lunes, 6 de septiembre de 2010

ABBYS


Cuando a las siete de la mañana el sueño no se apodera de mí es porque algo ha pasado. De repente noto que se me ha escapado alguna lágrima que no debería y me empiezo a plantear si la dormidina será mi nueva aliada. Hago de tripas corazón mientras me engaño diciendo que mañana todo irá mejor. Me doy cuenta que he vivido más de cien mil noches en vela y voy sumando las lunas que aún me quedan por ver. Sin ningún tipo de poder altero mis horas de sueño, de risas, de lágrimas que poco a poco se entremezclan sin mi consentimiento. Duermo de día, lloro a escondidas, muero de noche... Todo es como un puzle en forma de pesadilla en el que los capítulos me van llegando por fascículos cada semana.
No me veo capaz de conseguir todo lo que no he podido tener. Saco de mi mochila todas mis guerras perdidas y vuelvo a revisar aquella estrategia que salía mal. Sigo sin creer que no fuera capaz de convertirlas en victorias, y me hacen aún más daño que ayer. Veo lo planeada que tengo mi vida para después darme cuenta que soy absurdo por no darme cuenta que nunca estuvo en mis manos. Todo lo que creí tener siempre ha estado fuera de alcance. De nada me han servido unos brazos largos o un buen revés a dos manos, el resultado es el mismo. Me convierto en el perdedor del lustro y sin romper espejo alguno decido no volver a mirar al pasado. Sin embargo, hay trozos de mí que jamás podrán evitarlo. Es como tratar de hacer que una planta no crezca sin llegar a morir.
Los porqués rondan mi cabeza constantemente mientras trato de buscarle un nuevo sentido a mi existencia. Probablemente vuelva a ver nuevos motivos en el horizonte que ahora tapan las nubes grises. Allá donde vaya me perseguirán los truenos y relámpagos que ningún arco-iris podrá aliviar jamás. Las pérdidas me hunden en la arena y las creces parecen no llegar de momento. Al final empiezo a hablar sin decir nada mientras me doy cuenta que finalmente he asumido ese papel de autoenemigo que el mundo me ha adjudicado. Sigo actuando acorde a las etiquetas que la sociedad me ha impuesto y me veo incapaz de dar un paso que no sea incierto. Malgasto mis días en un podrido blog lleno de palabras que no entiendo cuando releo y que no siento mías. Me infravaloro hasta lugares insospechados aunque en ocasiones mi ego intente hablar por mí.
Dios no me maltrata aunque no crea en su poder, sin embargo el ser humano me castiga con la fuerza de los elementos sin poderme contener. Viene un huracán y soy incapaz de mantenerme en tierra con todas mis pertenencias. Me arrebatan hasta el nombre y tengo que adoptar la identidad de alguien sin alma y sin espíritu. No soy yo, aquello no soy yo, es lo que se ha apoderado de mí, aquel extraño ente. Después de leer a la vez que escribo me doy cuenta que ni mis palabras tienen sentido y decido dormirme para siempre en el lugar más cercano que pueda encontrar...mi propio abismo.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE