Pues sigo con mi empeño de que el cielo sea verde, la hierba roja y el sol azul. No sopla viento sino agua, y no hay olas, sino brisas de colores. Los animales hablan y no existe cadena alimenticia ni ciclo de la vida, porque todo funciona a la perfección. Quiero que la lluvia sea siempre limpia y pura y no moje, sino que tibie las almas con caricias. El frío y el calor se unen para siempre y no hay accidentes, sino sonrisas.
La mayoría nunca gana, porque la individualidad y la libertad prevalecen. La unión no hace la fuerza y se escoge en todos los ámbitos que existen. Las plantas opinan como las personas y el tiempo no pasa sin permiso. El aburrimiento no tiene cabida y la muerte y la destrucción son utopías de las películas. Las personas no dejan de crecer jamás y vuelven a niñas cuando ellas mismas lo deciden.
De momento me asomo a la ventana y sigo sin poder mirar al sol aunque creo que todavía es amarillo, el cielo es azul, y la hierba de varios tonos de verde. Mis gatos no han aprendido a hablar y la mayoría siempre gana. Tendré que decirle a mi empeño que hemos fracasado una vez más...
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