lunes, 14 de marzo de 2011

THESE MEMORIES...


Nunca he visto nada tan pesado como los recuerdos. Ni el tiempo es capaz de vencer en una batalla contra ellos. Mi cabeza lo intenta con todas sus fuerzas y apenas así consigue alejarlos. Los voy cubriendo poco a poco con nuevas vivencias para despejar las del pasado, pero es imposible. En el momento menos esperado aparece alguna cara con la que compartí algo más que un cubata y viene todo de repente. Poco a poco empieza una pequeña brisa que trae mariposas al estómago, le sigue un viento molesto que eriza la piel para dar paso a un huracán que destroza todo a su paso. Confunde el presente mientras plantea nuevos futuros imaginarios en la mente. Los ojos sienten ganas de llorar, la voz quiere hablar claro de una vez por todas, y la mente fantasea sin permiso del cerebro. ¿Acaso no hay arma para luchar contra los recuerdos?
Veo a aquel niño pequeño sobreprotegido por quien ahora ya no existe. Timidez extrema que quedó guardada en alguna gaveta, pero vuelve a la carretera principal en forma de recuerdo. Aquellas oraciones, frases, palabras; hirientes o no, dolorosas o no, eternas o no...pero siempre inolvidables. Las memorias de la niñez a veces son más nítidas que la mejor cámara creada jamás. Los colores, los movimientos...todos grabados a fuego bajo la piel. Sin quererlo me doy cuenta que no soy más que un hombre reflejado en el niño de ayer, aquel delicado mamífero que apenas tenía conciencia para decir las palabras más sencillas del planeta. Todos esos te quieros atascados que nunca llegó a pronunciar porque nunca pudo escucharlos.
Los recuerdos pesan: los abrazos interminables de la veintena. Aquel amor desenfrenado que ni la distancia llegó a romper, las cartas de desespero y furor que no podían esperar a mañana, que eran enviadas con deseos e ilusión, que se abrían con esperanza, que se enviaban con amor del de verdad, de aquel que solamente llega una vez en la vida. Noches sin dormir por la desidia, por la codicia, por no querer perder el tiempo entre sueños, por vivir la realidad despierto, con ojos abiertos, con labios cerrados...para que las palabras susurradas no se llevaran el protagonismo.  Amores rotos que no se pueden reconstruir, que por siempre dejarán este puzle incompleto vagar por su vida arrastrando los pies sin saber por qué o a sabiendas pero sin contarlo. Las traiciones guardadas en una habitación cerrada que en un segundo puede abrirse como una caja de Pandora improvisada que arrasa con todo a su paso...así son los recuerdos...cuanto menos devastadores.
Y en mi memoria ya el niño se hizo mayor, ya vive su vida a su manera, con sus propios ojos, voz y cuerpo. Se arrepiente de recordar tan amenudo. De hecho, diría que lo más que desea es haber dibujado otros tantos recuerdos diferentes, pero es consciente que la vida suele estar fuera de alcance. Ahora ya es mayor y retoca sus propias memorias para que mañana las peores sean un tanto agridulces y las mejores empalaguen hasta no olvidarlas jamás. Los recuerdos siguen paseándose por su mente como personas por las calles del verano y hay tantos como neuronas en toda una clase de ciencias. Y él se pregunta: "¿Podría volver a recordar mis mismos recuerdos?"

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE