FAUNA

Cuando parecía que la inspiración se estaba alejando vino a mi clase y se estrelló contra el cristal...muriendo en mis manos. Ojala me hubiera servido para algo más que darme cuenta que sigo teniendo una asignatura pendiente con la vida. Ya termino por pensar que no la aprobaré jamás. Si después de mi trabajo y todo lo que me ha pasado en menos de treinta años no me han servido para superarlo, entonces es que mi instinto animal está más desarrollado de lo que pensaba.
No puede ser normal que un pájaro estrellado en un cristal me afecte tanto y me estropee el resto de día que me quedaba. Siguen dando vuelta en mi cabeza los "y si.." que me impidieron salvar el mundo. Me invade la tristeza porque soy débil en cuanto a animales se trata y no puedo sacar esa coraza por la que me caracterizo. Me cambia la cara y no hay escapatoria...no hay forma de disimular que me siento mal y lucho por no llorar.
No es lógico que llore por ver gatos atropellados, o deteste que me cuenten historias de animales con finales tristes. No ver documentales donde mueran animales o se maten entre sí. Sin embargo, entiendo el ciclo de la vida a la perfección y no me hago vegetariano porque con ello no salvaré nada, aunque haya dejado de comer pato, cordero o conejo. Me quiero llevar todo bicho fáunico a casa y soy consciente de que es imposible. Todos me gustan y a todos les veo su no se qué.
Quiero pensar que yo he sido pez, búfalo o cigüeña en otra vida para comprender tanta sensibilidad. Creo que me reencarnaré en un gato montés tarde o temprano y me siento insuficiente cuando no puedo salvar una especie con mis escasos métodos. Seguiré suspendiendo en diciembre, junio o septiembre, y aunque resignarme no me basta...seguiré pensando que todo ocurre por alguna razón...malditos bichos.