jueves, 21 de enero de 2010

NATURE...

Me comparo con el viento, que no sabe hacia dónde tiene que ir, pero él sigue soplando en cualquier dirección porque sabe que es su deber y que no puede detenerse jamás. Si no lo consigue su espíritu morirá. A veces me siento transparente y me convierto en una brisa muy débil que casi nadie puede sentir. Otras veces soy un huracán que mueve todo a su paso aunque desconoce su destino.
Me comparo con la lluvia que va cayendo en el momento menos pensado y hace que las personas corran como locas para refugiarse. De vez en cuando entristezco, vienen las nubes a consolarme y entonces no paro de llorar. Otras veces llueve alegría en forma agua y me dedico a parar vidas y a romper planes porque me apetece cambiar de aires.
Me comparo con una roca que se queda quieta y nadie mira. Permanece inamovible en cualquier sitio y no sólo se tropiezan conmigo, sino que se sientan sobre mí y tengo que cargar con un peso desmesurado que en muchas de las ocasiones no merezco. No es trabajo sencillo ser una piedra inerte y sin vida que no sirve para nada. Sin embargo ese soy yo...haciendo de sufrido, como un Jesucristo de los noventa que cada vez se queda con menos seguidores y se resquebraja con las ofensas de los ateos.
Me comparo con un trueno que explota lleno de ira una vez a la semana y luego se va avergonzado a vivir a otro lugar. Soy una caja de pandora en forma de destello de luz que no soporta la presión del mundo y tiene que gritar alto y fuerte aunque después deba huir despavorido. Soy un rayo de luz, de electricidad, una chispa en el horizonte que todos ven de lejos, pero nadie sabe de su nacimiento.
Me comparo con las olas del mar que van constantemente hacia la orilla y nunca pueden poseerla. No pueden evitar la monotonía y su vida está destinada a girar sin parar para volver al mismo punto de partida. Dominado por la mar me resigno a dar vida a un banco de peces que me comen la vida mientras sigo trabajando duro para salir de aquel torbellino infinito. Imposible separarme de la sal que me escuece en las heridas y a nadie, ni siquiera a los seres humanos parece importarle si me gusta mi destino o no. Me atraviesan sin permiso y se ríen en mis entrañas. Las olas son peor que el diluvio universal.
Me comparo con los elementos de la naturaleza, ya que probablemente sea lo único que permanezca con vida dentro de unos milenios cuando el ser humano haya devastado todo tipo de vida, incluyendo su propio suicidio. Pobre loco el hombre, que se piensa poseedor de todas las cosas y controlador de todo movimiento. Yo prefiero convertirme en lodo, en madera o coral. Quiero ser una brisa, el rocío, el sereno. Un amanecer, una noche, un aguacero. Cualquier cosa menos un pretencioso bípedo que se adueña de lo que nunca fue suyo. Cómo osas...

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE