
Sin tiempo aún para encontrarme a mí mismo, parece que estoy en medio de un túnel sin salida. Acorralado por ambos lados. A mi izquierda estás tú, tirando del pasado, lanzando recuerdos a mi cara, pintando las paredes de este lugar con nuestros encuentros, nuestros abrazos, nuestras lágrimas. Cierro los ojos porque no puedo afrontarlo, no quiero llorar más. A mi derecha la maldita gravedad, que me atrae al suelo sin dejarme huir. Imposible correr, renunciar a lo que no sé si es correcto o erróneo. Maldita gravedad. Mi familia y amigos dentro de mi cabeza: “Termina ya”, mi conciencia obligándome a empujar para escapar, pero estoy paralizado.
Cada vez que intento marcharme parece que vuelvo al mismo punto de retorno. Busco irme a un lugar mejor, pero los recuerdos se me rompen dentro del pecho. Corro siempre en la dirección errónea, sin escudo, con el cuerpo desnudo. Maldita gravedad que juega con mi sentido del equilibrio. Esa punzada en mi cabeza que me repite siempre la misma palabra, pero no, no puedo huir. Igual he traicionado todos mis principios, pero están ya fuera de alcance. ¿Qué demonios me ocurre? Solo quiero desaparecer y no puedo…más visible que nunca.
Déjame marchar, por favor. Me estás destruyendo aquí como años atrás. La gravedad y tú tiran de mí y acabaré por hacerme en pedazos. Me sueltas y me vuelves a amarrar como si fuera un animal salvaje. Maldita gravedad que no me deja caminar. Suicidio parece la única opción, pero no me puedo mover. Acaba conmigo, gravedad, no quiero volver a seguir así, aquí…maldita gravedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario