Como una novia plantada el día de su boda...sin explicación en medio de un final inesperado sin principio aparente. Todo pasa en el juego de la vida. Apenas si hay algo eterno no será la vida, ni el propio planeta, sino la complejidad de la mente humana que dice sí y piensa no. El dinero se convierte en algo más material y superficial que nunca si cabe. Miradas que dicen algo que no piensan, que no refieren. El pensamiento no prescribe. Las obscenidades se siguen pasando por la cabeza dándole vueltas a los cuerpos y al placer esperando que de alguna manera se hagan realidad sin que salga del sudor salado de la piel. Nunca se aprende del todo que los secretos no se guardan ni en la tumba.
Neuronas que mueren con cada chupito que quema la garganta. La materia gris del cerebro se vuelve negra oscura con cada idea maléfica y enrevesada. El flujo cada vez más lento hasta que se detiene del todo por falta de uso. La estupidez se apodera de la mente y de la boca no salen más que sandeces incomprensibles por completo. Relaciones personales variopintas que dividen la cabeza cuatro, tratando de engañar a todos y terminando por engañarse solamente a sí mismo. Nada más feo que caer más bajo que el inframundo. El poco amor propio y la falta de coherencia con el habla hacen lo demás.
A tientas se tragan las palabras que pensaron que nunca dirían y acabaron por pronunciar. Ya no hay susurros, sino puro grito y la misma vida dice que nunca jamás los volverá a reunir. Las pocas células que quedan por morir se despiden diciendo "no volvería ni en broma" y lo dicen tan en serio como una clase de historia. Los buenos libros no lo parecen en la portada y los colores llamativos tan solo son embalajes arco iris que vienen tras la tormenta. El ser humano sigue siendo imperfecto, tórrido, helado...una mezcla entre lo posible y lo impensable...el ser humano no es más que un puñado de escombros encerrados en un saco de piel.
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