La vida terminó y comenzó justo en el punto en el que decidiste hundirme en el mar azul, perpetuo, profundo...idéntico al color de tus ojos. ¿Cuánto hace ya? Creo que un millón de días, ¿o acaso fue anoche? Ya ni recuerdo...no estoy siendo honesto. Me he vuelto muy tímido, como mi valentía.
Una voz sin cuerpo vino a mí, me habló de ti. Has encontrado a alguien especial, te has casado escuché también. Y yo que aún pensaba en aquella promesa que me hiciste...sí, la que decía que me amarías hasta que te murieras. También me han contado que todavía sigues vivo...
Todo se resume en cosas, detalles que otro te da y yo no di. Metas a las que alguien llegó y yo no fui. Pequeñeces que significaban un mundo para ti y yo acabo de descubrir...al cumplir mis 25. Tenía mi silla preparada para seguir sentado hasta el fin del camino, dondequiera que este te llevase. Ahora sino es a ti, seguiré esperando porque igual...no sé...
Esperaré a que venga alguien como tú, con esa sonrisa interminable e infinita cuando algo hacías mal. Alguien con esos abrazos que me protegían cuando las cosas no iban bien. Alguien que me diga frases al oído con la voz más dulce y tierna que ya nunca más escucharé. Solamente esperaré a alguien con tu boca, tus besos, tus brazos, tu pecho...alguien que sea justo y eternamente como tú.
Esa voz también me ha dicho que mande a la hoguera los recuerdos que me unían a ti, y la silla en la que espero, y el tiempo que malgasto, y los besos que no quiero. Yo no puedo, mas te deseo lo mejor a ti, y a él, y a los dos. A ti porque te quiero, y a él porque si no está te mueres...o no. Yo aún no muero...¿acaso morirías por mí?
El amor triunfa, pero también duele...y a mí hoy todavía me puede...
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