viernes, 7 de noviembre de 2008

DESPUÉS DE LA TORMENTA


Un nuevo comienzo que empezó tras un final. Lo más extraño es que no se si fue un final, porque ni siquiera podría decir si hubo un principio. De cualquier modo, se acabó.

Los castillos en el aire al final se los llevó el viento y los pajaritos preñados simplemente estaban gordos. El ciclo de la vida es así. Nacemos, sufrimos, sonreímos, sufrimos, crecemos, sufrimos, morimos… hasta me atrevería a decir que después de la muerte seguiremos sufriendo, pero como no tengo argumentos de peso, me reservo la teoría. Sólo podría decir que el ser humano nació para sufrir.

No sé si es más sencillo convertirse en un hedonista obsesionado con sacarle lo mejor a la vida, un insensible que está de paso por el mundo, o simplemente ser yo, y ahogarme en un vaso de agua.

Después de todo, se acerca un nuevo comienzo; donde volveré a tropezarme, a levantarme y a sonreír.

Puede que nunca vuelva a ese lugar donde fui feliz. Puede que no coincida con esa persona que me enseñó a depender de un extraño, y puede que nunca dejen de salir esas lágrimas que tanto lamentan el no ser consciente de lo que fue, y lo que pudo ser.

Dicen que el tiempo es un curandero y no solo sana heridas, sino que borra pensamientos. No será mismo tiempo que conozco yo. A mí solo me deja cicatrices y noches sin dormir.

Después de vivir en un sueño, de despertarte con alguien a tu lado y de viajar por Europa sintiéndote el hombre más afortunado del mundo, no es fácil seguir adelante.

He aprendido muchas cosas a lo largo de estos años, pero nunca he podido aprender a olvidarme de una historia, a ignorar mis sentimientos o a concentrarme cuando todo sale mal. Tengo un suspenso en esas asignaturas y mi único sobresaliente está en sonreír aunque me sienta una mierda.

No valen de nada los estudios, ni el trabajo, ni nada en el mundo, si al final no tienes a nadie para compartirlo.

En esta nueva etapa he decidido que no limpiaré trapos sucios una vez más, los cambiaré por unos nuevos y llenos de brillo. No cambiaré las cosas de sitio, sino que buscaré un nuevo lugar, y ahí nacerá lo que comienza mañana, cuando el sol me alumbra la cara y me apetezca ser feliz.

Intentaré no arrastrar los pies al caminar, ni reprochar las cosas cuando todo va mal.

No me culparé de la injusticia en el mundo, ni del maltrato a los animales. Y al final me daré cuenta que con dos manos, no puedo levantar el planeta. Así que me tumbaré en el sillón, y sin pensar en nada, me echaré una siesta. Una de esas siestas que ya no recuerdas como son, porque hace años que no descansas dos horas después de comer.

Cogeré la escoba y limpiaré el suelo para barrer los malos espíritus que me persiguen, y que llevan meses viviendo en mi tejado, y no perderé el tiempo con las personas que no valoren lo que soy y hasta donde he llegado.

No me interesan los superficiales, ni quiero malgastar mi tiempo en conversaciones que no llevan a nada. No sudaré cada vez que tenga vergüenza, porque el sentido del ridículo se quedará durmiendo en mi cama.

Sólo espero poder descubrir que la felicidad no es un mundo utópico que creemos tocar cuando al final descubrimos que ni siquiera lo hemos conocido.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE