viernes, 31 de diciembre de 2010

2011...


Siempre soñé con un 2011 con naves espaciales y coches voladores por las calles. Yo vestido de gris plata como los astronautas y todo lo que me rodea era electrónico. Sin embargo, lo más electrónico que tengo ahora es mi ipod que apenas se utilizar porque ni quiera el ordenador desde el que escribo es mío. Mi coche nuevo sí que es como una nave espacial para mí, pero todavía no llega a volar, y las naves espaciales solamente se ven en las películas.
No ha cambiado tanto la cosa en un año, aunque en realidad sí que ha cambiado, lo que no soy consciente del paso del tiempo. Lo más importante que ha ocurrido es el porcentaje de vergüenza que he perdido este año, que siempre ha sido mi asignatura pendiente. Me aprecio algo más tal cual soy aunque sigo sin verme ni del montón, y sigo haciendo las cosas que me gusta hacer. En un año ha aparecido mucha gente nueva, otros tantos se han marchado y aún siguen sin volver.
Lo que siempre perdura es la ilusión. Para conocer a nuevas y maravillosas personas, para seguir rodeado de cariño, abrazos y besos. Para esperar con ansias todas esas cosas buenas que aún están por pasar y estoy seguro que pasarán. Para cosechar los buenos resultados de un trabajo duro y disciplinado. Para que el destino no turbie demasiado los buenos tiempos y traiga las menores desgracias posibles, con fuerza para poder afrontarlas hasta el final.
También quedan ganas de seguir adelante con proyectos antiguos, con proyectos nuevos y con ideas que aún son garbanzos en la mente. Impaciente por descubrir todas esos pequeños detalles que la vida va a traer poco a poco a partir de la última campanada. Con una gran fiesta, de esas que se llena más de buenos amigos que de vestidos de gala, aunque una buena corbata nunca está de más.
Mientras me voy preparando frente al televisor viendo cómo entran en el nuevo año los australianos, chinos y japoneses. Cómo poco a poco se va acercando el huso horario a España para que nosotros también tengamos nuestro momento de gloria y de ilusión. Fuegos artificiales de todos los colores en todas las direcciones y desde todos los puntos del planeta. La Tierra ardiendo en arcoiris de explosiones al son de canciones navideñas y alegría por todas partes.
Me imagino un 2011 sencillo, bonito, tranquilo, sin muchos cambios al principio, pero de lo más emocionante a partir del verano. Seguro que aguarda muchas sorpresas, primero con mis casi 27 años estrenados y luego con los carnavales que 2010 no me dio. Con salud, amor y algo de dinero...yo creo que cada año puede ser bueno, y éste me apetece mejor que los demás. Los inicios de década siempre son intrigantes. Que comience ya 2011...bienvenido sea...

1 comentario:

lucy dijo...

y como ha empezado este año! de la mejor manera posible, y se prevee que va a ser increible, mejor que el anterior seguro. por mi parte tengo que decir, que sigilosamente, y con la frase "lucy la no interprete" entraste en mi vida y ha sido una de las mejores cosas que me ha dado este año. gracias :) te quiero! (pero no se lo digas a nadie, jejeje) besototes!

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE