
Y aunque se vaya y no vuelva jamás, todos seguiremos conservando su olor, su autenticidad, su singularidad. Por ser el rey, por ser amo, por ser el "único".
Yo me quedo con sus baladas, con su tacto, con su gusto exquisito. Me quedo con sus movimientos imposibles, con sus vídeos, los más impresionantes del mundo entero. Me quedo con sus donaciones y sus obras de caridad. Me quedo con su Earth's song y su Man in the mirror. Me quedo con su gran corazón y su humanidad. Me quedo con Neverland y los Jackson 5. Con Thriller y con Invincible. Me quedo con Michael Jackson el artista, el cantante, el bailarín, el ser humano. El único, el inigualable, el inolvidable.
Porque no habrá uno igual, porque superó toda barrera, porque se convirtió en mito ya en vida. Porque nunca murió, porque nunca se retiró, porque seguirá cantando desde aquel otro mundo que tiene que haber en algún lugar. Porque fue, es, y será el mejor.
1 comentario:
Quizás lo que necesitó desde hace muchísimos años, fueron palabras de aliento y apoyo como éstas.
Lástima que sobraran tantos jueces y faltaran defensores.
Muacks
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