Acabé en Zimbabue de casualidad. Como siempre, siendo el ignorante más grande del planeta. Cierto es que sabía que estaba ante uno de los países más subdesarrollados del planeta, y que la pobreza era límite, pero nuestras ganas de ver las cataratas Victoria pudieron más. De hecho al escribir Zimbabue en el google y ver las fotos, en vez de salir las imágenes de las cataratas más extensas del mundo, se refleja la devastación de la pobreza del país. Quizás allí aprendí una de las lecciones de vida más importante de todas...la devastación de la pobreza. No es lo mismo ver desde el silloncito de mi salón a esos niños que me niego a describir porque ya todos sabemos de lo que hablo. Probablemente cuando acabe esta entrada ya habrán muerto 18, pero supongo que ese tema no interesa demasiado a la población española y mundial.
Lo que yo vi fue un país fantasma, un lugar en el que las personas siguen al blanco para pedirle no solo dinero, que ya ni siquiera es lo que buscan, sino algo que echarse a la boca, mi propia ropa, cualquier cosa para poder pasar el día sin el dolor del hambre, probablemente uno de los dolores más voraces que existe. Por órdenes de una propia nativa del lugar nos vimos obligados a seguir de largo sin decir una palabra. Caminamos más de media hora, y en todo ese tiempo...ellos eran nuestra sombra. Hablaban en su idioma y decían algunas palabras en inglés pero solamente con ver sus expresiones ya sabía lo que querían.
De casualidad también cayó en mis manos una información que me gustaría compartir. Mientras muchos españoles se pasan horas en la red chateando o escuchando música, en Zimbabue mueren 2500 personas el mes por culpa del virus del VIH, exactamente el 20% de los habitantes del país, ahora mismo igual más. En el hospital atienden a unas 4000 personas y cada día llegan 5 infectados más. Los retrovirales apenas dan a basto para unos pocos afortunados. La desinformación llega al punto de difundir que un hombre infectado de VIH se cura teniendo sexo con niños o vírgenes. No se utilizan preservativos porque van contra el cristianismo, así que se intenta propagar el lema de llegar virgen al matrimonio y ser fieles a partir del mismo, el cual como norma general no se cumple.
Nos quejamos por estar en el paro cobrando un sueldo sin trabajar durante dos años y en Zimbabue el 90% del país no tiene empleo (unos 10 millones de habitantes). El 80% no tiene qué comer ya que los sueldos rondan los 300 euros aunque la cesta "básica" alimenticia para una familia mensual es de 480 euros.
Ni siquiera tienen moneda porque su valor es insignificante. se paga con ranes (Sudáfrica), pulas (Botswana) y dólares. Un vestido cuesta 45 euros y unas botas 28, justo el sueldo de una familia afortunada. El país está lleno de mujeres, mientras que los hombres forman parte del recuerdo y aparecen cada vez más en fotos o retratos.
Muchos niños son cuidados por personas que no son sus padres, y está de más decir que no van al colegio. Hay 1'3 millones de huérfanos en el país por culpa del Sida.
En 1990 la expectativa de vida era de 62 años...a día de hoy es de 37 años y en condiciones lamentables. La mortalidad materna era de 136 por 100.000, pero ahora es de 725. Los bebés de madres infectadas tienen una probabilidad de un 20% de infectarse y de no amamantar a sus hijos morirían porque no existe un plan que sustituya a la leche materna. Los niños piden a gritos estar muertos como su papá, una frase que casi se convierte en el lema del país...querer estar muerto.
Historias de madres de 8 hijos, todos ellos muertos por el virus, cuidando 4 nietos infectados, porque los otros 8 ya han fallecido. Historias de mujeres y niños muertos de hambre en un país que ya no es sino una tierra de nadie.
El presidente del país, Robert Mugabe, ha sembrado el caos en el país con su avaricia, y se permite el lujo de promover su lema de unidad, libertad y trabajo. En su cumpleaños invitó a más de 5000 personas a las que convidó con langostas, carnes y de otros manjares, mientras su país se hunde en la miseria. Todo un héroe y un ejemplo a seguir. Y luego me quejo por tener que ir a trabajar...
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