sábado, 21 de enero de 2012

SIN ILUMINAR LA OSCURIDAD (31/05/2007)

Una vez conocí a un chico muy peculiar. Recuerdo que fue en enero. Vino cogido de la mano del invierno, y con la nieve bajo los talones.

De inmediato pensé que había sido una gran adquisición del planeta. Todo muy centrado, muy conecto, como la tierra y el cielo.
Lo rodeaba una aureola muy poderosa, y sin pensarlo, supe que tendría alguna misión especial en el universo.
Formaba un todo con las estrellas, y podía alinearse con los planetas. Era algo tan profundo, que no podría explicarlo en mi idioma.
Su alma era tan poderosa, que por muchas muertes y maldad que le azotaran, siempre seguiría erguido. Él siempre se preguntaba: ¿Cuánta mala suerte puede venir sin destrozarme, sin atravesarme?
Se hacía cientos de preguntas a cada momento, pero nunca recibía respuesta.
Se sentía un incomprendido, un bicho raro, una oveja negra. Y aunque en un futuro el tiempo le daría la razón, el presente le parecía un asco.
Desconfiado por naturaleza, pero audaz cuando hay que plantar cara a la vida.
Era un centenar de cosas; quizás más defectos que virtudes, pero nadie es perfecto.
Lleno de colores y de tesituras, rebosante de fuerza y energía, emprendió su comienzo aquella noche de nieves.
Con una interna identidad marcada, decidió crear un caparazón donde poder esconderse del exterior. Maquinando cómo escabullirse de conversaciones comprometidas y tratando de huir de comentarios que no tenían lugar en su mente.
Lo es todo y no es nada. Él mismo dice que no es nadie, sólo es mente, cuerpo y alma que va ya por el mundo sin rumbo establecido.
Guarda en sus bolsillos todas esas batallas que le ha ganado al tiempo, y tiene en sus maletas los recuerdos de una vida plagada de alegrías y tristezas.
En un pequeño compartimento se almacenan sus derrotas, que las saca cuando su ego y prepotencia toman el control. El dolor lo lleva bajo la piel, y la tristeza se refleja en su mirada.
Se ha tropezado con muchas piedras, ha topado con mil muros, y se ha levantado de mil caídas. Todo ello en tan solo un par de décadas, que han marcado un antes y un después en la vida de muchas personas. Ha herido y amado a muchos seres, pero también es consciente de que la vida se trata de eso.
Gente de todos los colores han dejado huella en su propia identidad. Sacudiendo su cuerpo y haciendo vibrar su voz hasta la nota más aguda.
Y mientras, él solamente desea pronunciar palabras que nunca se han dicho antes y sonidos imposibles para unas cuerdas vocales humanas.
Esperando en el balcón le gustaría poder reír a carcajadas y ser capaz de decir: “Muchas personas esperan una vida entera por disfrutar de un momento como este”.
Sin embargo, ese momento parece estar sepultado en alguna jungla escondida en la Atlántida, donde no existe espacio y tiempo. Pero su esperanza es mucho más fuerte que todo eso. Desea poder romper las riendas de su destino, sin resignarse a seguir siendo lo que los demás quieren que sea.
Sus ganas de vivir le pueden más, y de repente, se encuentra en medio del océano, estancado en un mar de inquietudes que no sabe si podrá cargar por mucho tiempo.
El saber le corroe, y la injusticia lo corrompe.
Se guía por la estrella del norte, que le indica cada noche dónde se encuentra y le da fuerzas para seguir adelante. La luna lo acompaña en su camino, y el sol le indica la dirección.
La rosa de los vientos es su única brújula y en su muñeca no lleva ningún reloj. El tiempo no volverá a condicionarlo nunca más.
Recuerdo que un día me dijo: “Si pudiera de contarle al mundo una cosa, diría que la cordura empieza al final de la locura, porque nada es lo que parece ser”. La teoría de los espejismos siempre fue una aventura para él, y cuando las cosas iban mal, se tumbaba en la arena y cerraba los ojos. Pensaba en el más allá, en lo que hay detrás del horizonte, en lugares aún por explorar. Sabe perfectamente que el que se estanca en paisajes habitados, nunca podrá caminar por senderos desconocidos.
Con el paso de los años se encuentra en un lugar que no reconoce, y mira atrás. No sabe por qué, pero mira atrás. Ve un collage de recuerdos turbios e imágenes borrosas. Sonrisas y lágrimas en un mismo hogar, donde todo lo que fue ya no será jamás.
Y su deuda pendiente, contra la que lucha cada día. Con fuerza, pero en vano. Creer en sí mismo. Confiar en su sombra, y dejarse llevar por su ser, pero es imposible.
Duerme con un ojo entreabierto por si alguien entra de noche por la ventana a hacerle daño, y siempre mira a ambos lados de la carretera cuando va a cruzar. Una de las lecciones de la experiencia, que tan fuerte le ha atizado desde su juventud.
Valorar la vida al máximo fue su asignatura más brillante, aunque nunca aprobó el curso de intimidación. Siendo incapaz de mirar a alguien a la cara mientras habla, pero es imposible cuando se siente empatía innata. Puede sentir el dolor ajeno en sus miradas.
Nunca se ha entregado a nada al máximo, pero siempre ha intentado sacar lo mejor de la vida.
Después de varios años sigo viéndolo como un niño, comiendo piruletas con los libros en la mano. Estudiando durante años sin saber la razón. Cargando folios con historias que no le interesaron especialmente, pero que fueron escritas en algún momento del pasado. Aprendidas y borradas después de una semana. Sólo se queda con lo que realmente valora, y borra el resto de su mente. El cerebro es limitado y el suyo está cansado de tanto pensar.
Con los pantalones rotos y la camisa arrugada se ve a sí mismo como el reflejo de lo que quiere ser. Al fin se siente a gusto con lo que lleva, y puede sonreír por ser como es. Totalmente abstracto, y humano como el que más. Indescriptible, peculiar, único.
Nunca supo jugar al fútbol, ni era bueno con los videojuegos. Nunca le interesó la política, ni se sintió atraído por los niños, pero sabe de sobra que el mundo gira con billones de personas que no tienen nada en común. Y es que por eso se inventó el arco-iris, para que cada uno tuviese un color distinto donde elegir. La vida es muchas cosas, pero sobre todas ellas es mágica.
Difícil hablar de alguien que nunca has podido abrazar, pero la omnisciencia lo puede todo.
“No te puedes pasar la vida esperando a que la vida pase como esperamos” me dijo un día. Lo que no sé es si él lo tiene muy claro. En más de una ocasión lo he visto esperando en la calle debajo de la lluvia. Sólo en caso de que esa persona especial pase por su lado y le regale una sonrisa. Y viendo como pasa el tiempo, se hace viejo en su propio cuerpo. Esperando a quien nunca vino, y creando historias que probablemente nunca serán grabadas.
A veces se deja la vida, y otras veces se encierra en su habitación. Ahogando su almohada entre lágrimas, o secando su toalla a carcajadas. Un lugar donde las esquinas se encuentran. Una dimensión al otro lado del mundo, donde su realidad y la fantasía se mezclan de forma homogénea.
Justo ayer, lo vi sentado en su muro. Apuesto a que estaba pensando en su futuro, tan incierto como difícil. Llevaba una bufanda de colores y unos tenis amarillos, a juego con su cinto.
Parecía estar muy serio, pero esa es la forma de su cara, con una mueca de enfado. Miraba hacia el cielo, supongo que estaba esperando a que cayera un aguacero. Siempre piensa que cada vez que llueve es porque las personas que hemos perdido en el pasado tratan de decirnos algo. Y así se pasa las horas; sintiendo la lluvia bajo su cuerpo, e intentando descifrar el mensaje de esa persona que tanto echa de menos.
Deseando que en alguna otra vida, puedan coincidir al menos durante unos minutos para fundirse en un abrazo, y despedirse como no pudieron hacer en esta. Mientras tanto, se contenta con esperar que en alguno de sus sueños vuelva a verla aparecer por esa puerta, como cuando se fue hace ya tres años. Para así, poder decir muy seguro de sí mismo, esas palabras que no pudieron salir en su momento, pero que dormían dentro de su ser: “Te quiero”.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE