viernes, 12 de diciembre de 2014

QUERIDA MAMÁ

Querida madre,

Ya hace tanto tiempo que esa palabra me resulta ajena que me extraño solamente al leerla. Justo en dos días hace ya 11 años que te marchaste. Permíteme que te diga que la despedida fue un poco amarga y que es de mala educación marcharse sin decir adiós. Yo tengo grabado a fuego aquel domingo 14 de diciembre 2003 (casualmente el 14 de diciembre de este año vuelve a ser domingo...y el lunes 15...) en el que fuiste de visita a casa de tía y no volviste a regresar. Recuerdo las horas que pasamos en urgencias en el hospital esperando que algún milagro llegase...rezando a todos los santos y dioses que conocemos para que no te marchases. Lamentablemente o fueron pocos o lo hicimos muy mal, pero ya de madrugada no aguantaste mal y dejaste este mundo. No solo dejaste a tu hijo menor con 19 años huérfano sin apenas saber nada de la vida, sino que también quedaban 3 hijos más y un marido que no sabían vivir sin ti.
Hoy, casi 11 años más tarde siento decirte que hay veces que olvido tu voz, y te pido perdón porque no quiero olvidar ni un solo segundo de los que vivimos juntos, pero la memoria me juega malas pasadas y me desobedece de forma selectiva. Lo que jamás he olvidado es tu cara...sigue presente en mí y aunque ya no pienso en ti cada día, sí que lo hago varias veces a la semana. Siento decirte que no te lloro tanto como los primeros 10 años, pero termino por creer que hay un número de lágrimas concreto que se llora por una persona y el tuyo seguramente hace tiempo que lo superé. 
Estoy un poco cansado de tener que repetir a cada persona que aparece en mi vida que no tengo madre, que se fue y que la echo de menos. Estoy cansado del día de la madre, de que las mejores comidas sean las de mamá, y de que las madres cuiden de los nietos. Estoy cansado de que todos tengan madre menos yo. Cansado de escuchar a mis amigos decir que sus abuelas de 80 años están enfermas cuando yo desde los 19 vivo a la deriva. Estoy cansado de escribirte entradas en este blog que ya igual se ha hartado de ti. 
A día de hoy no sé diferenciar en qué me parezco a ti y apenas hablo con los amigos que tú llegaste a conocer. Todo lo que estoy viviendo desde hace años es lejano y ajeno. Nadie te conoció ni sabía lo maravillosa que llegaste a ser, todo lo que brillabas con esa personalidad arrolladora y lo bien que hacías el papel de madre. Yo, sin embargo he crecido bastante. Maduré a la fuerza y me he caído tantas veces que he perdido tanto el rumbo que yo creo que esa es la razón de mi mala orientación. La espalda me duele muchas veces y empiezo a creer que de las piedras que cargué desde tu ausencia, de las responsabilidades que quedaron a mi cargo y de las noches sin dormir a destajo. 
Imagino que si has podido verme allá donde estás sabrás que me licencié, que soy gay, que estoy trabajando en algo que me gusta y que me llena, que me he mudado a vivir a Madrid y que ya he recorrido varios continentes. Si escuchas las veces que le hablo al silencio sabrás que el camino no ha sido fácil y que me topado con tantos muros que ya hace mucho tiempo que no creo en nada. La vida aquí se ha vuelto un poco complicada y salir adelante está solo al alcance de muy pocos. El desequilibrio social está latente y no se puede salir a la calle sin ver miseria en cada esquina. Sí que puedo contarte que tu marido sigue en pie, fuerte como un roble y luchando por ser feliz. Tienes dos nietos que te hubiera encantado conocer y tus hijos tienen media vida conseguida y son felices. Las vueltas del destino han hecho que hayamos acabado donde estamos ahora mismo, pero no dejo de preguntarme en qué persona me habría convertido de haberte quedado en casa con nosotros. 
Yo ya dejé de hablar de arrepentimiento y de mirar tanto al pasado. Me hubiera gustado que conocieras al hombre que soy hoy y que me dijeras si he hecho bien, si he tomado decisiones acertadas o si tenía que haber tomado alguna otra nueva dirección. Supongo que no te gustará saber que ya dejé de soñarte y de buscarte en mis madrugadas. Ya no pierdo esperanzas esperando a que llegues a decirme adiós o a pedir explicaciones. Esperanza me costó más de 5 años en destruirla y ahora hablo de metas y objetivos. Aunque sigo recordando que la esperanza es verde, como tu color favorito. Casualidades de la vida me han llevado a toparme con el verde constantemente y es justo ahora que lo relaciono contigo y es que hasta mi coche y mi aspiradora son verdes, aquel color que durante tanto tiempo odié.
Sigo creyendo en las casualidades, en el destino y confío en que todo ocurre por algún motivo aunque yo ya me cansé de buscarlos debajo de cada mato. Hoy, con mis 30 años a punto de marcharse, mi barba de 4 días, y mis ojeras por dormir poco puedo decir que tu muerte no se supera, pero se sobrelleva. Me ha costado muchas vueltas a la cabeza, muchas noches sin dormir y muchas tardes encerrado en la habitación. Ya no me cuesta tanto disimular cuando me duele aquí dentro si alguien nombra la palabra clave de mamá, madre, ma.... He interiorizado mi papel y mi guión de hombre fuerte que supera todo y ya no necesito coraza que me proteja de palabras hirientes.
Esta carta simplemente me encantaría que fuera un hasta siempre en el que no tuviera que volver a escribirte o a nombrarte, pero como me conozco mejor que nadie sé perfectamente que no podré cumplirlo. Da igual en qué momento, pero desde que mi día se torne gris, azul o verde...aparecerás en mi memoria de una nueva forma y no podré quitarte de mi cabeza. Así funciona mi alma que se niega a olvidar la base de mi educación, de mi niñez y de mi vida completa. Justo esta, que ha dado tantas vueltas hoy me ha pedido una tregua para pasar unas navidades felices (para mí las mejores desde que te fuiste) y aunque ya no creo en nada...al menos dejarme llevar por las luces y la música y creer que los mañanas son posibles aunque no estés tú en ellos. La música, que me proporciona oxígeno para respirar y me mantiene vivo, a ella y a ti...les debo lo que soy, o al menos, en lo que me he convertido. Te quiero mamá, hasta pronto. 

2 comentarios:

Carmen Nieves dijo...

Hola Raúl, de nuevo.Me encantó tu carta a tu madre.Tu corazón se ha endurecido por las lagrimas que ya no salen.Te digo que las lágrimas se acaban de tanto que las usas.Que yo como madre estaría orgullosa de tener un hijo tan sensible y a la vez fuerte.En la vida debemos ponernos una coraza,y guardar en ella lo que no queramos que los demás vean,es tu interior es tuyo.Yo estoy orgullosa de haberte conocido y otra cosa,todo ocurre por algo....nada es al azar.A las madres no nos importa las inclinaciones sexuales de sus hijos, nos interesa y deseamos que sean felices y se respeten.....Yo me crié con una madre bastante rara....he ayudado a mi familia desde los 14 años....y ahora con 54 estoy agotada sicologicamente, no por ser cuidadora, sino por los malos sinsabores que he tenido que soportar.Pero bueno no me arrepiento de nada, cada cosa estará en su sitio cuando corresponda.
Un fuerte abrazo y un beso....P.D. tenía que haberte puesto mas nota..

Unknown dijo...

Muchas gracias Carmen! Ciertamente la vida siempre guarda sorpresas para todos y posiblemente nos vayamos sin saber su significado. Si no hubieras pasado por lo que has pasado no serías la persona que eres hoy, así que ya te digo yo que sales ganando.
En cuanto a la nota...no es más que un número. El camino se demuestra andando. Igualmente aprendí mucho en todos mis procesos de aprendizaje y también de tus clases, así que gracias por partida doble. Un besote.

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE