El tiempo pasó a la velocidad de la luz, pero pude saborear cada segundo. Y pude comprobar que los charcos más pequeños son los más profundos.
Un extraño se metió en mi alma desde el otro lado del océano, y me hizo ver que si miro hacia arriba, encontraré un cielo aún más azul que ayer.
La energía me volvía a recorrer por dentro, y se renovaba cada vez más. Ahora tenía razones de peso para sonreír y aunque el dolor siguiera presente, en un futuro cedería al fin.
Rompiendo prototipos llegó a un lugar escondido que sólo yo conocía. Y como la brisa marina del océano, me invadió por completo; entumeciendo mis sentidos y susurrando palabras que jamás pensé que pudieran ser dichas. Difícil de creer para un superviviente de los gritos del pasado.
No puedo entender las palabras cuando tengo la cabeza llena de migrañas, pero el tiempo me ayudará a creer en las promesas ajenas, y en lo que se destruyó en un instante.
Cara a cara se desarrolló el principio de una historia por la que hoy que he decidido construir un puente. Pasaremos por encima de todo lo que viene detrás persiguiéndome, persiguiéndonos, y al final descubriremos que ya no quedan más túneles por recorrer.
Un beso después de meses de soledad hizo el resto. Descongelando mi ser hasta donde aún hoy no podría decir.
Aprendí que nunca se olvidan los abrazos, y menos si los he echado de menos durante tanto tiempo. Las caricias y los besos me demostraron lo humano que puedo llegar a ser. Y a pesar de que mi corazón haya estado enfermo en más de una ocasión, hoy late con ganas de vivir. Ya no voy solo, alguien me acompaña. Alguien que quizás no sienta lo que yo, pero que me respeta por lo que soy y represento, y eso me basta.
Caminamos abrazados bajo la lluvia, que poco a poco limpiaba nuestros cuerpos del pecado. El resultado fue una noche mágica bajo la luz de la luna y con un aguacero que no llegaba a corrompernos, sino que nos unía más. Éramos solamente uno, y ahora aunque lejos, lo siento aquí conmigo, metido en mi pecho.
Comprobamos lo que daban de sí cuatro días, y lo intenso que pueden llegar a ser. Decisivos, únicos. Y que se volverán a repetir, pero en otro tiempo y otro espacio diferente. Pero siempre con los mismos cuerpos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario