Otra batalla perdida más para mi mochila. Vuelvo a coger el manual de la buena persona y lo releo de arriba a abajo...¿Qué falló esta vez? Me he comportado bien, no he hablado demasiado, ni he sido cansino, he mirado a los ojos al escuchar y también he sonreído. ¿Será quizás que lo mejor de mí no es suficiente? No puede ser... seguro que hay una letra pequeña cerca de algún asterisco diciendo algún secreto oculto que aún no he leído.
Sin embargo, finalmente mantuve mis lágrimas dentro de mí y guardé mi nuevo fracaso en mi mochila, una batalla de años que pensé que podía convertirse en la historia de amor más bonita de la historia y resultó ser la oportunidad no brindada más sencilla del mundo. Con lo erguido e inteligente que parece el ser humano y lo estúpido que me siento yo ahora. Tengo la impresión que no pertenezco a la misma raza. Mirada perdida y cabizbajo...nada típico de un caucásico europeo.
Esperé tanto tiempo y todavía podía esperar mucho más. Todo tan ilógico. Tengo la impresión que mi mochila me hará volcar de un momento a otro, pero aún seguiré, porque ir más despacio no significa no llegar a la meta. Y me seguiré repitiendo a cada paso: "No pasa nada...no eres un mal tío...".
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