
Después de abandonarme nunca llegará a saber la verdad que se escondía en lo más profundo de mis entrañas. Jamás podrá imaginar que yo hubiera parado un avión por él. Hubiera sido capaz de tumbarme bajo las vías del tren por él, quitar la anilla de cien granadas por él y luego dejarlas a mi lado por él. Hubiera regalado mis sueños por él, para que los guardase con sus secretos enfermizos. Hubiera dejado que una bala atravesara mi cráneo por él, me hubiera puesto delante de una pistola por él, incluso hubiera asesinado a millones de personas por él. Me hubiera cortado las venas por él, me hubiera ahorcado decenas de veces por él, y hubiera dejado de respirar para siempre por él. Y aunque todo el dolor no fuera suficiente para apartarme de él, seguiría amándole hasta el final. Porque tan solo buscaba pasar el resto de mis días con él, que me quisiera diez minutos al día tal vez, o que me diera un beso de buenos días al menos. Solamente buscaba un alma gemela en él, confiar todo mi destino en él y regalarle mi camino para que corriese por él. Cualquier cosa por él.
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