martes, 24 de enero de 2012

REÍR POR NO LLORAR (22/04/2007)


Con los brazos cruzados me quedé. Sin nada que decir, y con ganas de gritar.

Con ganas de sacudirte y de zarandearte, y de repetirte lo idiota que eres.
Me encuentro en medio de ninguna parte. A la derecha veo un camino lleno de incertidumbre, con una vida por delante, sin tener claro su duración. A la izquierda te veo a ti, mirándome fijamente, y con ganas de abrazarme para siempre. Pero en el centro todo es muy distinto. El camino del centro está lleno de látigos, cuerdas y armas. Es un camino masoquista y tortuoso, un camino absurdo y sin sentido, un camino de espinas por el que muy pronto dejaré de ir.
El tiempo pasará y yo decidiré. Y dejaré de ser el actor secundario de la película de otra persona. Seré mi propio actor principal, actuaré a mi manera, e improvisaré el guión. No volveré a ser el espectador de mi vida, seré el protagonista. Gobernaré mi destino y me pondré el disfraz que me de la gana.
Pero mientras sigo aquí, junto a este abismo que me quita la vida. Me acerco y me la da, me alejo y me la quita. Y como siempre, pagando un precio demasiado elevado para mi bolsillo. Simplemente para llevarme algo que al final nunca sabré si era para mí.
Y los días pasarán, y yo seguiré esperando en algún lugar, por si te veo de nuevo pasar, y me dices que esta vez todo será distinto. Por si me ves y me das una patada hasta que desaparezca de todos los mapas a la vez, o por si me coges y me metes en tu vida y me haces el hombre más feliz de la tierra.
Tanta tortura no es sana, y aunque me considere una persona fuerte, toda espalda tiende a sucumbir con el tiempo, con la presión, y con la tristeza. Todo se marchita con la tristeza, no solamente las flores. Los sueños, las ilusiones, el cariño, la admiración…todo tiene su fecha de caducidad.
Quizás cuando me vaya de tu camino, cuando me lleve mi ciudad a otro país, es cuando te das cuenta, que las torres que tengo son más altas cualquiera de las casas que hayas podido ver antes. Quizás las dimensiones de esa ciudad estén limitadas, pero en altura nadie las superará. Y todo eso solamente podrás verlo desde lejos, cuando ya no esté a la vista, ni al alcance de tu mano.
Entonces yo ya ni siquiera pensaré en ti, miraré mi futuro con un porvenir diferente que alguien una vez rechazó, y no imaginaré todas esas cosas que te has perdido, porque de nada sirve lamentarse cuando ya ha pasado el tren. Y es que eso soy yo, una vía de un tren, o de algún metro de una gran ciudad. Aunque mi metro sólo pasa una vez en la vida, da una vuelta y cambia de camino. Recoge los pasajeros que quieran conocer la ciudad, y luego juntos divisan el mundos durante el resto del camino. El que olvida su ticket o no tiene invitación al final se queda fuera de la línea, y nunca volverá a tener esa oportunidad.
El error más grande que puedes cometer es creer que sabes cómo maquinan las mentes ajenas, imaginarte lo que piensan y creer lo que te parezca, pero nunca es así. Aunque las mi boca se equivoque, nunca sabrás lo que maquina mi mente. No me pongas en supuestos, ni en situaciones, ni me des frases que no son mías. Simplemente abre los ojos, mira lo que tienes delante. Mira bien lo que hay justo enfrente y simplemente di lo que sientes, di lo que piensas, di lo que quieras, pero no hables por mi.
Me comparo con una estrella fugaz. De esas que pasa una vez cada cinco años. De esas estrellas que si la dejaste escapar una vez, cinco años después no será la misma, pero quizás nunca vuelva a brillar una tercera vez. Quizás se vaya al otro hemisferio terráqueo, o quizás sea fulminada por el sol. Quizás se convierta en un planeta, o quizás se enamore de la luna, o forme parte de alguna constelación. Las estrellas fugaces no saben de tiempo, ni de esperas, solamente saben de brillos y de tonos.
No merece la pena guardar exclusividad alguna, ni esperar a los indecisos. Cuando se repartieron los papeles de este mundo, los indecisos se convirtieron en pastores y granjeros, y los decididos gobernaban el planeta.
Haciendo el balance de lo bueno y malo, el equilibrio nunca podrá estar a la mitad, y todos sabemos que la perfección no existe ni en los cuentos de hadas.
Hoy no, pero mañana puede que olvide el significado de la perseverancia, el sentido de la paciencia y la noción del tiempo. Mañana quizás quiera volar lejos para no volver, emprender un nuevo vuelo y olvidarme de todo. Mañana el viento seguirá llevándose las palabras y los abrazos se quedarán donde tuvieron lugar, porque ya no habrá espacio en mi vida para ellos. Y después de todo me echaré a reír por no llorar, porque la vida es demasiado corta como para hacer altos en el camino. Y sé que hoy no puedo, pero mañana sí.
Solo deseo que no me digas “te quiero” si no es para siempre, que no me digas que me necesitas si no vas a quedarte a mi lado. Así que haz que ocurra, o vete sin decir adiós.
Siempre podrás ponerte en mi lugar, pero nunca podrás sentir lo que yo he sentido, y cuando saque mi balanza, el equilibrio perderá su poder.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE