martes, 29 de diciembre de 2009

JO JO JO


Por si fueran pocos gastos los regalos, turrones, cenas y adornos navideños. Encima hay que añadirle el dinero en mensajes de texto y llamadas para felicitar las navidades, las fiestas, el año nuevo, el año viejo, y los reyes. Ni siquiera se trata de ser original y escribir un mensaje autóctono que salga de cada uno, sino que la gente decide entre dos opciones: la primera es reenviar el mensaje que se ha recibido de otra persona que a su vez lo ha copiado de otra persona que a su vez lo sacó de los mensajes recibidos del año anterior, y la segunda es escribir el típico mensaje aburrido que contiene las frases "felices fiestas", "feliz año" y "en compañía de los tuyos".
Por no hablar de los e-mails cursis que van reenviándose por internet, en el que las campanas, los renos y el color rojo y verde predomina en cada esquina. Bien sean en imágenes o con frases predefinidas que ni siquiera se sienten. Estoy seguro que la persona que lo envía ni siquiera terminó de leerlo cuando le llegó. Es más, ni se molesta en quitar los destinatarios anteriores o elegir la tecla CCO para que no se vea que lo estás enviando a 375832 personas más. Todo se basa en pura rutina. Mensaje enviado, buena obra del día hecha y peso de encima quitado. Me quedo con el mail de la Belén Esteban en el portal de su casa (y mira que no la soporto).
Sinceramente yo no soy de los que envía mensajes en navidad. Por la economía porque no me gusta la navidad, porque es todo gasto de dinero innecesario y tradiciones religiosas que no comparto. Lo único que me gusta de la navidad son las reuniones en familia. Que se reciba un mensaje felicitando las fiestas ya no se trata de que se hayan acordado de ti, sencillamente es rutina, tradición, compromiso. No sale de corazón, sino de la cabeza. Yo prefiero un mensaje o una llamada en cualquier otra época del año para preguntar qué tal me van las cosas o tener una charla desinteresada y cariñosa con alguien que hace tiempo que no vemos y se acuerda de nosotros. Prefiero una llamada perdida en abril o un encuentro casual por la calle. Definitivamente no tengo espíritu navideño...soy el mismo Jack Skellington de siempre.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE