Días de esos que dejo volar la mente a lugares insospechados y acabo pensando en la muerte. Aflora esa curiosidad que me lleva a pensar en el lugar de mi muerte, cómo voy a morir, si por causa natural, accidente, enfermedad... Me pregunto si ese día llevaré una ropa bonita, cómoda, una de mis prendas favoritas que me sienta bien...por lo menos para no asustar a nadie más de la cuenta.
Podría incluso morir en otro país estando de viaje y nunca volver a ver mi isla, mi casa y el lugar en el que nací. Si voy indocumentado nadie sabrá de qué país provengo y no podrían repatriarme. ¿Descansaría mi alma en paz en ese caso? No se si permanecería vagando por el extranjero buscando un lugar al que llamar hogar para descansa en paz.
Si me asesinan cruelmente sin resolver el caso, ¿mi alma volará sin rumbo buscando justicia? ¿Habrá juicio allá en las nubes o abajo en el infierno con los demonios? ¿Serán ciertos todos esos mitos de dioses, ángeles, espíritus y lugares paralelos con vidas enclaustradas y sometidas? Tengo tanta curiosidad...no implica que quiera irme ya, que valoro la vida sobre todas las cosas, pero sí que me entran inquietudes de vez en cuando.
Personalmente no le temo a la muerte, ni creo que vaya vestida de negro con una guadaña buscando carne fresca, pero es gracioso que la hayamos humanizado de esa manera tan maquiavélica y tenebrosa. Me replanteo sus jugadas y si se trata realmente de casualidad, de injusticia selectiva o de pecados del pasado. No entiendo qué criterio podría seguir para acabar con ciertas vidas, algunas jóvenes, otras excesivamente ancianas. Enfermedades devastadoras, asesinatos, masacres, accidentes de todo tipo. ¿Se trata de estar en un lugar específico en un momento puntual?
Me imagino el mundo con lugares intermitentes en color rojo, invisibles al ojo humano. La persona que pase por ese lugar en ese mismo segundo...tendrá consecuencias vitales, o en este caso mortales. Se tratan de milésimas de segundo en los que un coche se estrella, o un corazón se detiene. Pienso que vamos por la vida esquivando obstáculos que no vemos ni podemos controlar, pero que alargan o acortan nuestra existencia. Yo por ahora he durado 27 años, pero en este mismo momento podría desvanecerme.
¿Qué será de este blog, o de mi recién estrenado Twitter? ¿LLegará alguna vez alguien a conseguir mis contraseñas escritas en un papel y ocultas en algún lugar? Visualizo a mis amigos con las caras entristecidas borrando mi teléfono móvil y mi contacto del messenger y del facebook por fallecido. Todos los que me odiaban de repente se sentirán mal y creerán que me deben algo, e incluso aparecerán en mi funeral con las lágrimas de cocodrilo. Algunos hasta serán demasiado humanos y llamarán a su lista de odiados para hacer las paces antes de que vuelva a ocurrir algo así.
Cuando se trata de muerte, se da más importancia que a los que andan con vida, o incluso a los enfermos graves continuos. La muerte podría escribirse con mayúsculas como las letras de fin de cualquier película antigua francesa. Realmente una vida es como una película y su fin no da cabida ni a un segundo más de la misma. Se acaban los créditos, se acaba de la vida, la música, la amistad...la muerte no tiene límites.
¿Acaso terminará pronto mi película o seguiré viendo finales de otros largometrajes que iré añadiendo a mi propia creación? ¿La muerte tendrá opinión, gusto o preferencia? Igual le caigo bien y me ve más como un aliado que como un enemigo, aunque después de las pérdidas por las que me ha hecho pasar...no sabría qué decir...
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