domingo, 15 de enero de 2012

TRANSITANDO...

De tránsito pasé por aquí, y al final me quedé. No puedo empezar a escribir sin saber hacia dónde me llevarán las yemas de mis dedos esta vez, pero sin embargo lo hago…y no sale bien, pero en ocasiones me parece que sí. Si escribo es porque alguien pone interés en leer, si no, ¿de qué serviría molestarse en hacerlo? Igualmente no podría ser de otra manera. Los campos semánticos de mi vida se hacen presentes en todo lo que hago, porque lo amo, y vivo lo que siento y hago lo que quiero. En eso, principalmente se ha basado mi vida en este último lustro. Me paso horas ocupando mi tiempo y el poco tiempo que me queda libre lo paso organizando cosas nuevas. Es cierto que me encantaría tener miles de horas de más para muchas más cosas, pero nadie se imagina lo que da de sí un día y lo intensos que se vuelven a veces. A pesar de todo debo admitir que me gusta mi vida y la forma en la que he decidido vivirla. Creo que no podré seguir con este ritmo durante mucho tiempo más, pero mantenerme ocupado me mantiene vivo. Seguiré así hasta que mis neuronas, mi cuerpo y mi voz me digan que he de cambiar.



Mis semanas parecen sencillas, pero no hay dos iguales. Suelo comenzarlas levantándome a las 5 de la mañana un día, desayuno, preparo el bolso, me pongo el uniforma y salgo de casa (no sin antes hacer la cama y fregar los platos). Trabajo de 7 a 15 de la tarde. En mi trabajo hablo con mis compañeros, que muchos de ellos son grandes amigos. Nos contamos qué hemos hecho en nuestros días libres o la tarde anterior. Creo que todos nos sabemos los nombres de casi todos los familiares de nuestros propios compañeros de trabajo. Nos contamos tantas cosas en 8 horas que a veces siento que son mi familia. En esas 8 horas escuchamos historias y emergencias de todas las personas que nos llaman y no conocemos. No les ponemos cara ni nombre, pero también hablamos de ellas. Se podría decir que es un trabajo complejo e intenso que odias o amas. Yo todavía no me he decantado por ninguno, pero me gusta lo que hago. Al salir de trabajar a las 3 de la tarde caliento mi comida en el microondas que tenemos allí y como tranquilamente. Me cambio y subo a clase. Allí estoy hasta las 20:15 de la noche signando y con mis compañeros de clase, que algunos también son amigos. Nos contamos bastantes cosas, nos reímos y disfrutamos haciendo algo que nos gusta. Una vez finalizadas las clases me vuelvo a vestir para ir a entrenar de 21 a 22. Allí me centro en mi raqueta y las pelotas. No pienso en nada, no digo nada, tan solo golpeo y sigo serio. El tenis se ha convertido en mi confesor. Es mi forma de vivir, de disfrutar de la vida, de hacer lo que descubrí tarde, pero a lo que me hubiera dedicado en cuerpo y alma si el tiempo volviese atrás. Para mí todo tiene un significado: la tierra batida, las biografías de tenistas, los entrenamientos, los golpes, los saques, las voleas, las pelotas, un revés a dos manos….ser zurdo…medio diestro…todo es como tiene que ser. Me convierto en un hombre feliz cuando entro en la pista, cuando salgo de la pista y antes de entrar en la pista. El tenis para mí es la guinda de mi pastel, la que me endulza la vida, la que hace que sea un poco menos jodida. Cuando termino de entrenar vuelvo a casa, me ducho, me pongo mi ropa para dormir y enciendo la televisión. Nunca suelo verla, pero siempre tengo alguna serie empezada o alguna película por ver. Los que me conocen saben que no me gusta la programación española y que no puedo seguir nada todas las semanas (los martes de noche, por ejemplo) porque siempre habrá algún día que trabaje o esté ocupado y no hay nada que odie más que no ver las cosas completas. Tampoco me gusta la radio; no consiento que me digan lo que tengo que escuchar y por eso pongo uno de los más de 100 cds que llevo dentro de mi coche o en mi ordenador. Después de mi sesión de serie casi diaria me pongo a leer, mi gran pasión. Siempre tengo uno o dos libros empezados y siempre los termino. Creo que es la mejor herencia que llegó a dejarme mi madre y mis hermanas y yo la llevamos en la sangre. Así termina un día “normal” en mi vida. Podría cambiarse si trabajo por la noche, duermo por la mañana y voy a clase por las tardes. Intercalo también varias horas a la semana en las que doy clases particulares de inglés a dos pupilos, y que por ahora me van bastante bien.


Confieso que muchas veces me ducho fuera de casa, muchas veces como fuera de casa y muchas veces duermo fuera de casa. Es lo que tiene el vivir lejos, y tener tantas actividades forzadas y seleccionadas a diario. Aunque pueda sorprender a alguien, también tengo vida social, quedo con mis amigos y hago cosas extraoficiales como ir a cenar, teatro, cine, a sacar fotos en alguna excursión o de fiesta algún fin de semana. Siempre he pensado que querer es poder, y yo como quiero, puedo. Mi vida es un círculo que gira en torno a las cosas que me gustan. Quedo con mi familia menos de lo que debería y confieso muy a mi pesar que me conocen bastante menos de lo que deberían, pero las circunstancias no se han podido dar de otra manera, aunque no me quejo. Sigo en pie, tranquilo, feliz, con amigos que me rodean, con gente que quiero y me quiere, que me importa y la que les importo, y que si llamo por teléfono siempre obtendré respuesta. Debajo de mi almohada está mi raqueta, hablo con las manos y durmiendo rezo en inglés. Sergio siempre me acompaña y aunque no diga nada me mira y yo sé lo que piensa, ¿me vas a volver a dejar solo? Sin embargo, es quien mejor me comprende y sabe que él, para mí, es incondicional. Y así es un día de mi vida, con mis más, mis menos, mis prisas, mis horas conduciendo, mis comidas a la prisa, mis duchas en cholas en cualquier municipio, mis ropas de colores o rayas y mis partidos frenéticos de tenis. Soy bastante imperfecto y a pesar de eso, ya me empiezo a llevar bien, y pienso que la tolerancia y el respeto son las respuestas del futuro. El mío, espero…sea largo, sincero, y maravilloso.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE