martes, 23 de septiembre de 2008

LOS CHARCOS MÁS PEQUEÑOS SON LOS MÁS PROFUNDOS


Crecer físicamente es algo inevitable, pero crecer mentalmente depende de nosotros. Aunque en algunos casos no haya capacidad, la voluntad lo puede todo.
Lo mejor es poder darnos cuenta y ser conscientes de que somos alguien y de que sabemos lo que queremos. De saber por qué estamos aquí.
Por eso te digo que no vale la pena mirar hacia delante y subirte en el primer coche que pare a tu lado. No te arrimes a la primera oportunidad que se te acerca, porque en cada momento tenemos que ser capaces de elegir, y el camino más fácil no nos llevará a la felicidad. La vida no es un anuncio de detergentes, donde todo es coser y cantar.
¿Qué pasará dentro de tres años? Cuando mires atrás y veas que no tienes nada, y que tu vida no ha llegado a nada. No tuviste tiempo de cuidar amistades, no fuiste capaz de dar cariño y no pudiste responder al teléfono cuando llamaban. ¿Y si esa llamada era importante? ¿Escuchaste el teléfono sonar? ¿Por qué no lo cogiste?
No vale la pena despertar un día y darte cuenta que tu trabajo te ha absorbido de tal manera, que ya no sabes ni qué velas cargas en este entierro. Es como si hubieras estado en coma, y tu único contacto con la vida fuese a través de un trabajo que tú mismo dices que no vale la pena. ¿Entonces? ¿Por qué no cogiste el teléfono cuando llamé? Era algo importante, me sentía mal, y necesitaba hablar con alguien, necesitaba apoyo, pero tú no pudiste estar ahí, no pudiste escucharme, ellos no te dejaron.
Sí, es cierto, tienes algo de dinero para tus cosas, tienes independencia económica y un techo donde dormir. Pero, ¿tienes amigos de verdad?, ¿tienes tiempo para dedicarle a tu familia? Ellos también te necesitan.
No es divertido estar contigo sabiendo que en cualquier segundo volverán a llamarte para cumplir con tu deber. Para coger un arma y jugar a los soldaditos y cuando haya tiempo de guerra, solamente serás un número. Un número del que nadie se acordará jamás, y que solamente estorbará en los cementerios.
Muchos hablan de paz, dicen que es el camino correcto y más humano, pero en cambio tú representas la guerra. No sabes por qué, pero estás ahí, apoyando una política que ni siquiera entiendes. Acatando órdenes que no tendrías que obedecer. Pero no pasa nada, como tú mismo dices… “ahora ya puedo opinar”. Pues genial, opina entonces, opina a ver hasta qué punto llega tu voz y hasta qué lugar llegan tus ideas. No creo que pedir permiso para ir al baño sea opinar, pero tampoco creo que gobiernes más allá de las cuatro paredes en las que vives día y noche.
Te pintas la cara y te arrastras por el suelo. Te lesionas y vuelves al grupo. ¿Realmente vale la pena? ¿Crees que vale la pena? Salir de excursión y buscarte la vida en la intemperie sólo por acatar órdenes y por prepararte para algo que no sabes si algún día podrás ejercer. ¿Estás orgulloso de ello? ¿Presumirás de todo esto en el futuro?
Rodeado de peones que no ven más allá de sus narices o que las circunstancias o sus limitados cerebros nunca dejaron un lápiz entre sus dedos. Conversaciones absurdas sobre chicas de ensueño y diálogos estúpidos de fantasías que nunca se cumplirán. Mientras, se escuchan gritos de fondo que te dicen una vez más lo que debes hacer; cómo, cuándo, dónde, pero nunca escucharás un por que. Sencillamente porque no lo hay.
Aunque no lo parezca, el mundo sigue girando. Personas contadas esperan ahí fuera por ti, por si algún día vuelves a ser tú, vuelves a donde perteneces y encuentras un camino más victorioso. Un camino que no manche el color de la esperanza, ni que lo pueda teñir de rojo algún día. Y mientras el mundo gira, personas mueren, hay asesinatos, robos, atracos y maldad en las calles, ¿y tú haces llamarte un soldado de tu tierra? ¿Y por qué no respondiste al teléfono? ¿Por qué no me dio señal cuando marqué tu número?
Lo sé, estabas ocupado, no había señal en esa montaña donde jugabas al escondite con la cara manchada. Pero no pasa nada, porque en una semana estarás de vuelta, aunque esa semana nuca volverá. Esa semana en la que lloré y reí no volverá, y tú no la verás, ni sabrás lo que pasó. No estuviste ahí para mí.
¿Por qué no quieres aprender? ¿Por qué no quieres avanzar? ¿Por qué no quieres hacer las cosas bien? No es demasiado tarde, pero esperar en el olvido tampoco se detiene el tiempo. No es fácil estar solo cuando necesitas a alguien, pero a nadie le gusta esperar durante meses a que vengas de dondequiera que estés.
No debería haber conformismo a estar alturas, y la superficialidad no es una opción disponible si quieres ser feliz.
Si alguien dice “sí”, no hay que afirmar mientras sonríes o guiñas un ojo. Nadie es superior que tú por tener medallas o diplomas colgados en una habitación. Pero nunca es tarde para seguir un camino mejor, y no sólo hay uno, sino un millón.
Mañana quizás sea tarde para mirar atrás, y no vale la pena esperar a que llegue tu funeral y darte cuenta de que no fue nadie a despedirte. De que sólo tres personas se preocuparon por ti, y que en diez años ya te habrán olvidado.
Y aunque seamos polvo de estrellas, utilízate para hacer magia y cambiar el mundo, para ver las cosas de otro color y para alzarte en cualquier acantilado y gritar que eres libre. Di que lo conseguiste, que al fin eres feliz, y lo mejor de todo…que sigues siendo tú mismo.

No hay comentarios:

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE