viernes, 9 de octubre de 2009

HISTORIAS PARA NO DORMIR

No es tarea fácil asumir que se tiene una enfermedad como el VIH, y mucho menos ya cuando se ha desarrollado convirtiéndose en SIDA. El primer paso es descubrirlo a tiempo, que tampoco es fácil, ya que tenemos la tendencia a pensar "eso no me pasa a mí". El segundo paso es prepararse psicológicamente para afrontar que se tiene la enfermedad. En la mayoría de los casos con ayuda médica, familiar, y de todo tipo.
He tenido la desgracia (o la suerte) de conocer a tres personas que tenían el virus y me gustaría contar sus historias. Quiero pensar que de esta manera puedo ayudar a alguien a evitar el contagio, el empeoramiento, o la exposición a la enfermedad.
Todo comenzó un día en el chat hace varios años. Muy de vez en cuando entraba porque era mi única vía de contacto con personas homosexuales (ya que yo no era persona de salir por el ambiente). Apareció un chico que estaba bastante triste, enfadado con el mundo y decepcionado consigo mismo. Con el paso del tiempo (siempre sin conocernos físicamente) me contó que había contraído el virus y lo habían descubierto en una analítica sin que él se lo imaginara. Siempre había usado protección, así que lo pilló totalmente por sorpresa. No sabe cómo lo contrajo, ni si alguna de sus parejas anteriores lo tenía. De hecho nadie más lo sabía, mucho menos sus familiares o amigos (a día de hoy siguen sin saberlo, exceptuando su pareja y algún que otro amigo cercano). Comenzó mi primer contacto con esta enfermedad y me di cuenta que era algo preocupante.
Me resultaba muy complicado dar ánimos ante esta situación y cualquier palabra que salía del teclado me parecía pobre y triste. Finalmente llegó el día en el que nos conocimos de verdad y llegamos a tener una muy buena relación. Él tuvo que ir a recibir ayuda psicológica que le fue muy útil y poco a poco se iba sintiendo mejor. Tenía momentos muy malos de baja moral y llantos que difícilmente eran consolables, pero finalmente encontró el equilibrio.
Casualmente su compañero de piso huyó de su país porque su expareja le había pegado el virus y lo había dejado con una carta que decía algo así como "Jódete, ahora también tienes VIH" (no recuerdo las palabras exactas, pero el mensaje es el mismo).
El segundo caso de VIH fue el peor y más trágico de todos. Un amigo mío de hacía años con el que tenía muchísima confianza y una amistad bastante importante era portador. Realmente él nunca me lo contó, y ni siquiera sé si llegó a contárselo a alguna otra persona, pero hasta donde he llegado a informarme nunca lo hizo. Yo lo veía cada vez más delgado y en peor estado. Yo lo relacionaba al tabaco, a su trabajo, horarios y poco descanso. Un mes como cualquier otro lo ingresaron porque se encontraba mal. Al poco tiempo se quedó inconsciente. Le diagnosticaron neumonía, y en cuestión de semanas falleció. Desde que me enteré de su estado me imaginé que seguramente tendría ya SIDA. Pregunté a algunos de mis contactos que me lo confirmaron finalmente, pero era algo que nadie comentaba. No sé dónde, ni cuándo, ni cómo cogió el virus, pero es algo que no puedo dejar de pensar.
Nunca tuve el valor de ir a visitarlo. Por miedo, por pánico, por cobarde. Cuando falleció fui consciente de lo devastador de su historia y de la impotencia que sentía al vivir en la ignorancia. Lo vi por última vez en el tanatorio y no puedo quitarme su imagen de mi cabeza. Fue una época realmente mala y aún está tan reciente que me parece imposible de asimilar del todo.
Entiendo su postura, pero estoy seguro de que podría haber cambiado la suerte con algún tipo de ayuda. Sea como fuera, él decidió mantenerlo en secreto y no pudo haberlo hecho mejor. 29 años son muy pocos para irse de esa manera...lo echo mucho de menos.
El último caso ha sido muy reciente y me ha impactado de manera muy profunda. Un amigo mío desde hace años. De estos con los que pierdes el contacto y la pista durante un tiempo, pero luego vuelven y es como si el tiempo nunca hubiera pasado. Me comentó que tenía VIH desde hacía poco más de un año y que supo el momento exacto en el que lo contrajo. Hablamos de un chico que acaba de pasar sus veinte. Quedó con un chico para tener sexo y días después recibió un mensaje a su móvil que decía que era positivo. Ciertamente habían utilizado precaución, pero a esta criatura del señor (por no descalificar a nadie) solamente se le ocurrió la idea de quitarse el preservativo cuando mi amigo no se percataba y el final ya es predecible.
Desde entonces no puedo dejar de sentir rabia y dolor por la situación. Le pregunté por qué no fue a por él, por qué no decidió denunciar algo así. Su respuesta fue que eso era último de sus problemas en ese momento y luego se terminó por resignar. Probablemente la decisión más sensata de todas.
No llego a comprender por qué los portadores no se comportan como seres humanos de corazón y advierten sobre cualquier riesgo. No entiendo por qué van de pelea con el mundo intentando sembrarlo con enfermedades y devastación gratuita. No entiendo por qué no aprenden de sus errores, de su mala suerte, de su mala espina, e intentan salvar a futuras víctimas.
El mundo gay está en peligro y parece que a nadie le importa. La desinformación conquista cada puerta y los ignorantes se dedican a practicar sexo a cualquier precio sin mirar las consecuencias.
Una vez leí en una revista que tres de cada diez hombres homosexuales tenían VIH, sin contar las personas que aún no lo sabían. Si eso es cierto, ¿dónde está ese porcentaje de infectados que se esconde por los antros y va de cama en cama jugando a la ruleta rusa? ¿Por qué no cogen el toro por los cuernos y deciden ser valientes de una jodida vez?
Mientras tanto, lo único que se puede hacer es utilizar protección, no dejar que el placer y el morbo ganen la batalla de la seguridad, y hacerse controles cada seis meses. Vigilar con quién nos vamos a casa y pensar que probablemente ya nos hayamos acostado con alguien que ha acostado con alguien que ya está infectado. No se trata de huir, sino de protegerse. Olvidemos la frase "eso no me va a pasar a mí".

No hay comentarios:

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE