miércoles, 14 de octubre de 2009

FOREVER IS OVER

Soy de los ingenuos, o esperanzadores que cree que todo en esta vida ocurre por alguna razón. No es que justifique que mueran niños pequeños o haya enfermedades devastadoras, pero ciertamente algunas personas aprenden sus lecciones de vida de estos golpes. Esa es una de las razones que me mantiene en pie hoy después de las cosas que me han pasado me están pasando.
He crecido de maneras que jamás creí que pudiera y he llegado a puntos que nunca creí que pudiese controlar. He roto barreras y tocado el equilibrio en situaciones límite. He llorado mucho también, muchísimo. Más de lo que nadie se podría imaginar jamás, pero justo hoy parece que mis ojos son dos hojas secas que ya no tienen líquido que malgastar. No porque no pueda, sino porque no necesitan de un río que las moje.
Vuelve la mala espina poniéndome más conos en medio de la vía para que me tropiece y a 160 por hora me resulta imposible esquivarlos, así que esta vez probaré a saltar por encima a ver que pasa, porque no tengo intención de parar y si reduzco probablemente no llegue a la meta antes de morir. Pero quiero creer que todo ocurre por una razón y eso es una de las cosas que me parece más fascinante de la vida.
Todo se viene encima si estamos bajos de moral, todas las paredes se cierran si somos negativos o pesimistas, pero no es mi caso. Yo soy de los que busca sonrisas en las muertes, de los que saca arco iris de las fotos en blanco y negro. No me gustan los clichés de antaño ni vestir de negro como solía años atrás.
Lo único que necesito es poco de lo que me gusta porque a mí me sabe a mucho, y eso me basta. No demasiado porque me agobio y suficiente es de conformista, así que prefiero no tener mucho para que no me lo roben. Un puñado de suerte está bien. Lo que sí me pregunto es cuánta mala suerte me puede encontrar sin tumbarme, sin atravesarme. Y da igual lo que haga. Ni un millón de tréboles parecen cambiar nada cuando la tengo encima. Yo no soy de los que rompe espejos o deja armarios abiertos, pero parece que las costumbres ya no son las mismas en la actualidad.
No me cambiaría por nadie, pero mentiría si digo que nunca he pensado en por qué los demás no tienen que pasar ninguna prueba en la vida. No tan difíciles, no tan seguidas, no una sobre otra. Cinco años de paz, cinco años de guerra. Pero no, no enseñaré mi bandera blanca jamás. Yo no soy de esos que se lamenta antes de empezar a correr. He aprendido que lo difícil se consigue y lo imposible se intenta. No se trata del tiempo que se tarde en llegar, ni lo que encuentre al otro lado...lo importante es no detenerse en la subida.
¿Qué más puedo pedir? Tengo cuerpo, alma, mente, corazón y voz, ¿para qué más? De momento me basta...

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE