sábado, 21 de enero de 2012

TÚ... (14/05/2007)

Hay veces en las que todo empieza por el final. Como si estuviera escrito en árabe o en alguno de esos idiomas en los que te manchas las manos al escribir al revés.

Otras muchas veces las cosas no tienen principio, o no recordamos haberlo vivido, pero siempre todo tuvo su comienzo. El cerebro no es tan sabio con los años y aprende a omitir partes de ciertas historias. No entiendo el por qué, pero algo me dice que quizás para hacer hueco en nuestros recuerdos. Ya que nadie recuerda el principio de un libro cuando ya vas por la mitad. Es como el intentar resumirlo. Cada uno elije lo que recuerda con más claridad, y muchas veces es imposible, porque en ocasiones todo es abstracto y las palabras son limitadas.
Pues mi vida podría decirse que es algo así. Tan abstracta como yo, pero a la vez muy sencilla. Aún intento comprenderla y buscarle un sentido, pero no resulta sencillo cuando me quedo estancado en cada historia.
Darle vueltas a las cosas nunca es sano, y al final se vuelve todo tan turbio como cualquier ligue de famosos.
Siempre hay dos historias, y nunca coinciden en contenido, pero el tiempo y el espacio las recordarán de por vida. Obviamente cada uno cuenta la suya, pero la objetividad siempre depende de lo unido que esté ojo con la mente del individuo.
En mi caso contaré la mía, que al venir de mí, pues la considero más importante.
En este caso el principio no fue un principio, y el final no se cuando vendrá, de todos modos no quiero averiguarlo.
En un camino donde todo son complejidades, no resulta sencillo hacerse un hueco. Es fácil confundir las emociones y marcharme de la mano del primero que pase.
La promiscuidad nunca fue mi asignatura, y la misoginia no formaba parte de mi aprendizaje. Quizás por eso me encuentro hoy aquí, en la más profunda de las soledades, esperando a alguien que ni siquiera quiere estar aquí, conmigo.
El destino volvió a unir esos dos amuletos que una vez no se pudieron encontrar. Esas dos mitades que aún esperan encajar, pero no se pueden unir cuando sólo hemos hallado una parte.
El tiempo me va reventado los tímpanos para que no oiga los pasos desde el otro lado.
Las aguas del río cada vez son más turbulentas y no puedo construir un puente desde mi lado de la orilla. Necesito que tú me ayudes a edificarlo. Necesito que poco a poco vayas poniendo las piedras una sobre otra, hasta que algún día, no muy lejano, podamos encontrarnos en medio del camino.
Ese día necesitaré que me mimes, que me cuides y que me quieras mucho. Te pediré la vida, pero no para matarla, ni para apagarla, ni para asustarla, sólo para mimarla con caricias. Me gustaría que ese día pudiéramos caminar juntos hacia cualquier lugar. Te dejo elegir el destino, no me importa dónde, si es contigo. Yo te cojo de la mano y seguimos tu camino.
Siempre he escuchado que los puentes al final sólo son túneles oscuros. Me han dicho que las personas intentan atravesarlo juntos y siempre uno se pierde en la oscuridad. Y por eso yo te necesito. Necesito que junto a mi seas capaz de acabar con esa leyenda de pesadillas sin final. Después de tanto tiempo, y sin habernos visto, aún creo.
Y cuesta ser radical y lanzar palabras que actúen de escudo. No es sencillo dejar pasar el tiempo para un futuro incierto. Es duro tener que alejarte de la única persona con la que te apetece estar en algunos momentos, pero una sola alma no puede habitar en dos cuerpos.
Por eso hoy, y desde aquí, hago este llamamiento. En lo alto de esta montaña me encuentro, divisando el horizonte y el sol anocheciendo. Esperando que me digas que falta poco para que amanezca. Para que me digas que no estoy en tu baúl de meros recuerdos, y que te has acordado de esos abrazos que compartimos algún día.
Aún creo que vidas solo hay una, y que hay que sacar lo mejor de ella. Yo aún creo en el respeto, en el amor y en la libertad. Aún me veo capaz de combatir el miedo, y de estar ahí mientras tú vences el tuyo. Te ayudaré y te cogeré cada vez que caigas, pero no me digas cosas que no sientes.
Sólo quiero saber lo que piensas, lo que quieres, y lo que sientes. Me gustaría oírte hablar claro por una vez, y que las palabras no se las lleve el viento.
Si la respuesta a esta réplica es un cielo de nubes grises, no seguiré dibujando arco iris en forma de cartas. Si no necesitas de mi existencia en tu vida, no volverás a ver mi cara en esas calles abandonadas, pero al menos dale la vuelta a ese reloj de arena. Decide que el tiempo se pare cuando hayas terminado de pensar, y ven a buscarme si alguna vez te sientes solo.
Prometí no volver a intentar lo imposible, pero nunca supe mantener mi palabra. Me juré olvidarte y enviarte a esa habitación a la que nunca entro a lo largo de mi vida, pero al final mis ganas de ti pudieron más.
Nadie habla de velocidad, ni de osadía, ni de discreción. Hablo de honestidad, de respeto, y de compañía. Hablo de intentar caminar unidos, y de seguir siendo cómplices en compañía de la luna y aquella noche que nos iluminó.
Se trata de tejer una manta de momentos para cubrirnos en invierno, y de susurrarnos secretos que nadie más comparta.
Quiero que seamos capaces de escucharnos a pesar del ruido y quiero que con una mirada sepas lo que digo. Me gustaría enseñarte que todos los días sale el sol, que no todas las personas son malas, y que se está mejor sabiendo que estás acompañado.
Me apetece querer las cosas que te gustan, y pasar horas contigo sin decir nada.
Me apetece poder terminar esas líneas que un día grabé en un teclado.
Ojala dejases a este poeta demostrarte lo que nunca nadie hizo antes, y ojala dejases a este bohemio enseñarte todo lo que sabe del mundo.
No me hagas reír por no llorar de nuevo, ni gritar al viento que no te tengo. Al menos haz un alto en el camino para sacar la balanza del destino. Elije un punto cardinal y vete contigo a ese lugar escondido donde una fuente te dirá lo que nunca antes has escuchado. Fíate de ti mismo y por una vez di alto y claro a lo que has venido. No trates de adivinar lo que pienso, solo métete en tu cerebro, que yo se lo que quiero.
¿Y si fueras para toda la vida? Pregunta retórica en mi cabeza, que alguna vez sonó, y que a veces me desconcierta.
Y aquí termina esta breve carta con un resumen de lo que hay en mi. No lleva sello, pero está certificada. No tiene segunda parte ni prefacio en la entrada, pero espero que la leas con los ojos bien abiertos, para que no confundas ni un solo sentimiento.
Y aquí esperaré como siempre, con mis ideas claras, con mis ganas de abrazarte y de besarte, y con la esperanza de que mis sueños no se queden en mi almohada.

No hay comentarios:

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE