martes, 26 de agosto de 2014

SOY GAY, ¿Y QUÉ?

Me veo en la necesidad de abordar nuevamente un tema que yo considero básico; que va relacionado con el respeto, con la felicidad y con la libertad de escoger, de sentir y de estar orgulloso. Es algo que veo a diario en la vida cotidiana, en la prensa, en las redes sociales y que no siento que haya una coherencia con una sociedad que alardea de ser "moderna" y "progresista" (no voy a llevarlo al ámbito político porque como muchos ya saben si es que me conocen, yo no creo en la política, para mí lleva muchos años muerta). 
Partimos desde el punto en el que España es un país democrático y libre, que tiene una constitución que lo respalda y que dice entre otras cosas que todos somos iguales ante la ley. Sin embargo, he visto en historias de amigos, de amigas, de conocidos, en historias de familiares de otros amigos o de susurros que me llegan de gente que ni conozco. En estas historias se habla de padres que no aceptan la tendencia sexual de sus hijos, de hermanos que rechazan a hermanos, de amigos que dejan de llamar por teléfono, que incluso bloquean en redes sociales. Me han contado historias de familiares que no se hablan, que desheredan a sus descendientes por el simple motivo de amar a una persona de su mismo sexo. Esto es un tema serio y algo preocupante e inquietante, pero lo que más me sorprende es cómo las propias víctimas buscan una y otra vez el beneplácito de los familiares, de los amigos...como si no pudieran continuar siendo felices sin ellos a su lado. Es extraño cómo nosotros mismos nos convertimos en nuestros propios enemigos. 
Señores, si alguien no respeta nuestra privacidad y no da el visto bueno a una relación por tener una tendencia sexual distinta, igual deberíamos poner punto y final a esa relación y pasar página. Igual estas personas se arrepentirán más adelante y vendrán a pedirnos perdón, igual la vida nos vuelve a reunir y han cambiado de parecer. Igual en un futuro conocen a algún gay o a alguna lesbiana que resulta ser su jefe, su cuñado o su hija. Entonces es posible que se den cuenta que el amor es cosa de dos y es a estas dos personas a las que tiene que importarle y no al resto de la sociedad. Los seres humanos se componen de hombres y mujeres, y todos y cada uno de ellos tienen el poder de decisión de vivir con quien les apetezca, de tener sexo con quien les apetezca y de ser felices con quien les apetezca. 
No necesitamos la aprobación de nadie porque no hay ningún permiso que solicitar para ser feliz. Ser homosexual igual que no es una elección, tampoco es un pecado y no hay que actuar como si lo fuera. A las personas que no respeten quiénes somos...no debemos tenerlas en nuestra vida. Hay tantos millones de personas en este planeta que nadie es absolutamente imprescindible. No quiero sonar cruel, pero se puede vivir sin el pilar más grande de nuestro mundo y por mucho que duela, no podemos llevar eso dentro pensar que somos culpables por amar a la persona que amamos. 
Yo, a mis 30 años y desde hace ya mucho tiempo me considero homosexual o gay (no maricón, ni bujarra, ni julay, ni paloma, ni trucha, ni mariquita...). He tenido relaciones con mujeres y hasta el día de hoy mi relación más larga ha sido con una mujer (poco más de 2 años y medio). Algunos lo llaman farsa, otros hipocresía o cobardía, otro error, pero yo lo llamo experiencia. Nunca me he arrepentido ni me arrepentiré de lo que fui o he sido. La sociedad desde que nacemos nos impone que una familia se inicia con una relación entre un hombre y una mujer, y así es como crecemos...creyendo que esta es la única opción. Yo, hace 18 años no concebía en mi vida la opción de tener una relación con un hombre. Cuando llegué a la adolescencia es cierto que tenía interés en los hombres y me llamaban la atención, pero las mujeres también. Mis primeras "oportunidades" de tener una relación fueron con mujeres y puedo decir que yo era feliz, que sentía muchas cosas (amaba y era amado, o como lo quieran llamar a esa edad) y también sufría. Durante ese tiempo mi atracción por los hombres se hacía más evidente y ya con 18-20 años decidí probar con un hombre. 
Ciertamente me sentía muy extraño, como si estuviera haciendo algo malo y tenía un poco de miedo. No me reconocía a mí mismo estando con un hombre después de haber tenido relaciones con mujeres únicamente. Después de varias semanas supe que era lo correcto, lo que mi corazón, mi alma y todo lo que llevo dentro me pedía desde hacía mucho tiempo. Quizás dormitaba dentro de mí esa sensación de poder estar con alguien de mi propio sexo. Al principio me costaba mucho contárselo a mis amigos y prefería mantenerlo en secreto y mentir hasta que la madurez o la experiencia me dio las fuerzas para afrontar la situación y autoconvencerme a mí mismo de que ni soy diferente al resto, ni tengo por qué avergonzarme de ello. Llegó un punto en el que me negué a decir mi condición sexual y me remitía a responder un "sí, claro" cuando alguien me preguntaba y a enterarme que mucha gente lo preguntaba y lo cuchicheaba por ahí. A mí, a esas alturas, ya me daba igual. 
A día de hoy mi familia sabe mi tendencia sexual y el que no lo sabe tiempo ha tenido. Otros se lo imaginarán, otros se enterarán al leer esto, y muchos otros rezarán por mi alma para no arder en el fuego eterno. Sea como fuere, a mí ya no me interesa saber opiniones de nadie sobre la sexualidad de cada persona. Al salir del armario uno de mis "mejores" amigos me dio la espalda y desapareció de mi vida, y fue en ese momento en el que abría yo mismo la puerta e invité a marcharse a todos aquellos que no se sintieran cómodos en mi presencia por ser homosexual. No siento pena, ni nostalgia, ni he derramado ni una sola lágrima al respecto. Al contrario, me siento orgulloso de tener a mi lado gente que disfruta conmigo, que me hace feliz, que es feliz y sobre todo que me respeta. Gente a la que no le importa si al final de un sustantivo añado una -o o una -a, gente que le da igual el porcentaje de "pluma" que pueda tener, lo colorida que pueda ser mi ropa o los decibelios que alcance mi voz ya sea aguda o grave. 
Quiero decir también que hay vida después de confesar que se es homosexual y sobre todo...que la vida que hay es tan perfecta y maravillosa como la de cualquier heterosexual. Mi condición sexual nunca me ha cerrado puertas de ningún tipo y no voy a lugares en los que no soy bienvenido. 
Ser gay tampoco significa que todos mis amigos han de serlo, que me los haya follado a todos o que me gusten varios, ni que solamente salga por lugares de ambiente, o que mis destinos a la hora de viajar sean de turismo gay. Yo solamente voy a los lugares que me apetece y con las personas que me apetece, y esa es la base de mi felicidad. No hace falta salir de un armario y decir lo que somos o dejamos de ser, pero tampoco hay que ocultarlo bajo ningún concepto. 
Esta sociedad que presume de ser abierta y tolerante todavía se sorprende al descubrir que una miss España es lesbiana o que algún actor confiesa que es gay. Ante este hecho, pongo en duda el porcentaje de libertad que reina en este país. Es cierto que España esta mucho más avanzada (no solo legalmente) y concienciada con la comunidad LGBT que muchos otros países, pero todavía queda mucho camino por andar. Y el primer paso no es otro que dejar de meter las narices en las camas ajenas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Raúl,te puse poca nota en Historia , te mereces un 10...un en actitud ante la vida, un 10 como persona, un 10 como lo que eres una persona integral

Unknown dijo...

Hola Raul..me encantó mucho.Creo que tenía que haberte mas nota, pero no te hubieras esforzado..seguro.Por otro lado, decirte que te has enamorado de personas, que todas ellas han puesto su escalon, para llegar a ser tu mismo.Has tenido experiencias, que otras personas no se han atrevido a tenerlas.Esa "educación"poco intrusiva, sexista...Menos mal que esta existiendo un ligero cambio.
Tengo que decirte que estoy muy orgullosa de haber estado en tu vida alla en los años del IES...

Unknown dijo...

La verdad sea dicha: nunca fui especialmente brillante en historia, y sigo sin serlo. También es lo que nos pasa siempre a los que creemos que nos sabemos todo en la vida que igual ni presté atención tanto como debiera. Quién tuviera el poder de volver atrás en el tiempo y poder ser un poco más sensatos y escuchar en vez de oír. De igual manera soy de los que piensa que todo pasa por alguna razón y quizás de alguna manera esta frase ayuda a seguir hacia adelante en tiempos de sequía.

Unknown dijo...

Uno de los muchos recuerdos que tengo del IES es justo en esa clase de historia en la que yo estaba llorando porque tenía problemas con mi novia...y me acuerdo que tú me dabas consejo y decías que todo se solucionaría. Ahí por primera vez me sentí vulnerable de una forma que no había sentido nunca y realmente no me fue tan mal. Se aprende hasta de la situación más absurda.
Gracias Carmen por aquellas clases y por haberme reconocido cuando movía las manos porque me ha alegrado retomar el contacto aunque estemos en ciudades diferentes y cada uno en su pequeña burbuja. Un beso!

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE