
Me detengo a pensar en medio de la noche. Recuerdo aquel lugar en el que no existía este dolor y en el que sentirse bien era una norma y no costaba nada. Adoro ese lugar en el que el dolor que se siente es un tipo de dolor diferente. Los kilómetros se hacen eternos y mientras pienso en acercarme, voy viendo lo lejos que queda atrás el camino.
Es cierto, igual no me porté lo suficientemente bien, o no fui tan buena persona como se creía. Pero nunca hubo sentimientos y palabras más sinceras, porque soy de verdad y siento, aunque lo esconda detrás de un puñado de ironías.
Tendré mucho cuidado con lo que deseo, porque muchas veces se cumplen todas nuestras expectativas, pero ya es hora de marcharse. Lo siento, pero es hora de partir...
Así que vuelvo a casa. Estaré de vuelta en ese lugar al que pertenezco y donde mi familia y mis amigos fueron suficientes para mí. No, no estoy huyendo de nada, espero que no me mal interpretes. No lamento la vida que había elegido para mí, pero ahora y aquí...estas caras y estos paisajes se están marchitando. Así que me vuelvo a casa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario