viernes, 5 de diciembre de 2014

# KARMA

Hubo un momento en el que rumbo era una palabra desconocida para mí. Tiempo, justo lo que le faltaba a un alma trepidante y aventurera. Espacio, el que llenaba con buena compañia, un amor pasajero y un gato atigrado. La vida, parecía sacada de cualquier ensayo de autor barato. Los sueños no aparecían ni de cameo por las noches y yo, una figura que se quería poco, amaba mucho, y odiaba aun más. La memoria, lo que taladra cada uno de mis sentidos con regresiones de lo que no pudo ser; con flashbacks que pretenden herir destripando la más profunda de las entrañas. Mis ojos, carentes de humedad para soltar una sola lágrima se limitaban a mirar perplejos cómo la multitud gritaba una y otra vez: "¡insensible!". La verdad, nada más lejos de la realidad de aquella ciudad que estaba llena de gente, pero habitada por muy pocas personas. 
Los hechos, como en toda narración, siempre tienen tres versiones: la tuya, la mía y la que verdaderamente ocurrió. En mi reflejo gano yo, victorioso hundiendo a todos mis enemigos con el poder de la retórica. En tu versión eres el que me bate en duelo de la forma más letal dejándome como el peor de los enemigos de todos los tiempos. Gárgamel, a mi lado, una princesa en apuros. La realidad de la historia....lamentablemente se perdió en aquel momento. El ser humano, nos guste o no, es una máquina que repite constantemente momentos con diferentes protagonistas. Deja vùs eternos e infinitos con otros nombres y otras caras diferentes rodeados de buen sexo con el que descargar en cualquier momento de soledad.
Así, la manta era mi amiga de los domingos, una taza con grietas me guardaba los secretos más profundos y un felino curioso decoraba el paisaje cabizbajo. Los días pasaban como en una serie de audiencia mínima que apenas se mantiene con el capital de un terco director. Los productores, despedidos por falta de fe miraban desde la retaguardia en la casa del vecino esperando el fracaso de la telenovela más rocambolesca e impredecible que se haya visto nunca. Los espectadores, absortos en la trama de la historia nunca se dieron cuenta que eran los personajes secundarios del evento que más que una tragicomedia se convertía en una masacre de palabrería barata e inconsolable.
Hubo un momento en el que los nortes se perdieron, las direcciones eran confusas y las flechas apuntaban hacia muchas direcciones. El amor, solamente visto en películas o leídos en novelas de segunda mano. La amistad, se mantenía en línea al otros lado del teléfono para que no decayera ni un sólo segundo de mantenimiento semanal. Las formas se perdieron en los cuerpos, en las habitaciones, en dos ciudades unidas por aviones. Las bacterias infectaban cada una de las frases de formas inimaginables y las mentes débiles tragaban palomitas a la hora del té, porque ya las cotufas habían pasado de moda. Yo, como mero superviviente del naufragio me declaro en tregua, con bandera blanca y paz mental. El resto...si se atreve...que siga tirando piedras a un tejado que seguramente...en un futuro...sea suyo propio. 

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE