Sale toda la rabia que llevo dentro y vuelvo a tener ganas de correr sin parar a toda velocidad hasta perderme en cualquier lugar. Aunque lo que más me apetece ahora mismo es soledad, silencio, no hablar, porque la rabia nunca me ha llegado a poder, pero en algún momento de mi vida explotará y salpicará todo lo que haya a mi paso. La rabia que hay en mí es poderosa y una vez fuera es incontrolable, imperdonable, impredecible. Por eso hoy sí la guardaré para que no salga el monstruo que puedo llegar a ser y la mala persona que llevo dentro (y estoy seguro que toda persona tiene un demonio dentro, algunos dormido para siempre, otros contenido, pero existe).
No, no siempre digo lo que pienso. Me guardo cientos de cosas que no digo y que pasan por mi cabeza. Pensamientos descabellados y sin ningún tipo de lógica. Igual estoy loco como una puta cabra, pero es algo que especialmente hoy me importa más bien poco. Como dije una vez, no vine a este mundo a complacer a nadie, ni a hacer favores y poco me importa lo que pase al otro lado del río.
Mañana no pensaré nada de esto, pero hoy es la cruda realidad...
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