miércoles, 24 de septiembre de 2008

SAD LITTLE STAR


Como una estrella de mar en el fondo del océano. Permanece esperando a que llegue algún remolino o una pequeña brisa y sacuda tanto quebradero de cabeza. De tanta presión le han arrancado hoy una de sus puntas. Dicen que el tiempo hace que crezca una nueva y todo vuelva a su lugar. Hay quien dice que de su brazo roto puede crecer una nueva estrella, pero sólo los ingenuos lo creen posible. La naturaleza es sabia, pero no tanto.
La pequeña estrella indefensa se sentía sola y estancada. Cansada de perder siempre una de sus puntas, por el camino, poco a poco iba perdiendo el color. Ya no era rojo pasión, sino que se había convertido en un tono rosa palo que pasaba desapercibido entre tanto ser colorido del mar. Ya no podía cantar a las mareas, solamente susurraba palabras que nadie podía escuchar.
Un día pasó un caballito de mar y la vio arrastrándose muy despacio. Le dijo que no se preocupara, que él la acompañaría hasta el coral más cercano para que recuperase su color. Mientras el hipocampo nadaba, le daba un sabio consejo a la estrellita: “No te preocupes, más allá de la orilla, hay siete mares que inundan el planeta. Todos llenos de seres distintos, diferentes y especiales. Muchos de ellos se morirían por conocerte. Tan sólo tienes que vivir la vida, y más despacio no la hace más aburrida”.
La estrella anotó en una hoja de alga el consejo, y se lo escondió entre sus poros. Dándole las gracias por ayudarla, la estrella respondió: “Guardaré el consejo para cualquier otra ocasión, porque ahora me siento tan triste, que no puedo ver más allá de esas burbujas. Sin embargo, la vida me ha enseñado que después de todo, siempre me encontraré sola, y sola es como debo seguir mi camino hasta encontrar nuevamente mi color. Seguramente no será hoy, ni mañana, pero muy pronto conseguiré sobrepasar toda esa barrera de coral. Será entonces cuando lea con atención tu consejo, lo cumpla, y vaya personalmente a buscarte para darte de nuevo las gracias. De momento, tan sólo tengo para ti esto”.
El caballito se quedó sorprendido mirando el regalo de la estrella. No sabía qué iba a hacer con un brazo muerto de su nueva amiga, y dijo: “¿Por qué me das tu punta?”
La estrella, convencida de sí misma, le dijo: “Ahora crees que es una punta muerta, pero muy pronto, con paciencia, empeño y mimo, se convertirá en una estrella como yo. Más pequeña, pero de un color rojo tan intenso, que deslumbrará el océano cuando los rayos del sol caigan sobre el agua. En ese momento sabrás que llegué a mi destino, que sobreviví a los días, y que sigo con mi camino. Entonces no dudes que te encontraré y te daré un nuevo regalo que perdurará por siempre, mi amistad”.
El caballito de mar se guardó la punta de la estrella en su espalda y partió en otra dirección, pensando en lo que el futuro le aguardaría a esa estrella de mar tan sabia que se había cruzado por su camino.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE