CANARY ISLANDS

Es cierto que Canarias posee muy buenas cosas. Tiene ese clima tan especial que hace a todo el mundo querer quedarse para siempre y creer que se trata de un paraíso infinito. Playas de todas las formas y colores, con arenas finas, gruesas, piedras, callados, rocas, algas, olas, espuma... Hay sol durante la mayoría del año, la gente es amable, hay zonas muy turísticas donde se hablan hasta cinco idiomas en muchos sitios. Nadie duda que Canarias vive del turismo.
Cuando estuve viviendo en Austria y le gente me preguntaba de dónde era, todos quedaban fascinados. Lo primero me preguntaban era: ¿Qué haces aquí con lo bien que se está en las playas de Canarias con el sol todo el año? Yo solía responder algo como que siempre viene bien un cambio, o que todo exceso nunca es bueno. Principalmente para evitar entrar en dilemas sin necesidad.
Realmente me siento afortunado de haber nacido aquí, de vivir en una isla, de ser canario, pero debo admitir que también es un sacrificio a nivel personal. Los contras de residir en Canarias son importantes. El principal de ellos es que para salir de aquí se necesita un avión. Siempre hay que pagar mucho más por estar en un archipiélago en medio del Atlántico si se quiere visitar algún lugar no necesariamente lejano. Normalmente se hace una escala, aunque yo he llegado a hacer hasta cuatro y llega a ser insufrible.
Muchos productos que salen al mercado suelen hacerlo más tarde (por esto de la lejanía imagino) , otros tantos ni siquiera están disponibles. Las revistas cobran un recargo por venir en avión y debido a los bajos sueldos y nivel de vida de las islas, al salir de aquí todo nos parece excesivamente caro. Otro gran inconveniente es llegar a ser alguien importante. Si se es un buen deportista llega un momento en el que Canarias se queda pequeña y hay que trasladarse a las grandes ciudades (conlleva dinero, tiempo y sacrificio). Si se quiere ser deportista de élite, éste no es el lugar adecuado. Para las pasarelas, el mundo del celuloide y la televisión se necesita una formación mucho más específica que no se tiene en el archipiélago.
Considero que Canarias tiene su lado muy bueno y su lado muy malo, siempre depende de cómo se miren las cosas. Lo mejor es plantearse qué se quiere y qué posibilidades se tienen. Entonces se ha de sacar la balanza y pesar lo que se gana y lo que se pierde. Solamente entonces se sabrá si la mejor opción es quedarse con el sol y el mar, o adentrarse en un nuevo mundo lleno de oportunidades. Como decía mi madre: "nunca es tarde si la dicha es buena".