
Dos semanas de antelación, un puñadito de ayuda y llegó el día. Una fiesta por todo lo alto. Especial, única, y mágica, sobre todo mágica. Poco a poco van apareciendo todas esas caras conocidas con las que has vivido, estás viviendo y vivirás por mucho tiempo. Vienen felices, radiantes. Vienen por ti. A verte, a estar contigo, a felicitarte, porque te quieren, porque te aprecian, porque te adoran. Unos van, otros vienen, pero todos aparecen a darte ese beso lleno de energía para elevarte un poco más. Familiares, amigos, compañeros de trabajo, de clase, de donde sea. Gente que ni conoces, pero que se unieron a tu fiesta porque imaginaban lo que se encontrarían: buen humor, buena compañia y carcajadas aseguradas. Un buen rato que pasó a la velocidad de la luz. Cielo despejado, aguas tranquilas y cientos de estrellas alumbrando todo a su paso. Todo ello por ti, porque sabían que te lo merecías, porque sabían que lo necesitaban. Igual el tres es el número de la suerte y esta próxima década solo trae perdices para llenarte la tripa. Igual ahora empieza tu verdadero momento y se acaban esos días grises, turbios y complicados. No importa si los bolsillos están vacíos, siempre se puede comer en casa del vecino, o alimentarse de palabras, de gestos, de sonrisas. Lo importante es quedarse aquí, cerquita y acurrucarse con los nuestros. Pasado, presente y futuro de una vida se juntaron en unas horas. Comiendo, bebiendo, saltando, riendo. Ni la pata más gorda podría haber estropeado nada. El destino tenía hecho un pacto. Fueron los que tenían que ir, y faltaron los que no pudieron asistir, pero todos querían estar ahí. Toda una noche especial para toda una chica especial. Muaks
1 comentario:
Jooooooooo que monoooooo!!
Gracias por tus palabras amore y por estar cerquita de mi. No olvides que te llevo en mi bolsillo.
Te quiero.
Besos de la Princesita
Publicar un comentario