MISSING MY NOTHINGNESS

Espero que exista un lugar en este planeta en el que el esfuerzo y la fuerza de voluntad sino se premie, al menos se haga justicia. Si algo bueno me queda en mi mísera y selectiva existencia es la constancia y las ansias de conseguir las cosas que me propongo y no siempre consigo, aunque la ilusión tira de mí cuando no puedo ni con mi alma. Y hoy tengo un 60% de mí obligándome a ser serio y echarle fuerzas, y el otro 40% me dice que no puede más y que me rinda, que no es para mí. No se qué pensar, qué decir, si las cosas van bien o mal, si llegaré hasta el final, si caeré más veces en el camino.
Como 60 siempre fue más que 40 no me quedará otra opción que luchar, aunque justo hoy me pese. También creo que no se valora el trabajo que hay detrás de las cosas, no interesa el trasfondo de los paisajes, ni las historias que hay tras cada gota de sudor o lágrimas cayendo que no se llegan a ver del todo, ni siquiera se sienten. Se ve lo que se quiere ver, y nada más. Caminos pedregosos a escondidas, pero es curioso cómo no se puede esconder para siempre una sensación tan fuerte como la decepción.
Decepcionado por varios motivos, personas, y razones tan diferentes como sorprendentes. Sin embargo, decepcionado a la vez conmigo mismo por tener la fuerza y no el poder. Por creerme capaz y no hacerlo, por dudar tanto que ya apenas se si puedo conseguirlo, por tirar más de los demás de lo que ellos tiran de mí...y me quedo atrás...cientos de veces siento que me quedo atrás, que la noria continua y no puedo subirme en esta vuelta, ni en la siguiente...y a contratiempo no funcionan las cosas bien.
Mi decepción y yo...nos ponemos a trabajar.