MI ALTER ECO

Hacía tiempo que no me visitabas, tristeza escondida. ¿Dónde estabas metida? No voy a decirte que te echaba de menos aunque sabes que siempre he creído que eres útil en ciertos momentos. Sobre todo para que la fantasía se desvanezca y los golpes duelan menos. Escucha, te tengo que contar. Igual se trata de la misma historia, pero es que no tengo nadie más con quien hablar ahora mismo. Parece que llevo estancado un tiempo con ciertas cosas. Ya sabes... me cuesta mucho olvidar y eso me pesa, no lo puedo evitar. Tengo muchos planes de futuro, pero no veo el momento de hacerlos. Mi seguridad está en huelga indefinida y perdí la confianza en quien solía ser. Igual es la rutina que me hace jugar malas pasadas, o igual es...¿crees en el mal de ojo? ¿Y en los dones? Bueno, es igual, todo está en mi cabeza. Mi futuro ahí está, detrás de esa ventana cerrada y borrosa que no me deja ver. Parece que alguien la custodia, pero aún no he descubierto quién. ¿Sabes? Me pesan muchas cosas. El pasado sobre todo, que más que pesar me persigue. Me pesa no disfrutar del presente y me pesa mucho la soledad. Hoy es uno de esos días en los que creo que estoy jugando en el bando equivocado y me voy acostumbrando a perder. No suelo perder al squash, ni al tenis, pero parece que pierdo en la vida. No me siento útil, y no me toman en serio en muchos sentidos. A veces creo que ser gay es un problema. El típico amigo de las tías, que odia el fútbol, que le cuesta interactuar con hombres heterosexuales, que tiene más plumas que la reina del carnaval y que la gente mete en el saco con todos los demás. Los gays no son inteligentes, son zorros, los gays no aman, son promiscuos, los gays no hablan, sino cuchichean, los gays no opinan, sino critican... Y no es fácil quitarse ese post it que lleva años de historia. Un poco cansado de ir contracorriente tanto tiempo. También me pasa que le busco los motivos y las razones y los porqués a cada cosa y al final me doy cuenta que me he pasado horas pensando en las musarañas sin sacar nada de provecho. Me como mucho la cabeza y luego me da migraña. Realmente pensaba que tú eras mi principal problema. Tus visitas semanales y tus puñaladas por la espalda. Al final me he dado cuenta que son muchas más cosas que lograba ver desde aquí y es lo que te hace volver a mí cuando menos falta me haces. Acabé por creerme que soy un borde, antipático, serio, seco, prepotente, enterado, burlón y raro de todas las veces que me lo han repetido. Es genial tener personas que te digan las cosas no tan bonitas que eres en tu propia cara, pero más bonito aún me parecería escuchar alguna buena. Igual no me sale natural el ser simpático, humilde, sencillo, pero mis oídos ya se han agotado de tanta palabrería. Una pregunta, ¿podría ser que igual no me conocen del todo? ¿Acaso me conoceré yo a mí mismo? Siempre he pensado que sí, aunque a veces dudo un poco. No creo que me soportase a mí mismo si yo fuera otra persona. Seguro que Raúl me caería mal, aunque cuando me miro al espejo no parezco mal tío. Un poco serio sí, pero es que esta es la cara que tengo. Creo que vivo "anostalgiado" en mi burbuja única que nadie comprende y he llegado a un punto en el que lo material me da igual y lo real me parece mentira. Soy como una gelatina, me van dando golpes y golpes pero siempre vuelvo al mismo sitio. No puedo dejar de ser transparente y si me rompo un solo instante ahí tengo a alguien para que me coma. Menuda comparación, pero así me siento hoy. Lo sabía...¿tan pronto te has dormido?