sábado, 27 de septiembre de 2008

CAJA DE PANDORA

Alguien dijo que al final de todo, donde ya no se puede avanzar, es donde se esconde la verdad. Y que siempre será lo único que importe. No se si lo dijo un mentiroso o un buen actor, pero está claro que la verdad juega un papel importante en nuestra vida. Es algo impredecible. Nunca sabemos cuál es la verdad y cuál es la mentira. No distinguimos quién es el sincero o el mentiroso.
La verdad es un arma de doble filo; hay quien huye de ella, quien mataría por saberla, quien nunca la dice, y quien no dice otra cosa. La verdad es lo que nunca sale cuando tiene que salir, y luego va acompañada de un “lo siento”. Es como aquella torre por la que subimos y subimos hasta que no podemos más, y luego al final no sabemos cómo bajar. La verdad es toda esa gente que llega cuando es demasiado tarde. La verdad es lo que cada uno cree que sabe, pero que al final nadie puede asegurarla. La verdad son las palabras que se quedan en el viento y que nadie puede poner bajo juramento. La verdad no se compra, ni se vende, ni se alquila. La verdad es un juego para almas blancas que tienen corazones por todas partes. La verdad es el peor enemigo de los mentirosos, y el mejor amigo de los valientes.
Lo que nadie sabe es que la verdad es la caja de Pandora de la historia. Una vez que se abre ya no se puede volver atrás, ya no se puede ceder o disculparse. Después de las plagas no hay antídoto posible, y después del hambre los banquetes no valen nada.
La verdad no es un ser humano, una boca o una carta de amor, la verdad es un concepto, que nadie ha definido jamás, y que nadie comprende en absoluto. La verdad es quiénes somos, de dónde venimos y quién nos ha traído hasta aquí. La verdad es el esfuerzo de ser genuino, el poder de ser uno mismo, y la razón de querer lo que sentimos.
Nadie engaña a la verdad ni puede ocultarla para siempre, porque la verdad nunca se marchita.
La verdad no sabe de engaños, timos o mentiras. La verdad no es irresponsable, sino consecuente. La verdad no necesita explicaciones ni razones, ni porqués.
La verdad es lo que un amigo te dice sin tener que confesarse antes frente a un reflejo. La verdad no aparece en espejos mágicos ni en bolas de cristal. No tiene nada que ver con el tarot o con videncias de ingenuos.
La verdad está en una fuente de la que no sale agua, sino sinceridad. La verdad es tan pesada que una sola persona no puede hacerse cargo de ella durante toda una vida. La verdad no es más cuerda que lo que un loco dijo que sería. Los borrachos y los niños no la conocen, pero algunos la dominan a la perfección.
No siempre es sencillo vivir en un mundo donde se paga por respirar, y donde la verdad cuesta vidas enteras y sueños con esperanzas ahora ya sepultados. Después de todo, con una sonrisa de oreja a oreja aún salimos a la calle, a demostrar que de lo que una vez estuvo ahí ya no queda prácticamente nada. A ver cómo encontramos ese botón verde que nos dice cuándo debemos pasar y cuándo debemos pararnos; cuándo arriesgamos nuestra vida y cuándo luchamos por lo nuestro.
La verdad está en el aire que respiramos, en las palabras que no decimos, en los latidos del corazón. La verdad se esconde en los árboles, en las almas de los animales que menos nos importan y que no pueden expresar lo que les pasa por la mente, pero que aún así los pisamos al caminar por la calle. La verdad no es azul, verde o a rayas; la verdad es de todos los colores y a la vez amarga. Es sincera, responsable y elocuente. La verdad no es lo que yo diga, sino lo que piensas tú de lo que dicho. La verdad no se esconde en cuatro palabras ni sale de una pluma con tinta infinita. La verdad es lo que no hemos sido capaces de afrontar, los problemas sin resolver, las pesadillas de cada noche a las que nunca le encontramos significado. La verdad no está en una botella, ni puede contenerse en tres deseos, aunque la avaricia pretenda ocultarla. La verdad no se esconde tras la magia, ni puede abarcarse en su totalidad. La verdad no se paraliza, ni da marcha atrás. No se puede rebobinar hasta el punto más sincero, ni adelantarse saltándose trozos de un futuro por descubrir. La verdad no es guiñar un ojo, reírse a carcajadas o gritar con todas tus fuerzas.
La verdad no es lo que decimos en situaciones extremas, en mundos que no son nuestros y en idiomas que no dominamos. La verdad no sabe de religiones, ni es fascista. No tiene sexo y no conoce límites. La verdad no la tiene el más sabio, ni el más suyo, ni el más tonto, porque la verdad no es un pensamiento absoluto, ni una teoría sin razonamientos.
La verdad es muchas cosas que no pueden descifrarse en unas cuantas líneas, porque la verdad es parte de nosotros; es parte de ti, es parte de mí, es parte de todos. Lástima que no podamos controlarla eternamente.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE