LAZOS

Las relaciones están unidas por lazos...al menos eso es lo que dicen. Nunca nadie ha visto esos lazos, pero sabemos o creemos que existen. De hecho, podría afirmar que hay lazos que existen por razones ajenas y nadie sabe que existen...y solamente el tiempo determinará si descubrirá o no el enigma.
Me da mucha pena saber que existen lazos que están predestinados a romperse incluso antes de crearse. No comprendo si es porque está escrito en las estrellas o porque algún sabio de antaño lo maldijo con sus sacrilegios, pero sucede...y es triste. Lazos que nunca debieron crearse, que no estaban predestinados, pero fueron forzados y como todo lo que se fuerza en esta vida...termina por romperse. Lo más increíble es que al romper un lazo nunca lo hace por la mitad, siempre hay una persona que contiene una parte del lazo más grande y otro, en cambio, se lleva un pequeño e inofensivo trocito de lazo. Conozco  casos en los que los lazos no eran recíprocos del todo y todavía sigue colgado en la pared...ya muerto y casi negro del paso del tiempo.
Los lazos pueden ser tragedias ensangrentadas, desdichas, uniones irrompibles. Nunca encontraremos dos lazos iguales. Me pregunto cuántos lazos cuelgan de mi corazón. Los lazos rotos los tengo contados, pero ¿qué pasa con los que siguen en pie? ¿Durarán para siempre? Tengo lazos olvidados, perdidos, inquietos, tímidos que no se atreven a ser ellos mismos, tengo lazos arriesgados que podrían ser peligrosos, pero un número sería imposible de decir. Lazos que no terminaron, que fueron forzados a morir con uno de los sujetos, lazos sin terminar que quedaron colgados enteros de mi corazón y que siguen ahí marchitándose con el paso del tiempo hasta que posiblemente un día estén tan secos que el viento se los lleve dejando un pequeño nudo que apenas se nota.
Lazos hermandados sellados con miles de promesas, llenos de secretos que no van a revelarse, que se quedan inmersos en los tejidos de la tela. ¿Los lazos están hechos de tela? ¿De fibra o quizás de algún materian intangible que no se puede ver tampoco? Los míos deben ser así porque nunca los he visto, en cambio, creo que más de una vez los he sentido...sobre todo al romperse. Es como un crujido en el alma que me invita a pensar que de algún modo ha llegado el final. Los lazos que se rompen nunca vuelven a existir, y si lo hacen jamás serán tan fuertes como el anterior y probablemente vuelvan a romperse. Así somos los seres humanos....que redecoramos nuestra vida con lazos del pasado sin saber muchas veces que esa es una de las razones de nuestra agonía...nadie puede cerrar las puertas a un lazo predestinado...a un lazo de amor...