
-Perdoné al mismísimo Lucifer personificado.
-Caí, recaí y volví a caer en la misma trampa una y mil veces.
-Me engañaron, engañé, mentí, me mintieron...el juego del amor.
-No debí pero lo dije, y luego no me arrepentí.
-Hice la vista gorda a lo más importante. Di la espalda a grandes problemas que no estaba en mi mano solucionar...y no me importó.
-Perdí el interés tras una traición en silencio. No volví a llamar, me limité a responder lo que me preguntaban.
-Dije "te quiero" más de la cuenta. Veces que no sentía, otras tantas que no entendía su significado, demasiadas que no sabía por qué lo hacía.
-Perdí cuando quería ganar por encima de todo, gané las batallas que di por perdidas y nunca en mi vida he sabido empatar a ningún juego.
-Vencí a los demonios, engañé a los ángeles, me junté con muebles más inertes que un puñado de arena y llegué a ser alguien que no soy.
-Nunca he besado a un extraño que no conociera. Nunca ha habido polvos "de una noche". Nunca he ligado cuando he salido de fiesta.
-Me he tomado más copas de la cuenta para "olvidar" lo que volvería a mi cabeza la mañana siguiente.
-He dado mucho más de lo que recibí en infinitas ocasiones y simplemente me he limitado a no decir nada. Dicen que el silencio es oro, para mí fue barro.
-Quise y no pude, pude y no quise. A tiempo erróneo...lugar exacto.
-Mis despedidas nunca fueron buenas.
-Hace tiempo que no lloro...o bien he evolucionado a otro nivel emocional, o bien mi lacrimal ha dejado de funcionar...¿seré una roca?
No hay comentarios:
Publicar un comentario