sábado, 2 de agosto de 2014

APRENDIZAJES

Aprendí sin saber cómo a modular las olas con mis manos, a tocar el agua que no fui capaz de mantener más de 10 segundos, de 5, de 3...porque hay situaciones que se me van de las manos y por más que controlo no llego a manejar. Supe nada más llegar que la vida no era fácil, que las nubes estaban hechas de agua y que los isleños tenemos una atracción incontrolable por el océano. Supe averiguar cada una de las estaciones solamente al respirar el aire que me rodeaba, con sabores y olores que se entremezclan hasta convertirse en un híbrido de naturaleza y polución que ya apenas podemos solventar. Aprendí a hablar claro en vez de alto, a no callarme si me apetece reivindicar lo que yo considero justo, a no permitir que el mundo sea de la forma que los más inconscientes quieren que sea. Ahora es cuando me niego a quedarme en un lugar que no me complace, a rodearme de personas que no me aprecian o valoran, y a aceptar regalos que fueron destinados a otros y a su vez rechazados.
Me han malinterpretado miles de veces, han puesto en mi boca palabras que nunca pronuncié, me han dado la espalda sin entender el motivo y se han creado circos en la periferia de mi vida en las que yo era el protagonista, pero nunca tuve la oportunidad de aprender el guión. Me he caído más veces de las que creí que podía soportar, me he salvado de lo insalvable, he superado situaciones con más cicatrices que suspiros y puedo permitirme el lujo de decir lo que quiera decir en todo momento, porque aunque sé que en esta vida la justicia tiene más de una cara y no es absoluta...yo nací y moriré libre al precio que sea. 

Aprendí a hablar con las manos porque en mi vida hay momentos en que la voz me flaquea y no puede expresar todo lo que tengo que contar, he creado un blog que sigue vivo por las ganas que pongo, por mi pasión por la escritura y porque todo lo que se escribe está destinado a ser leído, y aunque solamente sean un par de ojos los que lo hagan...ya ha valido la pena. He estudiado durante más años de los que puedo recordar y he conocido a tanta gente que a veces me pregunto si son 30 o 60 los inviernos que llevo sobre mis espaldas. 
He creado fuertes con cada piedra que me han lanzado, he hecho cabañas con cada palo que me han dado y he guardado el agua de cada lágrima que he vertido. Todo esto me ha convertido en lo que soy hoy y me ha dado la oportunidad de sobrevivir en un mundo cruel, loco y oscuro, que se deja dominar por sociedades ilógicas y absurdas, por gobernantes egoístas y mentirosos y por personajes más típicos de una novela de Edgar Alan Poe que de la propia realidad de un mundo que debería regirse por la cordura o por la sensibilidad.

Aprendí a perder partidos, partidas, guerras, batallas, luchas y hasta objetos que lo eran todo para mí. Perdí a personas, animales, hogares, lugares, me perdí tantas veces que a día de hoy no creo que me ha encontrado del todo. Di tantas vueltas que creo que esa es la razón de mi sentido de la orientación ya destartalado que se niega a que yo llegue a los lugares a tiempo sin perderme tres veces antes. Tanto aprendí que ahora sé que lo que se pierde nunca se recupera del todo y por eso no vale la pena pasar la vida buscándolo. Aprendí que lo material no es más que algo efímero con los días contados que finalmente acabará roto, sucio o empolvando algún desván. Aprendí a pasar página rápido para no quedarme enterrado en hechos que ya no tienen solución, aprendí a dar pasos largos, pero siempre ampliando mi campo visual porque tanto las malas rachas como los golpes de suerte vienen mejor si estamos con los sentidos a toda alerta.
El aprendizaje es dinámico, estático y elástico y no tiene un final. Incluso sin quererlo seguimos aprendiendo y es así por lo que he aprendido a ser paciente, a ser constante, y a ser agradecido. La vida en sí, con sus más, con sus menos, con sus hechos sin explicación o sus castigos selectivos me ha enseñado que el ser humano siempre tiene una escapatoria, una salida por más dura que sea y que solamente por esa solución, aunque esté al final del más largo de los túneles...merece la pena vivir. Por eso, si decidimos cerrar los ojos para siempre...no seremos recordados como héroes, sino como los más descarados cobardes de la historia. Así, como vino...una vida se puede marchar. Es por eso que hay que disfrutarla como si nuestra partida fuera ahora, después, o dentro de 20'. Porque los charcos más pequeños...muchas veces son los más profundos. 

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE