, paraíso fiscal de algunos, sentencia de muerte de otros. ¿Quién no quiere venirse a España? Tenemos visado para todos. Matrimonios de conveniencia a miles, y donde hacienda aniquila a los pobres sin descubrir las artimañas para esconder posesiones de los ricos.


Permitimos peleas de perros, de gallos, de hijos… torturamos toros hasta la muerte y alabamos a su asesino llamándolo torero. Qué envidia de país…aquí si no se mira parece que no se siente, si no se ve, no se cree y lo que nos cuentan es lo que contamos…cambiado, eso siempre. Bienvenidos a España.


España está apañada, y los que vivimos en ella sentenciados. ¿Y los que vienen detrás? ¿Las nuevas generaciones? Eso da igual…no estaremos aquí para verlo…y así es mi querida España. Vengan y enamórense todos de ella…

miércoles, 7 de diciembre de 2011

4 JAHRE...

Jamás imaginé que llegaría tan lejos en algo. Mi hijo ha cumplido ya cuatro años y no sólo camina sino que habla por sí solo. Fluyen las palabras a una velocidad vertiginosa y asciende y mejora con el paso de los meses. Sin darme cuenta he creado algo maravilloso, que para mí no tiene precio. El poeta sin rumbo se ha convertido en escritor y domina la pluma, la retórica y la prosa. Nada se me escapa y me veo preparado para iniciar una carrera en un ámbito para el que no me veía capaz años atrás. Estos cuatro años siendo padre han significado madurez, constancia, trabajo muy duro. No es sencillo escribir más de 600 entradas llenas de historias reales, ficticias, cuentos inventados, trastocados, adornados… pedazos de vida escrita en palabras, con mis palabras. No imagino mirando hacia atrás de dónde han salido tantos escritos, convertidos en poesía, en prosa, en ensayo… Aquel niño creció y se hizo mayor. Se convirtió en unos pies con arena y un tatuaje de reptil. Puto Loco Jodiendo el Coco nunca se fue y es más de lo que muchos otros blogs podrían decir. No me sirve la excusa de no tener tiempo, porque yo lo busco bajo las piedras. He vivido días de 24 horas en 30 para poder conseguirlo y mi hijo ya tiene cuatro años. Nació en diciembre…en la época de Navidad (mi menos favorita) y en el mes del aniversario de la muerte de mi madre (fatídico 15 de diciembre). Al menos el invierno trajo algo bueno (mi nacimiento y el de mi blog), aunque haya dejado de ser mi estación favorita.



4 años se escriben muy rápido, pero son imposibles de borrar. Se ha visto una evolución completa en contenido, temática, retórica, uso de recursos, cambio de inquietudes. Mi blog ha crecido y yo con él. Debo confesar que de las pocas cosas que tengo, es una de las que más orgullosas me siento. No por su éxito, que ha sido bastante discreto, sino por lo que me ha aportado. Todos esos sentimientos y heridas a llaga viva que han aflorado de mi cerebro saliendo por mis dedos. Todo ello me ha ayudado a continuar cuando apenas veía salida en el túnel. Muchos dicen que me expongo en demasía en mi blog, pero… ¿acaso es algo malo? Todos estamos expuestos a la vida desde que nacemos, y no todos somos capaces de sobrevivir. Si aparte de mí mismo puedo alegrar mínimamente el día de cualquier otra persona que conozca o no, ya el objetivo de mi blog tiene doble recompensa. Uno de los ámbitos de los que me siento más feliz en la actualidad, y de poder seguir adelante contando historias y revelando todo lo que veo desde mi lado del espejo. No llueve a gusto de todos, pero es también ahí donde me quedo. Me gustan las personas que leen con criterio y son capaces de decir: “esto no me gusta” y cerrar con el aspa que hay a la derecha de la pantalla. No escribo para agradar a nadie, no soy del tipo complaciente que piensa qué gustará y se mete a inventar. Escribo lo que sé, justo cómo me sale, y tal cual lo pienso. Puede estar más o menos adornado, pero no deja de ser mío.


Me siento preparado para escribir mi primera novela, para plantar mi primer árbol, para crear un nuevo hermano a mi hijo. No sé con quién, ni cuando, pero ya soy capaz. Podría llevarme un Planeta, un Nadal, o un Nobel de Literatura…podría no llevarlo jamás y seguir siendo feliz, pero justo ahora, a punto de cumplir los 28 años, puedo decir “I’m ready”. Igual tarde, igual demasiado pronto, pero el momento ha llegado. Sólo necesito ese espacio de tiempo que me permita iniciarme, esa inspiración que nunca me abandone y la elocuencia que ha nacido aquí dentro, en mi pecho. No significa que abandone a mi primogénito, sino que ampliaría horizontes a cualquier extremo. No sé si profesor de inglés, traductor, o si teleoperador de emergencias. No sé si intérprete de lengua de signos o guía intérprete de personas sordociegas…lo que sí sé es que soy escritor, siempre lo he sido, y hasta que pueda…lo seré. Cuatro años han cerrado un ciclo de prueba que he superado con creces, con caídas, tropiezos, zancadillas, con cuchillos a la espalda, guardados en el bolsillo, pero por ahora puedo decir que sigo de pie y escribiendo. Ya no tengo miedo a envejecer mientras queden historias por contar, personajes que inventar, lugares de ensueño que crear. Mientras tanto me escondo tras este pequeño blog que se ha convertido en algo muy grande para mí y desde aquí no sólo celebro su cumpleaños, sino que celebro el mayor regalo que jamás he dado a nadie…mi orgullo.


AQUELLA VENTANA


Suena un piano en “a” menor detrás de una historia que parece no tener final aparente. Se cierran las puertas…se abre una ventana. Existen ventanas de cualquier tamaño y parece que ésta ventana específica es demasiado grande y pesada como para sostenerla por mí mismo. No puedo mantenerla cerrada y se cuela todo tipo locuras personificadas o convertidas en palabras. Historias sin principio, sin final…que no empiezan ni terminan. Se estancan creando una herida que no van a dejar que se cierre sin gritos y sangre de por medio. Por las buenas intento cambiar, modificar la temática, buscar algún “happy ending” escondido entre tanta pesadilla. No lo hay….sencillamente es que no lo hay.

Un hombre ya de casi 28 años estancado en mordiscos de pasados, presentes y futuros no tiene la felicidad al alcance de su mano…ha de pelearse en cielo e infierno para conseguirla. Nunca nada fue tan cierto como aquel comentario: “lo que más me sorprende es todo lo que has vivido ya”, que ya no sirve de nada. Haber viajado a Rusia o Sudáfrica, llorar a mares cada año de mi vida, rupturas dolorosas, infidelidades escondidas tras falsas sonrisas, recuerdos hirientes, muertes inesperadas, trabajo forzado… ahora todo tan lejano que no parece que haya pasado por delante de mis narices. No me ha servido de nada si no soy capaz siquiera de sellar aquella ventana.
Hoy, desde aquí, confieso que no quiero conocer a nadie más. No quiero que venga otro ser humano más a angustiar lo que me queda por vivir, a decirme cosas que van a cambiar la trayectoria de mi destino. No quiero mentiras susurradas al oído, ni verdades que no se van a cumplir. No necesito de más hombres o mujeres dispuestos a ayudar. No hay más invitados a mi fiesta, ni redes sociales abiertas, ni perfiles con mi descripción a medias. No hay miradas amistosas ni palabras de agrado, al menos no saldrán de mi boca. Quiero que todo se congele, que permanezca así, justo desde donde yo pueda visualizarlo y controlarlo. Quiero coger las riendas de mi vida sin miedo a romper su cristal, en el cual ya no voy a reflejarme más.
Apenas tengo tiempo de mirar el reloj, porque eso supondría quitar respiros a mis pulmones, y en la actualidad lo necesitan. Ex parejas trastornadas, ilógicas, insensatas, inciertas… ¿acaso las necesito para algo? Que huyan, que se marchen, que me olviden, que no sientan nada…justo como yo. Los recuerdos han de permanecer empolvados en el pasado, en algún rincón de este cerebro que no me permita acceder a su base de datos. Tengo demasiadas cosas por sellar, y no entra en mis planes volver a aquellas puertas oxidadas con fechillo de titanio indestructible ya. Yo y mis guerras internas seguiremos años batallando por permanecer coherentes y serenas, pero no puedo conseguirlo con aquella ventana entreabierta. Aunque lleve años la quitaré y construiré un enorme muro de hormigón impenetrable para cualquier tipo de sensación…indiferente al mundo exterior. Un muro que comienza justo hoy, con este pequeño ladrillo que sostienen mis manos.

LEY 50

"EL COMPONENTE MÁS CARO SERÁ SIEMPRE EL QUE SE ROMPA PRIMERO".

PLANEAR



4 de la mañana sin poder dormir y me siento como un asesino a sueldo que acaba con vidas de inocentes. Una casa vacía tan llena de recuerdos que no puedo borrar ni muriendo como hago cada vez que los pienso. Cuatro palabras bastaron para aniquilar una vida de ensueño que millones de seres desean. Yo, sin embargo, la alejé de mi tejado simplemente porque soy mala persona. Mis lágrimas caen de repente en cualquier lugar culpando mi nombre por lo que mi boca dice. Estrujo corazones ajenos en mis manos hasta que sangran a morir. Me río de sentimientos y hago malabares con todos ellos esperando no perder mucho el tiempo.

Una vez más me repito que no voy a empezar historias que nunca termino. Me mata el dolor y la pena por dentro, pero ¿qué puedo hacer? Es lo que tiene el ser necio. Me siento culpable…aunque sé que eso no cambiará nada. Ahora en mi habitación hace un frío infernal que me entumece los sentidos de mi alma inmortal, aunque mi cuerpo me dice que perdí una nueva guerra. Ojalá pudiera forzar pensamientos para que todo resultase más fácil. Llueven piedras sin saber cuántas tongas han de pasar hasta que pueda levantarme tranquilamente. ¿Cuántas veces tengo que hablar para poder decir “algo”?
5 de la mañana sin poder dormir y me siento como un ser humano cruel que dedica sus horas a perder el tiempo. Planeo mi vida pensando en presente, pero se me acerca el dolor y me nubla la mente. No hay manera de avanzar viviendo en una farsa. Me quiero marchar de aquí por siempre y no volver, desaparecer hasta que el mundo sea feliz con mi desdicha. He caído tan bajo a veces que parece mentira que lleve más de 20 años en cenizas. La experiencia se va cada vez que la busco, igual nunca llegó y por eso no es justo que sufra el perdedor de cada batalla.
La próxima vez saltaré desde aquel avión en marcha para morir antes de tocar tierra. Sin gravedad podría salvarme, pero ¿acaso alguien me ayudará a desenredar todo el mal que he hecho? Y planeo… pensando en el aire que respiro, que doy por garantizado y nunca fue mío. Ahora caigo que la solución es volver 27 años atrás y hacer que todo sea diferente a lo que es y convertirme en ejemplo de mí mismo. Mejor si nunca me conciben y sigo siendo una partícula sin responsabilidad. Si logro expresar lo que hay aquí dentro podré marcharme en paz….y planear…desde el cielo planear…

domingo, 27 de noviembre de 2011

RELOJES DE MI TIEMPO

Me avergüenzo por no haber sido capaz de saltar desde aquel tren que pasó…

Giré dando la espalda a lo que pensé que era mentira, ahora recubierto de oro.
Vida que continúa en tonos grises llorando tanto como lluvia de aquella ciudad sin nombre.
Todo para descubrir lo único certero en esta vida: el invierno no está hecho para mí.
Tiendo a hacer todo a disturbios y acabo lamiendo asfalto que me sabe a gloria.
No venzo ni al viento en su intento de elevarme y cuando salto toco pronto el suelo.
Los hijos que no tendré me pesan muy pronto; acabaré más hundido que solo.
Sonrío al cielo por oportunidades que decidí no escoger, aún a pesar de mis no creencias.
Respiro sin aire con pulmones casi negros de pensamientos que no salieron al viento.
Oraciones de rodillas que veo sin entender, funcionando en dioses que no veo reales.
Fantasmas escondidos tras mis puertas cerradas con llave que guardo en el alma.
Sentimientos que fluyen como lágrimas saliendo de mis manos bajo un viejo piano de cola.
Dos de las mañana sin dormir en otra noche oscura de recuerdos empapando almohadas.
Dejo de mirarme al espejo para que estas arrugas no pronuncien lo que me ha hecho el tiempo.
No me quiero y torturo mi cara con nuevas cicatrices que reemplacen las que ya tengo.
Sobrio de por vida bebiendo agua mineral que sabe amarga como las penas que he tragado.
Todos miran en mi bolsillo sin saber que no tengo nada nuevo que volver a aportar.
Si mis palabras tuvieran sonido sería una balada triste de violín fuera de estribillos.
Los cables que miro constantemente imaginándolos rodeando mi cuello existen de verdad.
Sin coherencia no me quiero valorando lo que dejé atrás sin ánimo de lucro…
Relojes de mi tiempo que me mantienen despierto corrigiendo mis errores.
Nuevos suspensos que sumar a mi currículo de muerte que no pienso imprimir.
Madera húmeda que no me permitirá mantenerme seco…no con 27...

SHAMELESS

La vida en sí no es otra cosa que fragilidad disfrazada de oportunidades y momentos. Una parte importante de la vida que me ha tocado vivir ha sido siempre el dolor. Dicho dolor viene provocado en extensión por heridas: grandes, profundas, pequeñas, sangrantes, infectadas…todas en su justa medida. Lo suficiente como para familiarizarme del todo en la materia y convertirme en un experto sin certificación. El tiempo juega un papel importante, ya que es el encargado de convertirlas en cicatriz. Tengo tantas cicatrices como heridas he sufrido. A veces se pueden ver a simple vista, otras se encuentran bajo mi ropa, y las peores de todas las llevo aquí dentro…en mis órganos, que cada día se hacen más viejos.



Pienso en las heridas que se van cerrando y se superponen unas a las otras impidiendo que algunas se cierren completamente. Cuando parece que están selladas del todo tiendo a huir. Evitar pensar en el objeto de mi sufrimiento…siempre creí que era “the right thing to do” o al menos lo que mejor me venía a mí. Me marchaba a otros países, a otras ciudades, donde se hablase un idioma diferente. Allí donde nadie conociera mis heridas, mis debilidades, mi gran talón de Aquiles: los lazos. Creí que en lugares ajenos y extraños podría salvarme, sentir menos dolor. Ahora despierto y descubro que todo es mentira. Aquellos lugares no son dolorosos, soy yo el carga el dolor y las cicatrices. He aprendido que las heridas siempre vendrán conmigo allá donde vaya y el único que puede hacer que desaparezcan de mi presente soy yo.


Ahora bien, creo que tengo conectado el lagrimal con el corazón y con mi cerebro de una manera tan sólida que no soy capaz de discernir cuál es cuál. No puedo olvidar, y de eso se han tratado estos últimos ocho años de mi vida, que pasaron de sentirme completo, a sentirme vacío. He intentado llenar ese vacío con amigos, con parejas, con títulos, certificaciones, con clases, con empleos, con infinidad de viajes, con todo lo que mi imaginación fue capaz de inventar. Pesa mucho decir que sigo sin poder olvidar. Sigo sin poder separar ese dolor que me persigue, esas cicatrices que mis ojos buscan constantemente. No importa el idioma que hable, si es con mi voz, con mis manos o con mi alma… no puedo.


Se me hace eternamente imposible olvidar todas esas cosas que me han azotado en el pasado, y que inevitablemente aún perviven en mi presente. Ni siquiera llenar mi cabeza de ocupaciones ha servido de nada. Me he pasado ocho años en prácticas de actor diciendo que sí y pensando que no. Sonriendo con ganas de llorar, susurrando cuando solamente quería gritar. Ocho años rechazando ayuda para no dar más lástima de la que ahora mismo me doy yo solo. Han pasado personas increíbles por mi vida que he dejado pasar sin saber por qué. Lazos que se han creado y destruido sin mi consentimiento. Vidas que he cambiado, hogares que he destruido, remordimientos que guardo dentro y por fuera se me reflejan como maldad. La sociedad me ve como un archivillano que no tiene empatía hacia nada que no sea sí mismo.


El destino, es la última oportunidad que me queda, para ser yo. No se trata de curar heridas, de esconder marcas. Ahora llevo mis cicatrices por fuera porque si no fuera por ellas no sería quien soy ahora mismo. Mi dominio del lenguaje no ha sido natural, no fluye como la magia. Mi conocimiento en materia de sentimientos viene forzado por dolor, tristeza, nostalgia. Escribo así porque mi corazón late, mis ojos parpadean y mis sentimientos resurgen y nunca mueren. No disfrazo oraciones y palabras para complacer oídos de extraños, las escribo por necesidad humana de expresarme. Es mi forma de ejercer mi derecho al voto, mi opinión democrática sobre cualquier temática que exista. Hablo de la vida, de la muerte, de mí…porque tengo experiencia. Hablo muchas veces sin saber, pero siempre sabiendo. Hablo, porque aunque nadie me escuche…en mi cabeza dejan de retumbar los martilleos del pasado…ese que muchas veces he intentado borrar.

lunes, 21 de noviembre de 2011

VEINTE Y CUATRO

"EL DIA EN QUE LA MIERDA TENGA ALGÚN VALOR...LOS POBRES NACERÁN SIN CULO".

AMÉN...



Son muchos los que confunden ser católico o creyente con la iglesia, o ser ateo con renegado, o ser agnóstico con un dios nuevo que hemos inventado. Yo aún recuerdo esa conversación que tuve con mi madre cuando yo era un niño en el que yo le preguntaba que por qué dábamos religión en clase si no era religión, sino cristianismo o catolicismo. En España no hay libertad de elección en ese sentido. A no ser que nuestra familia sea Testigo de Jeová, Budista, Musulmana, Judía o derivados…nos toca ser católicos, casi por obligación. En aquella conversación recuerdo decirle a mi madre que yo no quería ser católico como los demás, que yo quería elegir lo que quería ser. Fue entonces cuando pacté con mi madre que desde que hiciese la comunión (su gran deseo) me quitaría de religión del colegio. Y así de “sencillo” fue. No he contextualizado que mi madre era practicante hasta el punto de pasarse todos los domingos en misa. No creía en los curas para nada, pero sí que era muy buena cristiana y cumplía.



Con el paso de los años me he dado cuenta de la razón que tenía al no querer ser cristiano y ciertamente se ve reflejado en lo que detesto la iglesia católica cada día más. Tanta pretensión y creencia en balde, tanta cesta pasando todos los días a varias horas para ver al cura montado en un mercedes cuando se supone que está ahí de forma “desinteresada”. Siempre he dicho que soy ateo o me he identificado con la no creencia en nada. Igual ha sido por ello que la vida me ha brindado tantos palos en tantas direcciones. Actualmente me veo más agnóstico que otra cosa. Sé que nacimos de algo, que algo nos creó, confío en que existe o existió “algo” más allá de los dioses inventados de todas las demás religiones y de las historias que las avalan, pero no sé de qué se trata. También creo que como mi estancia en la Tierra será bastante limitada, no voy a pasarme los años esperando desmantelar ningún enigma, o encontrando algún todopoderoso que nadie ha visto antes. Prefiero caminar por la vida libre y con mi conciencia tranquila por creer en mí mismo y en lo que veo que me rodea.


Respeto muchísimo las creencias y religiones de cada persona, aunque no comparta ciertos aspectos de algunas que nos tachan como personas ante su creencia y prefieren que muera un ser humano a “traicionar” a su dios o mesías. He vivido con católicos, con budistas y he conocido a Testigos de Jeová y adventistas y todo muy respetable. Lo que no puedo respetar es a la iglesia católica, a ese circo que cada vez se cree más poderoso y cada día se hace más invencible. Solamente hay que mirar atrás en la historia y ver qué ha sucedido con tanta masacre, tanta maldad disfrazada con toga, tanta burla y parodia si se supone que se parte de la base de que todos los hijos de Jesús somos iguales. Entonces que la iglesia lo demuestre en primer lugar. Cuántos curas homosexuales hay en España y cuántos han abusado de menores. Cuántos sacerdotes u obispos han practicado sexo, el mayor de los pecados y cuántos han tenido hijos. Cuántas veces se puede perder la virginidad para la iglesia… Una iglesia y una religión que prohíbe tantas cosas y que bajo mi punto de vista no tiene derecho a nada en absoluto.


Me hace gracia también lo que se denomina “creyentes” o “practicantes”. Me encantaría hacerme reportero y periodista por el simple hecho de poder ir por las calles entrevistando a todos aquellos que son católicos y preguntarles por qué lo son, qué les ha llevado a ello y cuánto hace que no pisan una iglesia. Hay católicos que solamente pisan tierra sagrada en bodas, bautizos o funerales. Hay católicos que no han sido ni bautizados siquiera. Hay católicos que en su vida han leído una mísera página de la Biblia. Hay católicos que utilizan preservativos y por lo que tengo entendido eso va en contra de la religión, ya que mata la procreación natural del ser humano (independientemente de las enfermedades que podrían cogerse de no utilizarlos, pero claro, la religión está primero). Yo me río de esas personas que siguen una religión sin haber leído siquiera su libro sagrado, sin saber de qué se trata, qué se trama, qué ocurre en esas cuatro paredes llamadas “la casa del señor”. Me río de cómo siguen procesiones que no entienden, cómo lloran por santos que no saben si existieron, por vírgenes que probablemente jamás hayan pisado la tierra, por cruces que mataron a su modelo a seguir. ¿Qué es el agua bendita? ¿Acaso no sabe igual que Bezoya, que Fonteide, que Fuentealta? ¿Qué es el cuerpo de Cristo? ¿Acaso no es la cobertura de una almendra rellena de navidad? ¿Y el vino? ¿Acaso no es vino de cartón con el que algunos cocinamos? Ah, no, que ese vino que ellos usan es tinto…perdón.


No entiendo tanta hipocresía, tanta farsa, tanta mentira. ¿Acaso los seres humanos por ser malos no tenemos derecho a estar en el mundo? Ellos dicen que Jesús nos ama a todos por igual, pero a ellos los castiga. ¿Qué hemos hecho los homosexuales para merecer el rechazo de la iglesia? ¿Acaso los curas no practican sexo oral con hombres como nosotros? Que tiren la primera piedra e igual se les cae el tejado encima. Si los cristianos no utilizasen métodos anticonceptivos habría una media de 20 hijos por familia, ¿es eso lo que quiere la iglesia y su religión? Poblar el planeta de niños que no podrán ser mantenidos… Ah, no, su solución es no practicar sexo sino 4 veces en la vida. Me faltan dedos para contar tanta contradicción. Lo gracioso es que probablemente yo esté mejor informado y tenga más recursos acerca de la religión cristiana o católica que la mitad de los creyentes que la siguen, pero eso tampoco cuenta. Que me impongan crecer en España por haber nacido aquí, o emigrar hacia otro lugar porque mis padres lo hayan decidido, que me obliguen a estudiar hasta los 14 o 18 años porque así lo dice la ley o algún estatuto, pero que no traten de forzarnos a ser partícipes de algo en lo que verdaderamente no creemos. ¿Acaso el cura nos salvará de un cáncer por mucho que recemos? ¿Acaso desaparecerá el VIH si vamos los domingos a misa? ¿Acaso se acabará el hambre y la pobreza por comernos el cuerpo del señor todas las semanas? Considero inauguradas las jornadas de reflexión religiosa…

REFLEXIONES...

-TODOS TENEMOS CAPACIDADES, ESO ES UNIVERSALMENTE CONOCIDO, PERO ES CIERTO QUE TAMBIÉN TODOS TENEMOS DISCAPACIDADES, Y ESTO NO ES ALGO QUE CONOZCA CADA INDIVIDUO.


-LAS PERSONAS SORDAS CLARO QUE SIENTEN LA MÚSICA, PERO DESDE OTRA DIMENSIÓN, CON OTRO SENTIDO, CON OTRO PUNTO DE VISTA, ¿ACASO ES EL NUESTRO MEJOR?

-LO MEJOR QUE CADA UNO PUEDE APORTAR AL MUNDO ES UNO MISMO; CON SUS ESPECIFIDADES Y CUALIDADES.

-LAS PERSONAS SORDAS SON DISCAPACITADAS MÁS A CAUSA DE SUS TRANSACCIONES CON EL MUNDO OYENTE QUE POR LA PATOLOGÍA DE SU SORDERA.

-EL MUNDO, EL ENTORNO Y LA FELICIDAD NO SE CONOCE POR LO QUE ESCUCHAS, SINO POR LO QUE EXPERIENCIAS AL VIVIRLO.

-EL LENGUAJE NO SE ENSEÑA…SE APRENDE.

I JORNADAS DE ACTUALIZACIÓN EN DISCAPACIDAD AUDITIVA



El fin de semana pasado tuve maratón de nuevo al asistir a las I Jornadas sobre Discapacidad Auditiva que la Universidad de La Laguna organizó con la colaboración de otras tantas entidades. Considero extremadamente positivo que se organicen este tipo de eventos para dar a conocer los problemas que implican ciertas enfermedades auditivas, las barreras con las que se encuentran actualmente las personas que la padecen y las soluciones parciales que existen en el mercado. Resalto sobre todo el tema de la sensibilización y la difusión del colectivo sordo que tan desconocido se muestra en la actualidad.



Cuando escuchamos la palabra sordo la asociamos a una persona que no puede escuchar y tampoco hablar y lo denominamos “sordomudo”. De forma sencilla me gustaría aclarar que una persona sorda no tiene por qué ser muda. Simplemente se tiene la capacidad de desarrollar el habla, el inconveniente es que no es tan sencillo como parece. No alejándome mucho del tema quiero comentar que las personas sordas no están todas “sordas como una tapia” como vulgarmente se comenta en la mayoría de los círculos. Existen diferentes grados y tipos de sordera: algunas hereditarias, otras adquiridas… Cada persona sorda es un mundo.


Centrándome de lleno en las jornadas debo confesar que sentí una pena enorme al ver aquella aula magna sumamente vacía con unos pocos cientos de personas, y poco a poco más y más vacías a medida que continuaban las charlas. Los grandes interesados fuimos los que conocemos la temática de cerca, los que convivimos con ella, nos preocupamos por ella y trabajamos o estudiamos para mejorarla, aliviarla o al menos interesarnos en conocerla. Otro gran porcentaje lo formaban alumnos que necesitaban fervientemente esos dos ansiosos créditos de libre elección. Entiendo que eran suculentos, pero al encontrarnos ante unas jornadas y pagar 50€ como mínimo, qué menos que mostrar un poco de curiosidad, tomar algunas notas e intentar ser un poco más culto y consciente del mundo que nos rodea.


Me quedo con los familiares de personas con discapacidad auditiva, con los médicos que trabajan contra todas sus patologías, con los intérpretes que al menos procuramos que las personas sordas tengan acceso pleno a la información del mundo y esos pocos seres humanos interesados en la discapacidad invisible que tan abandonada ha estado a lo largo de los años. Confieso que mi cansancio era aparenta, ya que venía de una dura semana de clases combinadas con trabajo y llevaba bastante sin descansar. Sin embargo, salí bastante satisfecho de ciertas charlas y no siempre se amortiza el dinero que uno paga, pero en mi caso no podría estar más contento.


Resalto una ponencia que me conmovió de manera suprema. Después de las barreras que la vida me ha brindado a superar y los problemas por los que he tenido que pasar, no soy persona que se sorprenda por experiencias o traumas que haya padecido algún individuo. No hablo de no ser empático, sino de no emocionarme con vidas duras, complicadas y desgraciadas. No obstante, aquella mujer hizo que mis ojos tuvieran ganas de llorar. No por la pena que sentía por su situación, sino por cómo afrontó la vida, por cómo decidió agarrarse fuertemente a ella y por cómo era capaz de reírse de su pasado, de burlarse de sus miserias y de exponerlas públicamente ante cientos de desconocidos. Lamento que fuese casi al final de las jornadas y decenas de personas ya hubiesen abandonado la sala tras firmar la asistencia. Ellos sí que me dan pena por haberse perdido una lección de vida como aquella.


Se trataba de una mujer que se había quedado sorda siendo una niña. Ocurrió por unos problemas con antibióticos o vacunas (no recuerdo bien). Hablaba perfectamente, pero no podía escuchar. Una de sus grandes barreras era que no había querido aprender lengua de signos, lo que limitaba aún más su situación. Añadiendo que era bastante mala leyendo los labios, como ella misma confesó. Sus padres le proporcionaron la mejor de las educaciones y por ello crecían sus inquietudes hacia la vida. Su hermana oyente hacía de tripas corazón y se convirtió en un apoyo coraje para ella, ayudándola en cualquier trámite o información que necesitase. Ya de adolescente decidió que quería ser veterinaria. ¿Por qué? Porque los animales eran los únicos seres vivos que la comprendían y con los que se podía comunicar sin necesidad de escucharlos. Se fue sola a vivir a Gran Canaria hasta que terminó su carrera, realizó sus prácticas y entonces se dio cuenta que nunca podría ser veterinaria. La sociedad, las barreras que ésta imponía, la falta de información del entorno y la poca sensibilización a la discapacidad auditiva lo impedían (hay que recordar que esta señora habla perfectamente, así que traten de imaginar qué ocurriría con una persona sorda que no haya adquirido el habla o que apenas haya desarrollado este sentido… que son un gran porcentaje). Con gran esfuerzo se convirtió en inspectora de sanidad, su trabajo actual. Ella contaba cómo fue su experiencia en las oposiciones; cómo le contaban que por su discapacidad sería evaluada de forma diferente y cómo finalmente la evaluaron igual que a una persona oyente. Le prometieron que no tenía que realizar examen de idiomas por ser sorda y finalmente le hallaron la media con un cero en esa destreza. Otro de los exámenes era oral y pudo salvarlo en parte, aunque sin responder a la ronda de preguntas, puesto que no entendía qué se le preguntaba de forma oral. Finalmente y con sudor de sangre aprobó las oposiciones y quedó en un puesto penoso que no se correspondía con sus capacidades ni con su situación. Consiguió plaza en la isla de la Gomera, en la que la discapacidad auditiva brilla por su ausencia. Si en Tenerife existen cientos de barreras de comunicación para una persona sorda…cuesta imaginar cómo será en una isla menor. Su vivienda no estaba adaptada en absoluto (carecía de señales luminosas o vibratorias que hicieran su estancia más placentera) y el gobierno se negaba a proporcionarle medios o ayudas para conseguirlo.


Sin extenderme mucho más me gustaría invitar a la reflexión a todas esas personas que piensan que la vida se acaba cuando los abandona su pareja, que todo termina cuando muere un familiar cercano, que no hay continuación después de enfermedades crónicas. Esas personas que se quejan por no tener dinero para comprarse un ipod o un ordenador, que sufren cuando no tienen saldo en el móvil o que lo pasan mal cuando físicamente no son lo guapos que les gustaría. Los invito a que se metan en la piel de una persona con discapacidad auditiva, que los traten de comprender, que entiendan el aislamiento que sufren en la sociedad. No hay que dar la espalda a las minorías, y sobre todo comentar que todos somos personas y poseemos sentimientos, inteligencia, emociones. Somos diferentes, pero tampoco lo somos tanto al mismo tiempo. Es triste no recibir información de lo que nos rodea, no poder interactuar con cualquier persona, estar condicionados de por vida. Yo soy de los que piensa que no son las personas sordas las que no escuchan, es la sociedad que hace oídos sordos a lo que ocurre. Invito a todos a ser sordos, a ser mudos, a ser ciegos, a ser todo lo que se puede y no se puede ser. A ser conscientes, consecuentes, buenas personas….a ser solidarios, desinteresados, humanos, sobre todo a ser humanos. Si verdaderamente saben escuchar y oír…háganlo hoy más que nunca.

viernes, 18 de noviembre de 2011

VUVURVIA



Nadie se acordará de nosotros cuando nos hayamos ido, o al menos eso dicen. Yo no lo creo. Yo recuerdo a muchas personas que no están, que se han marchado. Recuerdo sus rostros, sus palabras, su voz... Intento transmitirlo a los que me rodean para que esa esencia nunca muera, para que perdure en el tiempo y sea infinita. Finalmente acaba convirtiéndose en un aura que flota en el aire y nunca desaparece. Me empeño en no dejar abandonado a todos los que significaron algo para mí, pero por alguna razón sobrenatural que supera mi entendimiento han tenido que abandonar forzosamente este lugar. Ya sea en el cielo, como alguien hermosamente inventó, o en algún otro plano paralelo han de seguir existiendo. Aquí, por lo pronto yo sigo hablando de ellos, con ellos, como si estuvieran aquí, como si el tiempo se hubiera estancado y nosotros con él. Yo no me rindo... Mientras tenga voz, voluntad y alma...haré que perduren en todo mi espacio. Y aunque el pasado no recuerde...el futuro jamás va a olvidar...

lunes, 14 de noviembre de 2011

VEINTITRÉS

"SÓLO EN LA AGONÍA DE DESPEDIRNOS SOMOS CAPACES DE COMPRENDER LA PROFUNDIDAD DE NUESTRO AMOR" .

George Eliot

THE WIND

Perdido enredado en el viento lo veo flotar. No puedo discernir si sonríe, si está triste o si llora. Veo su pelo moviéndose al viento…moreno y rubio a la vez. Su mirada perdida como tantas otras veces. Ya no sabe si tiene tantas batallas ganadas como perdidas, pero siento las cicatrices desde lo lejos. ¿Qué le ha llevado a llegar tan lejos? Posiblemente haya hecho una apuesta a la muerte, y haya decidido luchar con uñas y dientes para quedarse. Le han robado raíces de su tronco, hojas que se llevó un otoño…le quitaron todo y decidió caminar desnudo mientras mantenía su mente en blanco. Tantas lágrimas cayeron que las presas acabaron por rebozar, sus ojos secos del todo. Es el brillo en sus ojos, aquel que se esconde tras su tristeza el que lo hace seguir. Lo acompañan ilusiones, sueños por cumplir y una maleta repleta de esperanza. Su esperanza no es la verde de los tréboles, es color arco-iris, como su alma. Lo veo caminar despacio, sereno, tranquilo…metido en su mundo…pronunciando palabras que apenas podría descifrar aunque hablemos el mismo idioma. Hombros caídos, brazos cansados del peso de la pena, de la dureza de la nostalgia.



Ahora veo un camino amplio y brillante, una aureola que lo acompaña allá donde va. Salió de la nada, parece creada de su propia fuerza…hasta ahora infinita. Nunca lo he visto flaquear ni arrodillarse. No tiene fin…es como el firmamento, largo y lleno de estrellas. ¿Qué está pasando? Lo veo ascender y levita como no había visto jamás. ¿De dónde sale tanta fuerza de voluntad? Se crece con la envidia, se alimenta de mentiras, vive por el odio, sonríe por la maldad…la humanidad lo ataca y él lo utiliza a su favor, para no caer de nuevo en aquella red rota que lo lleva a un abismo sin final. ¿Será acaso indestructible? Ahora observo sus gestos, veo el cansancio en su rostro, la nitidez de sus ojos marrones, tan normales como peculiares. Esa tristeza impregnada de desgracia, manchada con maldiciones destruidas con fe. Confianza que no muestra, pero posee, ganas de seguir que no se ven, pero se sienten. Un niño con cuerpo de hombre que ya se niega a ser vulnerable. Un hombre con espíritu de niño que trota sin freno, cree sin límites, navega sin límites, sobrevive sin límites.


Las barreras que no ha podido superar yacen a lo largo del camino, caídas a los lados. Recuerdo cómo las quitaba con perseverancia de su camino, aunque tardase días en conseguirlo. Las que no puede destruir las aparta, las aleja de su vida, pasa por encima con sus pies descalzo y las supera. Ha superado tantas situaciones que los latigazos del destino apenas han podido destruir su voluntad de acero. No se muere, no se oxida, no termina. Va en silencio allá por donde pisa, y lo más que se atreve es a esbozar una sonrisa de esas que enamoran al prójimo. Las sonrisas que nadie se espera y pueden igualar a la salida del sol. El maestro de la vida ha pasado tanto en tan poco tiempo que ya olvidó cuántos años lleva con su armadura puesta. El escudo que le ha salvado de caer en la tentación, la lanza con la que ha destruido todo en lo que no confiaba, la forma en la que ha separado lo efímero de lo infinito. Ya no cree en la suerte, y el paraíso le espera con los brazos abiertos cuando decida dejar de caminar. Allí va, aquel hombre enredado en el viento. Ahora se ha vuelto de color azul…apenas veo su rostro en el cielo…

jueves, 10 de noviembre de 2011

SONGBIRD....

Me doy golpes en la cabeza contra la pared…una y otra vez. Todavía no entiendo qué diablos fue tan mal. Sigo con los golpes hasta que van cayendo lágrimas. No por el dolor de los golpes, sino por la impotencia del ser humano. Las lágrimas abren la boca y pronuncian tu nombre. Me martillean constantemente como nunca lo habían hecho antes y sin siquiera imaginarlo me escucho diciendo cosas que jamás creí que pudiera decir. El eterno orgulloso mordiendo el polvo…menudo espectáculo.


Lo deseo, y lo deseo, y lo vuelvo a desear. Pienso mucho para que se haga realidad. Duele más si sabemos que estuvo cerca, que lo tuvimos entre los brazos y se esfumó. Los sueños o potenciales a sueño a veces se escapan mientras los vemos volar y es tan triste. No soy de los soñadores que se imaginan en el escenario actuando o ganando un Roland Garros en París. Soy de los que prefiere encontrar un buen compañero de viaje y empezar a caminar. Soy de los tontos que todavía creen en la sinceridad, en la honestidad, aun cuando me juegue muy malas pasadas. Soy estúpido, eso también lo soy.

Envidio muchas cosas: a las personas que no tienen la obligación de trabajar, a los valientes que no le temen a nada, a los ricos que tienen lo que desean, a los enamorados que creen en el amor sin límite. Los envidio a todos por tener lo que yo no tengo, y a pesar de eso…de poder desear…tan solo te deseo a ti. Me paso el día entre “pretending”, “get it right” y “songbird” descifrando por si se me escapa algún significado oculto que me ayude a llegar a tu lado. Perderme en tu pecho, morirme en tu sonrisa, dormirme en tus ojos…todo era tan sencillo.

Moví la montaña, paré el terremoto, y congelé el océano para que no volvieses a llorar. Juré hacerte feliz, pero apenas tuve tiempo…y prometo que lo hubiera conseguido. Si me dejas lo puedo conseguir, porque aquí dentro tengo un mundo entero en el que nunca hace frío y las palabras que se dicen son de verdad. Los pájaros también cantan como en aquella canción ¿los escuchas desde ahí? Te podré querer…como nunca lo he hecho antes. ¿Puedo…?

LANDSLIDE

¿De verdad que no ha servido de nada? Entonces sí es que no fue el momento perfecto. ¿Se puede ser más cruel? ¿Más idiota? ¿Más prisionero de lo que soy ahora? Prisionero de actos, palabras, frases hechas, inventadas… Prisionero por inventar un lugar de cristal tan frágil que los reflejos delatan cualquier perfección, que se agrieta por todas partes, que ninguno de los obreros pudo remediar, quiso remediar. Los cimientos me caen encima de repente sin haberme dado cuenta que tú decidiste marcharte. Te fuiste y me dejaste con una habitación llena de escombros afilados que se me clavan hasta cuando duermo. Se me llenan de recuerdos sonoros, visuales, auditivos… me persiguen allá donde voy. Espero que a ti también. Dicen que el cristal es irremplazable, irreparable, pero yo puedo conseguirlo. Yo puedo convertir esos escombros en un nuevo hogar para volver a empezar. Lo he logrado anteriormente y puedo volver a hacerlo ahora. Soy un artesano de ese material, puedo hacer cualquier figura, cualquier estructura… Es cierto que el proceso me hará sangrar y convertirá mis manos en víctimas de la humanidad llenas de cicatrices líquidas que solo curarán con el tiempo, pero creo que vale la pena el riesgo. ¿Quién no quiere un hogar como el que yo tengo fabricado en los planos de mi mente? Definitivamente yo sí. Cesó mi búsqueda y esta es la casa de mis sueños, la que me he propuesto construir. La dejaré sin puerta por si mi compañero de viaje vuelve para quedarse…

lunes, 7 de noviembre de 2011

HIR

Empiezo a pensar que la implicación extrema tiene tope y fecha de caducidad. Siempre empiezo mis proyectos o planes con ilusión, como si fuese un niño pequeño que empieza en la escuela descubriendo todo un mundo de diversión. Así comienza sus andaduras un apasionado como yo. Me estrujo el cerebro y me esfuerzo al máximo para que todo vaya viento en popa, para que el barco siga mi rumbo, el destino que yo he decidido. Lo limpio, lo pulo, lo abrillanto porque a todos nos gusta presumir de los que sabemos hacer mejor. Lo veo crecer, lo mantengo lo mejor que puedo. Estudio posibles cambios, modificaciones...lo sello con mi sangre...lo adorno con mi voz. Vuelvo a analizarlo y es entonces cuando creo que está preparardo para ser público, para contarle al mundo entero que puedo conseguir cosas...que ya no soy insignificante, que ya no lloro en cada recoveco. Pasa el tiempo y sigo con nuevas ilusiones, nuevos planes, nuevas ideas que surgen tras un sinfín de horas comiéndome el coco.
La vida desde el exterior parece más sencilla. Sentarse a mirar es gratis, satisfactorio...quizás la opción más fácil del planeta. Ahí es donde empieza el compromiso. El que da, espera recibir y el que recibe debería quedar satisfecho. Sin acción no hay emoción y mucho menos satisfacción. Si canto y nadie escucha, llegará el día en que me aburra de cantar. Si escribo y nadie lee ocurrirá lo mismo. Si actúo y nadie me mira, si hablo y nadie entiende, si debato y nadie opina... ¿Por qué se callan cuando hay tanto por decir? El tiempo nunca se pierde hasta que creemos que lo hemos perdido. Las ganas se van cuando no hay implicación y el que no participa pierde el derecho a exigir después. Quedan muy pocos que trabajen gratis y apaleados duele más el sacrificio. Valorar no ocupa más de unos minutos que al final terminarán malgastados mirando al techo.
Los hay que se pasan la vida observando aquel teléfono, esperando que suene una vez más. No se atreven a descolgar y tomar la iniciativa. ¿Acaso no queda nada por contar? Las inquietudes mueren en la mente, las palabras en los labios, las ganas en el corazón. Todo para al final acabar convertidos en cuerpos con ojos de cruces negras y cuerpos de venas azuladas sin opinión. Nos empujan al pasar, nos pisan al bajar y mantenerse es cosa de parlanchines únicamente. ¿Decir que sí cuando es que no? Y un cuerno...

CARCAJADAS

Pasa el tiempo a la velocidad del sonido y me voy percatando de todo aquello que huelo, veo, escucho, digo y toco. Me atrevo a decir que tengo un sexto sentido bastante desarrollado del que me fío en demasía y si me apuran tiro del séptimo que empieza a despegar. ¿Cómo? Ni yo mismo lo sé... Sin quererlo me encuentro ante un ego ya adulto, con pequeñas marcas en la cara de la vejez, con más experiencia que momentos felices y con el polo positivo a todo meter. Valoro las cosas por la coherencia, contenido o intención...y no por su escaparate porque al fin y al cabo todo en esta vida es pura matemática manipulable.... Me encuentro con demonios en mi profesión, en mi barrio, en mi entorno. En ocasiones mis ángeles me salvan de caer...otras veces me estrello sin remedio. Tras períodos sin actividad me encuentro cara a cara con la libertad, que osa retarme nuevamente en duelo de muerte. Esta vez utilizaré como arma mi sonrisa, que ha podido conquistar el sol hasta en los peores momentos. Si me río nada podrá ir peor. La risa atrae otra risa y nada puede destruir un ataque de cientos de risas, así que invito a todos a sonreír para siempre. Lograré vencer a cualquier fantasma invisible con mi nueva arma y ya nadie podrá negar lo que vale una carcajada.

domingo, 23 de octubre de 2011

VEINTIDÓS

"LA VIDA ES UNA SERIE DE COLISIONES CON EL FUTURO; NO ES UNA SUMA DE LO QUE HEMOS SIDO, SINO DE LO QUE ANHELAMOS".

GENTE

-Hay gente que sabe escuchar. Gente te mira a los ojos, que te llama por tu nombre, que sabe cómo hacer que los silencios hablen. Gente a la le gusta la gente.



-Hay gente que se ríe de sí misma. Gente que es consciente de que estará con ella misma el resto de su vida. Así que, teniendo en cuenta que una vida es mucho tiempo…mejor llevarse bien, ¿no?


-Hay gente que no aprieta el tubo de pasta de dientes desde abajo. Ni necesita abrir el paraguas cuando llueve. Gente espontánea, que prefiere la casualidad de encontrarse a la seguridad de quedar.


- Hay gente que solo tiene miedo de tener miedo. Personas que saben que el miedo paraliza, pero piensan que el mundo es demasiado interesante como para estarse quieto.


-Hay gente que no se limita a contemplar el paisaje. Personas que interpretan el mundo a través de los sentidos, que prefieren ver a mirar, escuchar a oí, acariciar a tocar.


-Hay gente que no pone cerrojos en su vida. Gente que te abre sus puertas. Gente abierta, dispuesta a compartir, a escuchar y a dar sin esperar a recibir.


-Hay gente que piensa que debajo de los adoquines está la tierra. Gente que tiene imaginación y la usa. Gente que cree que la palabra “libertad” no debería estar encerrada en un diccionario.


-Hay gente que ve la botella medio llena… que sabe que detrás de un no, a veces se encuentra un sí. Gente que a los obstáculos los llama oportunidades. Gente que piensa que un poco de algo es mucho.


-Hay gente que no siempre pone los puntos sobre las íes. Personas flexibles, que hacen y dejan hacer. A las que no les importa equivocarse porque así tienen una nueva oportunidad de volver a empezar.

MI PETICIÓN EPISTOLAR

Una pena que las cartas ordinarias se pierdan poco a poco en lo más profundo del olvido. Los sentimientos epistolares quedan sepultados al peor de los pasados: aquel en el que el futuro no se para a recordar, a investigar. ¿Qué fue de aquellas vidas separadas por la guerra? Noticias de lo más delicadas que bastaban con un “sí…” o con un “lo siento…”. La emoción de ver aquel sobre con líneas rojas y azules en los bordes y mi nombre escrito a bolígrafo con una caligrafía indescifrable a primera vista. Sellos de varios colores personajes míticos que no conozco, con animales o emblemas que no me son familiares. ¿Acaso no vale la pena seguir enviando cartas tan solo por el mero hecho de notar los pliegues del papel en nuestras manos? La saliva intacta que sella el sobre y ese cuño de hace quince días… El trayecto que lleva una carta es impresionante. Las manos por las que pasa, las ciudades que visita sin ser consciente de ello. Todo ese recorrido para llevar un puñado de novedades, de sentimientos, de pensamientos de un lado a otro del planeta, del país, de la ciudad. Toda una intimidad doblada en cuatro en un par de folios. ¿Quién pudiese recibir una carta escrita a mano en 2011? Yo, desde luego, me muero esperando por ella y, como a veces tengo un lado esperanzador…sé que llegará tarde o temprano.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN VI)

29/12/2005


Soy por ti muy feliz…

Descansando, a cierta distancia, en el borde de la cama pensando en lo que estoy viviendo contigo, y me pregunto: ¿De qué trata esta historia? Me siento como un aprendiz de poeta que con versos pobres pero llenos de sentimiento, intenta conquistar el corazón de una gran dama. Demostrándole el tiempo, que después de tantas lágrimas que descendían copiosamente por mis mejillas, sus más puros pensamientos se iban a hacer realidad. Tiempo es quien te da la respuesta del por qué hay gente que todavía escribe algo a una gran persona amada, como lo hago yo en este momento.

Hasta poco después de habernos conocido no atinaba a comprender qué importancia tenían los detalles o momentos que pasábamos, de lo raro que era todo. Me fui con la sensación de que había dejado atrás a un gran amigo al que solo echaría de menos en mis momentos difíciles y una vez aquí me doy cuenta de que te necesitaba, de que me haces falta, que ya estoy acostumbrado a que estés a mi lado…conmigo. Quiero tenerte cerca pues necesito tu dosis de abrazos y besos. Te quiero. Estoy acostumbrado a escribir lo que siento en papel. Es una forma de demostrar que lo que digo es verdad y que a la larga el tiempo te dará la razón conmigo. Que hay cosas como el amor que no solo se demuestran hablando, pues las palabras se las lleva el viento. Prefiero que me beses sin decir nada, que yo lo haré así, aunque ya no me privaré de decirte una y otra vez lo que tengo escrito en papel: “te quiero y te echaré de menos si algún día estás lejos”. No hay ningún amanecer que no me despierte sin saber que te soñé.

Finalmente quiero que sepas la mayor de las razones por las cuales he sido tu amigo a todas horas: quiero que sepas que ya no solo eres ese gran amigo que un día apareció en mi vida y me dio algo de luz a mi existencia. Todo ha cambiado para bien; que ya no me encuentro con el pensamiento de que no tengo derecho a exigir que confíes ciegamente en mí, de que no tengo derecho a saberlo todo de ti, a robarte tu tiempo, a interferir en tus caminos, a hacerte chantaje con tu bondad, a exigir que llores reclinado en mis hombros a que corras siempre en dirección a mí.

Pendientes en cada momento del reloj somos conscientes del poco tiempo que nos queda para estar juntos. Apuro cada instante para recordar la imagen de esos ojitos marrones, de ese lunar tan precioso en tu cachete, del sabor de tus besos, del sentimiento cuando te acaricio, del olor de tu piel, del contacto de tus manos… de cómo me dices al oído “te echaré de menos”. Sigo tus pisadas porque a veces me pierdo, me pierdo en mil preguntas y al final siempre termino huyendo.

En cuanto a ti a mí qué decir. Son muchas las veces y ocasiones en las que te intenté decir “te quiero”. Veces en las que te buscaba con la mirada para que entendieras que me gustabas, que estaba a gusto de estar contigo en ese momento. Te doy las gracias por haberme leído en contadas ocasiones. Necesito decirte que aunque ayer me lastimaron algunas acciones, los recuerdos más frescos que guardo de ti son de los momentos buenos que no viene al caso enumerarlos porque tú sabes bien de lo que estoy hablando.

¿Qué es lo que espero y deseo? Lo que espero y sueño es que si un día necesitas un par de oídos busques los míos, si algún o cualquier dolor te aflige tengas el valor, sin miedo alguno, de encontrarme, aunque estés cansado, amargado o vacío. Llega a mí y dime que necesitas a alguien como yo. Lo que realmente quiero es que entiendas que no te quiero para mí, sino tan solo para ti. No te quiero con exclusividad, sino con ternura fraterna y sincera. Quiero que entiendas que si fuera necesario daría mi vida por ti…eso me susurra el corazón.

Cómo son las cosas, yo pensando que habría terminado de decirte todo lo que sentía y dispuesto a meterme en la camita me doy cuenta que todavía no te he dicho casi nada de lo que siento. Me levanto y me siento frente a un papel, y como un adolescente enamorado al que se le bloquean las neuronas por no encontrar las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos, me pongo a dibujar corazoncitos en el margen de la hoja pensando en ese último beso de despedida de hoy.

Llevo rato leyendo tu carta y me impresiones y me emocionas. Hay poca gente que me haya escrito algo así y de entre todas sin dudar me quedo contigo. Ahora comprendo cómo me enamoré de ti y por qué me dices que de mayor vas a ser poeta. Por fin puedo utilizar esa palabra sin miedo a pensar que es otra cosa lo que siente mi corazón en estos momentos. No sé qué ves en mí, no sé si estaré a la altura de las circunstancias en esos momentos difíciles que sueles pasar, y no sé si podré cuidarte y mimarte como te mereces. No sé si seré un buen apoyo para tu tristeza. Yo tan solo pienso en darle calor a tu corazón, en preocuparme por ti en cada momento, en que estés siempre con esa sonrisa picarona que me vuelve loco, en abrigarte de amor, en demostrarte que lo que pasa entre los dos vale la pena vivirlo juntos. Que se me hace difícil imaginarte lejos, que me conozco y me sentiré vacío, la mitad, todo por no tenerte cerca. Que me veo alguna que otra noche: “Perdona si te estoy llamando en este momento, pero me hacía falta escuchar de nuevo aunque sea un instante tu respiración”.

Cuando estoy por caer yo sé que tu amor me volverá a socorrer. Eres mi poder, mi valor a través de lo peor, mi luz mi cielo azul…mi gran amor aún…por siempre tú. Que somos dos cuerpos jugando a amar, puntos en la oscuridad. Fuimos queriendo cada vez más y nada podía cambiar. El paso del tiempo nos quiso alejar y nuestro amor pudo más.

Bueno, ya conoces de sobra mi faceta sentimental y ya has comprobado que soy en ocasiones un paño de lágrimas. Desde hace un año hasta ahora, las cosas en lo que se refiere a lo sentimental me afectan bastante. Compréndeme cuando te digo que tengo los brazos cansados de soportar el escudo de mi corazón y que no aguantará muchos golpes más. Comprendí que hay batallas que uno no puede ganar solo y así ha sido mi vida…batallas perdidas una tras otra. Que en ocasiones tuve un apoyo que lejos del concepto de amistad, y como las estaciones ese apoyo fue cambiando hasta que acepté que era imposible, que no servía de nada estar acompañado de alguien cuando no estás enamorado y me resigné a seguir solo. Me acostumbré a la frialdad de las paredes de mi cuarto, al llanto de soledad de mi alma. Me dediqué a guardar mis problemas para poner atención a los problemas de mi entorno. Es ahora cuando después de tanta penitencia entra un rayo de luz bañado de calor a mi cuarto oscuro de mi alma.

Te vi en ocasiones lejos de mi alcance por mucho que estuvieras a mi lado y hoy te tengo como compañía en la cama, diciéndome al oído te quiero mucho. Se terminó mi agonía de quererte detrás de un cristal sin poderte tocar. Yo lo tengo claro y sé lo que siento. No pienso subirme al avión pensando que me falta dar un beso a alguien como me pasó la vez anterior. Quiero que seas tú la última cara que vea antes de subirme al avión para comenzar con nuestra separación. Incluso ahora, escribiendo, siento cerca ese momento y la tristeza me embarga de no verte allí. Me voy sin la sensación de la calidez de tus besos…y por eso quiero que estés allí, porque me haces falta. Necesitaré ver a esa persona de la que estoy enamorado…de ti Raúl.

Todo empieza a cambiar en mi vida, me siento a gusto, satisfecho de lo bien que nos va todo, de lo bien que congeniamos, de que aún mantengamos esa magia del principio. Todo está cambiando desde la última vez que estuve por aquí. Noches vividas desde que llegué, traducidas en momentos que quedan aquí grabados. Me encanta que ya se lo hayas contado a tus mejores amigos, que ya es oficial, eres tú el ángel que me custodia.

Te quiero mucho Raúl, y quiero estar contigo siempre. Acuérdate de este bobito cuando leas esto. Un beso y un abrazote enorme….

J.G.A.

LEY 49

"EN UN VESTUARIO VACÍO, DOS INDIVIDUOS CUALESQUIERA QUE SEAN, TIENEN ARMARIOS CONTIGUOS".

sábado, 15 de octubre de 2011

PAX...

Dicen que el mundo finalmente vuelve a su lugar, con otra cara diferente y otro color, pero sigue siendo el mismo en el fondo. Yo siempre he pensado que se trata de algo más que un punto azul lejano lleno de agua. Aunque África también forme parte del mundo para algunos sigue siendo el continente de la contaminación destructiva. Para muchos la inteligencia reside en occidente, en América del Norte, en Europa. ¿Acaso no hay seres de inteligencia suprema allí abajo? Definitivamente sí, pero malgastan sus neuronas buscando la forma de encontrar un pedazo de pan.



El ser humano no es más que lo que puede llegar a comprar. Es un parásito de piel y huesos. Una mente criminal y egoísta. Compartimos vidas, pero seguimos estando solos. Lo que se dice nunca es de verdad, jamás es corazón. El cerebro sigue tramando de las suyas en su interior y acabamos con comportamientos rudos, obscenos y hasta obsesivos. Buscamos cuerpos con los que satisfacernos, llamamos felicidad a cualquier cosa mínimamente buena que nos pasa para darnos cuenta finalmente que es tan inalcanzable como las estrellas.


¿Y si el mundo no girase? ¿Y si todo fuera una mentira? Un mal sueño quizás, un puñado de historias inventadas por una mente dominante que nos controla a todos. Un planeta de seres de colores como los que saca la televisión cuando no tiene nada mejor que ofrecer. Si la vida se detuviera tendría que existir algo más, alguna mala segunda parte que todos critiquen, pero luego vivan con entusiasmo. Un día nos vamos a la cama creyendo ser alguien y al día siguiente no nos despertamos para convertirnos en cenizas en una urna.


Virus que nos atacan, enfermedades que nos acechan, dolores de alma, de colores diferentes, de todos los recovecos de nuestro cuerpo. ¿No es eso suficiente tragedia como para encima ir arrebatando vidas ajenas? Sectas, terrorismo, violaciones, asesinatos, accidentes… que alguien me diga un antónimo que me ayude a seguir viviendo aquí, a querer engordar más kilos y continuar con lo que empecé décadas atrás. ¿Paz? ¿Se trata de eso? Una simple palabra de tres letras me tiene que llegar de forma alentadora para seguir siendo yo. Motivación no conseguida…


Todos hablan de paz, de palomas blancas, de tranquilidad, de manos levantadas, de cuerpos limpios. ¿Dónde se esconde la paz? Yo lo sé…se esconde al final de las guerras, cuando ya no queda nadie, cuando el silencio taladra, cuando las lágrimas impiden seguir viendo, seguir hablando. Ahí se esconde la paz. ¿Eso es lo que queremos? Paz después de guerra no son mis días…definitivamente no lo son. Paz debe ser otra cosa, debe ser evitar, conseguir, alcanzar, llegar, vencer, ganar, ayudar, compartir, repartir, acariciar, abrazar, rozar, sonreír…todo ello junto debe ser la paz. Sin aditivos inventados por poetas, sin frases creadas por católicos, sin alientos desmembrados por científicos.


No me marcharé hasta que no encuentre la paz, la interior, la exterior, la mundial, la final…cualquier tipo de paz, para mí, la única cosa que cuenta. Amor con paz, convivencia con paz, sexo con paz, alegría con paz, conversaciones con paz, cenas con paz, trabajos con paz, monotonía con paz. La paz ha de poder con todo, se ha de escribir en el cielo, con mayúsculas y en las ondas de los estanques, en la sal del mar. Los días deben convertirse en paz, y si nadie tiene la intención de ayudarme…a través de batallas sin sangre conseguiré la paz que necesito. Paz…

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN V)

25/12/2005


Después de tanto tiempo, mi primer deseo es que sepas que estas palabras escritas responden a una profunda necesidad de mi corazón. Siendo sinceras y transparentes lo único que buscan es sacarme de adentro algo que nunca se alejó de mí. No pretendo que sientas que lo que busco es tu aprobación o tu perdón, lo que busco es hacerte saber qué es lo que pasada dentro de mí. Después de leerme quedará en ti la decisión de si esto merece una respuesta o no. Escucha mi corazón…¿lo puedes oír cantar? No para ni de día ni de noche. Aunque le suministro mentiras de lo que siento él no se las termina de creer y sigue cantando de felicidad.

En mis sueños puedo verte cada día y me siento cada noche a esperarte por si vuelves a traerme tu melodía. Por si vienes esta vez para quedarte. Nunca supe que podría sentir así, como si nunca hubiera visto el cielo antes. De pronto mi vida no parece vivida en vano y todo gira a tu alrededor. Jamás había conocido la perfección de estar aquí, envuelto en tu calor, amando cada respiración tuya.

Perdona que a veces olvide, pero me suele pasar. ¿Ves? He olvidado si son marrones o negros, pero bueno, solo quiero decir que son los ojos más dulces que he visto jamás. El color del dolor ayer tiñó mi fe, quiero recuperar la paz que perdí. Es más fuerte que yo estar sin ti. Que yo te necesito, me haces falta amigo mío, que seguir sin ti es mi sentencia y mi castigo, que te necesito y que sin ti todo anda mal. Mi boca y mi ser quieren que estés aquí conmigo. Porque eres tú mi sol, la fe con que vivo, la potencia de mi voz, los pies con que camino. Eres tú, amor, mis ganas de reír.

Ahora ya no me arrepiento. Que estoy en un sueño ya y no quiero despertar, prefiero pensar que todo sigue igual. Prefiero vivir aquí, perdido en mi realidad…dejando pasar el tiempo. Ahora que mi vida se encuentra normal y que tengo en casa quien sueña con verme llegar. Ahora puedo decir que me encuentro de pie, ahora mi futuro empieza a brillar.

Que tengo presente en todo momento tu miedo. Que sabes de mi pasado, del que no estoy orgulloso ahora. En todo este tiempo me he dado cuenta que he obrado en algunas cosas mal, o quizás, las podía haber conducido de otra manera. Pero no quiero vivir contigo en el pasado. No quiero ser el libro que no sabes el final y te asusta lo que lees.

A pesar de que la luna no brille mañana, me dará igual porque solo verte reír es lo que le hace feliz a mi alma. Esta vez quiero ser yo la luna llena que te espera y te ilumina. Ahora que te veo niño ya te echo de menos. No imagino mis heridas si algún día te vas lejos. Ojalá que nuestros ojos sí brillen mañana. Que tu voz siga pidiéndome a gritos amor, a gritos de esperanza. Ahora que te tengo no pienso perder el tiempo, ni perderme por mi absurdo ego ni un solo momento.

Te quiero Raúl

 
J.G.A.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN IV)

23/12/2005


Por fin llegó el avión. Me faltó ponerme de rodillas y besar el suelo. Llegando a casa le mando un mensaje al “pollo” diciendo: “ya llegué”. Lo hice con la esperanza de que él me contestara y me dijera de quedar. Pasan unos minutos y me llega contestación y la sonrisa me llega de oreja a oreja. Después de dos semanas lo volveré a ver. Me contengo y lo saludo como siempre “hola pollo”, aguantándome las ganas de besarlo y abrazarlo. Algunas razones solo las puede dar el corazón. ¿Cómo pudo ser? ¿Cómo he llegado a esta situación? Parece sacada de una novela de amor. ¿Quién tiene escondido el final? Me siento afortunado, después de todo, junto a él recuerdo la felicidad de estas fiestas.

J.G.A.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN III)

22/12/2005


Ajeno… aquellos pocos compañeros que quedan en el cuartelito y que tienen billete de salida para el día 24 estoy yo en mi litera. Pensando qué habrá pasado con él en este tiempo. Me acerco a mi taquilla y saco de ella como casi todas las noches esas dos hojas llenas de sentimientos que me escribió. En ellas me habla de una amistad y de lo agradecido que está por conocerme, ignorando que soy yo el que más agradecido está por tenerlo a mi lado.

Es mi última noche por estas fiestas en esta cama fría; pronto llegaré a Tenerife. Solo faltan horas y es cuando me viene la preocupación. No sé si podré aguantar las puertas cerradas de mi corazón y tengo miedo a estropearlo. No quiero caer en la duda de nuevo. No quiero pasar por lo mismo. Fue como si perdiera el corazón. Me lo habían tumbado en el primer asalto antes. Solo podía en esos momentos estar junto a él, hablar con él e intentar en lo posible no tocarlo, no acariciarle, no besarle en la mejilla. Me dolió pero lo acepté y no seré yo quien se entrometa, aunque sufra en silencio siendo tú el motivo. Me quema el vivir sin tenerle…intentando ser valiente y más fuerte.

Antes de irme la historia cambia. Me cuentas que te dio un crujido el corazón y yo mientras intentando borrar aquella noche que tuvimos. Todo ha cambiado. Días antes de partir noto algo especial por parte de él. Díaz que disfruto al máximo cuando estoy con Raúl. ¿Hacia dónde me lleva todo esto? No lo sé, pero me da miedo el final. Bueno, es la hora de levantarme para relevar en el puesto de imaginaria y aprovecho a escribir algunas de estas cosas.


J.G.A.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN II)

18/12/2005


Llego a tiempo a la cama faltando cinco minutos para que den el toque de diana, a tiempo de poder ver la foto suya en la cartera. Me pasó algo raro… En la cena, una de las chicas se me dirigió con una sonrisita en la cara y me preguntó qué había dejado atrás para tener esa mirada tristona. Y yo le respondí: “mi felicidad”. Lejos de aquella noche, tumbado ya en mi cama lo recuerdo a él. Recuerdo lo último que hablamos, en el último abrazo que le di antes de mi partida. ¿Qué es ese sentimiento? ¿Amistad? ¿Y qué hace continuamente en mis pensamientos? Estaré… no, mejor no decirlo aunque todo es en vano, ya que mi corazón ha decidido. Volveré junto a él…como cuando me fui. Ese es mi pensamiento y no quiero complicar más las cosas con él.

Por sorpresa, la madrina de mi madre que vive en La Palma me regala unos billetes de ida y vuelta a Tenerife y en ese momento lejos de agradecerle el detalle, me embarga el sentimiento de que lo volveré a ver a él y hago un esfuerzo enorme por aguantar las lágrimas. Los ojos ya los tengo encharcados, pero ya no importa porque estoy lejos como para que alguien me vea llorar.

Me tiene preocupado, lo siento triste y algo le pasa. Algo que él no me quiere contar. Son fechas malas para él. Son noches de recuerdos del pasado que le estropean estas fiestas.

 
J.G.A.

domingo, 2 de octubre de 2011

EL CLUB DE LAS MADRES MUERTAS

Existe un club no del todo famoso, pero muy familiar en mi entorno. Se llama "El Club de las Madres Muertas". Las entradas al club no se venden, ni se compran...sencillamente llegan. Nadie sabe por qué ocurre, o quién es el responsable, pero las órdenes se acatan sin rechistar. Recuerdo perfectamente el día de mi ingreso...de hecho, lo llevo grabado a fuego en mi corazón y a tinta en mi carné. Un lunes 15 de diciembre de 2003 a las 2 de la madrugada. Después de un domingo 14 sangriento e inesperado. Un día de horas que no terminaban, de millones de opciones barajándose en mi cabeza dio paso a otro día aún peor. De repente apareció mi inscripción escrita con pluma imborrable y me vi rodeado de extraños en un club del que ni siquiera sabía que existía.

Una vez allí me vi rodeado de extraños. No supe qué hacía ahí, qué significaban todas aquellas caras tristes, las miradas perdidas, los colores apagados, las medias luces, las lágrimas constantes, las lamentaciones al aire. Yo, con 19 años formando parte de una secta en la que no conocía a nadie. Sin instrucciones de uso, sin protocolo a seguir, sin normas internas. Nadie fue capaz de explicarme para qué servía mi estancia en aquel lugar sin puerta ni ventana, sin salida aparente. Sin embargo, allí me encontraba…vacío, inmaduro, ingenuo y vacío, sobre todo vacío. Mi mueca de desconcierto no dejó a nadie desapercibido y empecé a comprender que en aquel lugar tan variopinto solamente había cabida a personas que habían perdido a su madre.

Me encontré con jóvenes, con adultos, con ancianos, con bebés…allí había de todo. Cada uno sumergido en su mundo sin aire, tratando de sobrevivir con la fuerza que encontraban en cualquier cosa. Todo servía para impulsarse. Para mi sorpresa, a una de las personas que me encontré en aquel lugar fue a mi padre, que me contó que él entró en el club desde que nació…ya que su madre murió al darle vida a él. Me contó también que no existe consuelo, que no existe salida, que no existe principio ni vida. Me contó que todos estábamos ahí porque sentíamos el mismo tipo de dolor, un dolor que no se puede imaginar si no se tiene. Un dolor que nadie jamás comprenderá si no lo ha vivido. Un dolor que fue suyo durante más de medio siglo y que ahora sería mío para siempre también.

Llevo más de 7 años en ese club y todavía me pregunto si estoy pagando por algún crimen. Me cuestiono si realmente era yo el que debía estar ahí y por qué. ¿Acaso mi madre no era igual de buena que el resto de las madres? ¿Acaso no se merecía verme crecer hasta que me salieran arrugas? ¿Acaso no existían muchas cosas que debía aprender de ella antes de irse? Parece ser que no… parece ser que tenía que aprenderlas a base de palos, de soledad y de persistencia. Tropezando en piedras, chocando contra puertas, cayendo desde ventanas. Sin aliento, sin respiración. Aprendí a base de palos, patadas y puñetazos. Todas esas lecciones que cualquier chaval de 19 aprende con su madre…los del club las aprendemos a lo bestia, y no por ello las comprendemos.

No deseo a nadie el ingreso en el club, pero no me cansaré de decir que yo tampoco lo merecía. No hay palabras que consuelen, no existen frases prefabricadas para esto, ni lágrimas con abrazos, u hombros en los que llorar. Nadie puede comprender aquí. Si no lo vives…no lo sabes. No sería el que soy sin este carné que me señala a todas horas, pero preferiría ser otra persona con tal de volver a estar con ella unos instantes. Esa es la primera norma que debía aprender…”has de dejarla ir”, pero todavía no la he aprendido. ¿Cómo voy a dejarla ir si nunca llegué a despedirme? ¿Acaso no me echa de menos? Mi nombre, mi pelo, mis ojos…todo se lo debo a ella, todo fue por ella misma y ni siquiera puedo tenerla para compartirlo. Maldito club de la muerte…una de las razones por las que nunca seré padre…es porque nunca dejaría que mi hijo formase parte de este tipo de clubes. Y si sufrir en silencio y llorar por las noches es lo único que queda…que así sea…

sábado, 1 de octubre de 2011

VEINTIUNO

"LA SABIDURÍA CONSISTE EN SABER CUÁL ES EL SIGUIENTE PASO; LA VIRTUD, EN LLEVARLO A CABO".

David Starr Jordan

507

Y octubre empezó hace diez minutos. Tan solo diez minutos y ya pesa en mi espalda. Solía ser de mis favoritos, pero este año ya lo empiezo a aborrecer un poco. Septiembre me traicionó, apuñalándome por la espalda como nunca lo había hecho...y octubre ya viene con dolor.
Cuando un ser humano sufre una cadena de acontecimientos durante su vida; todos hilados, seguidos, y a cual peor...se empiezan a hacer conjeturas macabras. En mi caso ya no se trata sencillamente de eso, yo me maldigo un poco más y busco la salida rápida. Si no la encuentro...me armo de paciencia hasta que intento tener todo planeado, pero nunca sucede así. Siempre me gustó utilizar la frase de "hay personas que nacen con estrella y otras nacen estrelladas". Igual ese es el motivo que me ayuda a seguir adelante...el saber que me voy a estrellar constantemente con obstáculos que no considero que lleven mi nombre de fábrica.
Llega el momento de contarlo, de gritarlo al aire, al viento y resulta que nada me consuela. El resto de la humanidad parece andar escaso de consejos, de apoyo, de ayuda. No hay palabra que me sirva de alivio, ni acción que haga amainar el dolor. Incluso, en ocasiones...lo empeoran.
Pienso que cada hombre tiene en su interior un cobículo donde guarda sus miserias durante los años que está con vida. Este compartimento tiene un límite y si se sobrepasa significa que ya no puede volver nada más que el final...la oscuridad. De nuevo vuelvo a pensar que mi cubículo está sino lleno...a punto de rebozar y me pregunto qué demonios vendrá después. Tras escribir en el blog acostado desde un sillón ajeno boca abajo...¿qué puede venir? Para mí nada sorprendente...pocas cosas me faltan por vivir. Algo sí me ha quedado claro en los años que llevo siento hombre: "las cosas buenas no siempre ocurren a quien espera".

miércoles, 28 de septiembre de 2011

VOICES...

Se rompe por dentro. Poco a poco termina por desintegrarse hasta que se convierte en un puñado de polvo sin nombre. Tan sencillo como un poco de brisa para hacerlo desaparecer en unos segundos. Formando un todo con el viento se acaba para siempre. Una voz que nunca supo qué decir, que dijo lo que no pretendía y que cuando calló...no se puede explicar lo que pasó cuando cayó. Fue tan repentino, tan oscuro e incierto que acabó perdiéndose en la nada. Un mercado para voces silenciosas que no saben aprender a vivir, que no continúan. Se rompió del todo; era inútil y se rompió. Dicen que las cosas que no sirven se tiran a cualquier basurero, y no encuentro ninguno que contenga mi voz. ¿Para qué la necesito ahora? Yo ya puedo hablar con las manos, con el cuerpo, con los ojos. Puedo decir lo que me plazca con mi anatomía y aunque mi voz haya quebrado...mi alma sigue intacta, y eso me basta.

lunes, 26 de septiembre de 2011

PORQUE...

Porque nadie me emociona como ella. Porque es lo único que me ha consolado en los últimos treinta días, porque me hace salir del agujero más profundo y me permite querer ser yo. Porque me ha enseñado que todavía me puedo erizar, puedo querer, puedo sentir cosas bonitas. Porque aunque la vida me guarde palos, yo sé que puedo vencer al miedo. Porque no sigo teoremas ni teorías, tan solo vivo a través de sus notas, de sus letras, de sus acordes. Porque hasta ahora ninguna voz grave me transmitía nada. Porque después de todas las pérdidas, las despedidas forzadas, las lágrimas marchitas…después de todo eso…aún es posible un mañana. Porque me hace feliz, me da ganas para seguir, energía para vivir. Porque con esto no gano nada, pero para mí es importante. Porque nunca antes había podido crecer con el tiempo, sin haber sido forzado. Por dejarme madurar sin destiempo, por no dejarme cegar por las cosechas, por mimar todo lo que tengo.  Porque desde que supe de ti ya no le temo a la muerte, amo la vida, y mis días son arco-iris. Porque he aprendido que dentro de este pecho cabe mucho más que en cualquier mundo entero, porque puedo dar sin miedo, creer sin miedo, empezar en cualquier lugar sin miedo. Porque siempre hay salida, siempre hay alternativa, siempre hay opción para no caer en la monotonía. Por hacer que mis cuentas atrás sean menos tediosas y por enseñarme a aceptar que aunque parezca un loco, debo ser fiel a mis principios…que después de todo es lo único que cuenta. Porque la coherencia es mi consejera, porque la verdad es mi sello de identidad, y porque con las lágrimas no se llega a ninguna parte…aunque esto aún debo aprenderlo mejor…

LEY 48

"SOLO UN TONTO PUEDE REPRODUCIR LA OBRA DE OTRO TONTO"

sábado, 24 de septiembre de 2011

MENDRUGO DE PAN


Enquistado de nuevo, con latigazos marcados en cada rincón de mi cuerpo. Sigo sin saber qué demonios hago aquí. Me acostumbré a jugar por la consolación hasta que descubrí que solo se perder. Ni todos mis triunfos en el azar me salvan de ser un reo sin poder. Y aquí me planto frente a mi pobreza dándole vueltas al coco para comprender el desequilibrio que ven mis ojos. ¿Cuánta mala suerte me puede azotar sin despedazarme? Que venga ahora un Coelho o un Bucay y me digan que busque el yo interior, la paz y la positividad de las cosas. Que se acerquen que los rajo. Lejos de la pena, el dolor y el llanto…siento aquí dentro algo nuevo. Tampoco es mi amiga la impotencia; se trata de doña rabia, que ha venido a visitarme. Hace que me importe una mierda a la hora de escribir, me hace querer salir con una pistola a volar cabezas, con una catana para desmembrar cuerpos, voces.

Es ahora mi desdicha la que habla, que me dice que todo ocurre por una razón. Pobre ingenua…se ve que no ha padecido los dolores que he tenido que vivir. Dolores en el cuerpo, en el alma, en el corazón, en las entrañas, en cada fibra de mi ser. Ya me duele hasta mi silla, mi mesa, mi puerta, mi voz, mi ropa…me duelen mis libros. Duele todo tanto que si deja de doler parece que no soy yo. Me obligan a caminar por un lugar en el que me apedrean constantemente. Cada vez voy más despacio lamiéndome las heridas, pero me veo en un punto de no destino y no retorno que no me deja más que sed en la boca, lágrimas en los ojos, y mentiras en los oídos. Mientras tanto el mundo gira, sigue su curso como si yo no fuera más que una mosca posada en una gota de miel…muriéndose dulcemente.

No sé a quién odiar, ni hacia dónde correr, pero Clarita se cansó de la silla de ruedas, de las piernas doloridas y de las barreras constantes. Me cansé de las Heidis alegres que me rodean que no saben lo que esconden mis ojos y me hablan de pena y frustración cuando no la han visto ni en el televisor. Escucho frases absurdas que ya no saben a nada y me encuentro pensando en todo lo que quiero y no digo para no volverme loco. Solamente deseo estar tranquilo, solo, en silencio…sano, sobre todo sano. Como si el futuro me guardase ya pocos ataques de migraña, pocos problemas de espalda y pocos dolores de testículo, el destino todavía me obsequia con nuevas intervenciones que me matan por dentro. Me quitan días y noches, que para alguien solo son pausas, pero para mí son 24 horas de vida, de luz, de movimiento.

Si me roban mi tiempo me lo roban todo. No soy, no siento. No tengo cara ni cuerpo si no puedo correr, saltar, reír a carcajadas. Créeme que lo intento, quiero buscarle el lado bueno, pero hoy es que no lo encuentro. ¿Acaso está en mi tintero? Oscuro desde aquí lo veo, y no parece que vaya a salir de ahí por sí solo. La positividad quedó en anulación, en aniquilación, en tres sentidos en vez de seis. Muero postrado en una cama…me mata el coco, de tanto pensarlo, de tanto agobiarlo, de tanto dormirlo y drogarlo. No puedo engañarme a mí mismo…ya no quiero jugar al traidor. Seguiré acostado boca abajo escuchando lo que debería haber hecho, lo poco que falta para que acabe y con perspectivas isométricas de realidades surrealistas que ni siquiera un Dalí enfurecido se atrevió a pintar. Y yo todavía sin Gala…sin gala ni gloria sí que estoy…maldiciendo al cielo y al infierno.

Convertido ya en un mendrugo de pan duro salgo a la calle para descubrir que ya no puedo ser ni una triste torrija. Sin huevos, leche y canela no soy nadie. El viento me desmigaja hasta que desaparezco, si me mojan me deshago y si me dejan quieto termino por acabar en la boca de algún perro hambriento. Nadie se me acerca, como si se tratase de un mundo de celiacos que huyen despavoridos de mi vida. Ennegrecido de tanto quemarme al final parezco una teja de carbón ignífugo o una piedra pómez sucia de río. Me pisan y apenas digo nada más que un maullido y creo que hasta yo soy alérgico a mi propio gluten, que ni yo mismo pedí jamás. Los Hansels y Gretels del universo me odian y  ni siquiera los rodillos quieren darme una nueva vida, o darle fin a la antigua para terminar rebozando carnes. Los hornos no me dejan entrar, las panaderías me ignoran…así no puede haber futuro…pequeño mendrugo…

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE