
Matemos al tiempo. Engañémosle, dejemoslo pasar, ir, venir, volver. Que haga lo que quiera, pero sin nosotros. Huyamos del tiempo, o mejor aún, plantémosle cara, asesinémoslo, acuchillemoslo. Quememos sus segundos, ahorquemos sus minutos, cortemosle las venas a sus horas, no dejemos pasar los días, ni los meses, ni los años, ni los lustros. Acabemos cuanto antes, con una eternidad habrá bastante. A por el tiempo, a por él, a por ella, a por ello. Dejémos de envejecer, dejémos de crecer. Vámonos de huelga, para que no pase el tiempo, para que se difumine y desaparezca. A la mierda con el tiempo.
Nada de fechas límite, ni de citas a las cinco, ni horarios de apertura. Nada de toques de queda, de organización, ni de puntos de encuentro. Olvidemos los tic-tacs, los péndulos y los secunderos. Arranquemos los números del 1 al 12, o del 1 al 24, o mejor aún, quitemos las pilas a todos ellos, a todos esos objetos cadavéricos y perfectos. No queremos más tiempo, no necesitamos más tiempo, a la mierda con el tiempo.
Di no al tiempo, el tiempo no sirve para nada, démosle la espalda al tiempo. ¡¡¡A la mierda con el tiempo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario