domingo, 27 de noviembre de 2011

RELOJES DE MI TIEMPO

Me avergüenzo por no haber sido capaz de saltar desde aquel tren que pasó…

Giré dando la espalda a lo que pensé que era mentira, ahora recubierto de oro.
Vida que continúa en tonos grises llorando tanto como lluvia de aquella ciudad sin nombre.
Todo para descubrir lo único certero en esta vida: el invierno no está hecho para mí.
Tiendo a hacer todo a disturbios y acabo lamiendo asfalto que me sabe a gloria.
No venzo ni al viento en su intento de elevarme y cuando salto toco pronto el suelo.
Los hijos que no tendré me pesan muy pronto; acabaré más hundido que solo.
Sonrío al cielo por oportunidades que decidí no escoger, aún a pesar de mis no creencias.
Respiro sin aire con pulmones casi negros de pensamientos que no salieron al viento.
Oraciones de rodillas que veo sin entender, funcionando en dioses que no veo reales.
Fantasmas escondidos tras mis puertas cerradas con llave que guardo en el alma.
Sentimientos que fluyen como lágrimas saliendo de mis manos bajo un viejo piano de cola.
Dos de las mañana sin dormir en otra noche oscura de recuerdos empapando almohadas.
Dejo de mirarme al espejo para que estas arrugas no pronuncien lo que me ha hecho el tiempo.
No me quiero y torturo mi cara con nuevas cicatrices que reemplacen las que ya tengo.
Sobrio de por vida bebiendo agua mineral que sabe amarga como las penas que he tragado.
Todos miran en mi bolsillo sin saber que no tengo nada nuevo que volver a aportar.
Si mis palabras tuvieran sonido sería una balada triste de violín fuera de estribillos.
Los cables que miro constantemente imaginándolos rodeando mi cuello existen de verdad.
Sin coherencia no me quiero valorando lo que dejé atrás sin ánimo de lucro…
Relojes de mi tiempo que me mantienen despierto corrigiendo mis errores.
Nuevos suspensos que sumar a mi currículo de muerte que no pienso imprimir.
Madera húmeda que no me permitirá mantenerme seco…no con 27...

SHAMELESS

La vida en sí no es otra cosa que fragilidad disfrazada de oportunidades y momentos. Una parte importante de la vida que me ha tocado vivir ha sido siempre el dolor. Dicho dolor viene provocado en extensión por heridas: grandes, profundas, pequeñas, sangrantes, infectadas…todas en su justa medida. Lo suficiente como para familiarizarme del todo en la materia y convertirme en un experto sin certificación. El tiempo juega un papel importante, ya que es el encargado de convertirlas en cicatriz. Tengo tantas cicatrices como heridas he sufrido. A veces se pueden ver a simple vista, otras se encuentran bajo mi ropa, y las peores de todas las llevo aquí dentro…en mis órganos, que cada día se hacen más viejos.



Pienso en las heridas que se van cerrando y se superponen unas a las otras impidiendo que algunas se cierren completamente. Cuando parece que están selladas del todo tiendo a huir. Evitar pensar en el objeto de mi sufrimiento…siempre creí que era “the right thing to do” o al menos lo que mejor me venía a mí. Me marchaba a otros países, a otras ciudades, donde se hablase un idioma diferente. Allí donde nadie conociera mis heridas, mis debilidades, mi gran talón de Aquiles: los lazos. Creí que en lugares ajenos y extraños podría salvarme, sentir menos dolor. Ahora despierto y descubro que todo es mentira. Aquellos lugares no son dolorosos, soy yo el carga el dolor y las cicatrices. He aprendido que las heridas siempre vendrán conmigo allá donde vaya y el único que puede hacer que desaparezcan de mi presente soy yo.


Ahora bien, creo que tengo conectado el lagrimal con el corazón y con mi cerebro de una manera tan sólida que no soy capaz de discernir cuál es cuál. No puedo olvidar, y de eso se han tratado estos últimos ocho años de mi vida, que pasaron de sentirme completo, a sentirme vacío. He intentado llenar ese vacío con amigos, con parejas, con títulos, certificaciones, con clases, con empleos, con infinidad de viajes, con todo lo que mi imaginación fue capaz de inventar. Pesa mucho decir que sigo sin poder olvidar. Sigo sin poder separar ese dolor que me persigue, esas cicatrices que mis ojos buscan constantemente. No importa el idioma que hable, si es con mi voz, con mis manos o con mi alma… no puedo.


Se me hace eternamente imposible olvidar todas esas cosas que me han azotado en el pasado, y que inevitablemente aún perviven en mi presente. Ni siquiera llenar mi cabeza de ocupaciones ha servido de nada. Me he pasado ocho años en prácticas de actor diciendo que sí y pensando que no. Sonriendo con ganas de llorar, susurrando cuando solamente quería gritar. Ocho años rechazando ayuda para no dar más lástima de la que ahora mismo me doy yo solo. Han pasado personas increíbles por mi vida que he dejado pasar sin saber por qué. Lazos que se han creado y destruido sin mi consentimiento. Vidas que he cambiado, hogares que he destruido, remordimientos que guardo dentro y por fuera se me reflejan como maldad. La sociedad me ve como un archivillano que no tiene empatía hacia nada que no sea sí mismo.


El destino, es la última oportunidad que me queda, para ser yo. No se trata de curar heridas, de esconder marcas. Ahora llevo mis cicatrices por fuera porque si no fuera por ellas no sería quien soy ahora mismo. Mi dominio del lenguaje no ha sido natural, no fluye como la magia. Mi conocimiento en materia de sentimientos viene forzado por dolor, tristeza, nostalgia. Escribo así porque mi corazón late, mis ojos parpadean y mis sentimientos resurgen y nunca mueren. No disfrazo oraciones y palabras para complacer oídos de extraños, las escribo por necesidad humana de expresarme. Es mi forma de ejercer mi derecho al voto, mi opinión democrática sobre cualquier temática que exista. Hablo de la vida, de la muerte, de mí…porque tengo experiencia. Hablo muchas veces sin saber, pero siempre sabiendo. Hablo, porque aunque nadie me escuche…en mi cabeza dejan de retumbar los martilleos del pasado…ese que muchas veces he intentado borrar.

lunes, 21 de noviembre de 2011

VEINTE Y CUATRO

"EL DIA EN QUE LA MIERDA TENGA ALGÚN VALOR...LOS POBRES NACERÁN SIN CULO".

AMÉN...



Son muchos los que confunden ser católico o creyente con la iglesia, o ser ateo con renegado, o ser agnóstico con un dios nuevo que hemos inventado. Yo aún recuerdo esa conversación que tuve con mi madre cuando yo era un niño en el que yo le preguntaba que por qué dábamos religión en clase si no era religión, sino cristianismo o catolicismo. En España no hay libertad de elección en ese sentido. A no ser que nuestra familia sea Testigo de Jeová, Budista, Musulmana, Judía o derivados…nos toca ser católicos, casi por obligación. En aquella conversación recuerdo decirle a mi madre que yo no quería ser católico como los demás, que yo quería elegir lo que quería ser. Fue entonces cuando pacté con mi madre que desde que hiciese la comunión (su gran deseo) me quitaría de religión del colegio. Y así de “sencillo” fue. No he contextualizado que mi madre era practicante hasta el punto de pasarse todos los domingos en misa. No creía en los curas para nada, pero sí que era muy buena cristiana y cumplía.



Con el paso de los años me he dado cuenta de la razón que tenía al no querer ser cristiano y ciertamente se ve reflejado en lo que detesto la iglesia católica cada día más. Tanta pretensión y creencia en balde, tanta cesta pasando todos los días a varias horas para ver al cura montado en un mercedes cuando se supone que está ahí de forma “desinteresada”. Siempre he dicho que soy ateo o me he identificado con la no creencia en nada. Igual ha sido por ello que la vida me ha brindado tantos palos en tantas direcciones. Actualmente me veo más agnóstico que otra cosa. Sé que nacimos de algo, que algo nos creó, confío en que existe o existió “algo” más allá de los dioses inventados de todas las demás religiones y de las historias que las avalan, pero no sé de qué se trata. También creo que como mi estancia en la Tierra será bastante limitada, no voy a pasarme los años esperando desmantelar ningún enigma, o encontrando algún todopoderoso que nadie ha visto antes. Prefiero caminar por la vida libre y con mi conciencia tranquila por creer en mí mismo y en lo que veo que me rodea.


Respeto muchísimo las creencias y religiones de cada persona, aunque no comparta ciertos aspectos de algunas que nos tachan como personas ante su creencia y prefieren que muera un ser humano a “traicionar” a su dios o mesías. He vivido con católicos, con budistas y he conocido a Testigos de Jeová y adventistas y todo muy respetable. Lo que no puedo respetar es a la iglesia católica, a ese circo que cada vez se cree más poderoso y cada día se hace más invencible. Solamente hay que mirar atrás en la historia y ver qué ha sucedido con tanta masacre, tanta maldad disfrazada con toga, tanta burla y parodia si se supone que se parte de la base de que todos los hijos de Jesús somos iguales. Entonces que la iglesia lo demuestre en primer lugar. Cuántos curas homosexuales hay en España y cuántos han abusado de menores. Cuántos sacerdotes u obispos han practicado sexo, el mayor de los pecados y cuántos han tenido hijos. Cuántas veces se puede perder la virginidad para la iglesia… Una iglesia y una religión que prohíbe tantas cosas y que bajo mi punto de vista no tiene derecho a nada en absoluto.


Me hace gracia también lo que se denomina “creyentes” o “practicantes”. Me encantaría hacerme reportero y periodista por el simple hecho de poder ir por las calles entrevistando a todos aquellos que son católicos y preguntarles por qué lo son, qué les ha llevado a ello y cuánto hace que no pisan una iglesia. Hay católicos que solamente pisan tierra sagrada en bodas, bautizos o funerales. Hay católicos que no han sido ni bautizados siquiera. Hay católicos que en su vida han leído una mísera página de la Biblia. Hay católicos que utilizan preservativos y por lo que tengo entendido eso va en contra de la religión, ya que mata la procreación natural del ser humano (independientemente de las enfermedades que podrían cogerse de no utilizarlos, pero claro, la religión está primero). Yo me río de esas personas que siguen una religión sin haber leído siquiera su libro sagrado, sin saber de qué se trata, qué se trama, qué ocurre en esas cuatro paredes llamadas “la casa del señor”. Me río de cómo siguen procesiones que no entienden, cómo lloran por santos que no saben si existieron, por vírgenes que probablemente jamás hayan pisado la tierra, por cruces que mataron a su modelo a seguir. ¿Qué es el agua bendita? ¿Acaso no sabe igual que Bezoya, que Fonteide, que Fuentealta? ¿Qué es el cuerpo de Cristo? ¿Acaso no es la cobertura de una almendra rellena de navidad? ¿Y el vino? ¿Acaso no es vino de cartón con el que algunos cocinamos? Ah, no, que ese vino que ellos usan es tinto…perdón.


No entiendo tanta hipocresía, tanta farsa, tanta mentira. ¿Acaso los seres humanos por ser malos no tenemos derecho a estar en el mundo? Ellos dicen que Jesús nos ama a todos por igual, pero a ellos los castiga. ¿Qué hemos hecho los homosexuales para merecer el rechazo de la iglesia? ¿Acaso los curas no practican sexo oral con hombres como nosotros? Que tiren la primera piedra e igual se les cae el tejado encima. Si los cristianos no utilizasen métodos anticonceptivos habría una media de 20 hijos por familia, ¿es eso lo que quiere la iglesia y su religión? Poblar el planeta de niños que no podrán ser mantenidos… Ah, no, su solución es no practicar sexo sino 4 veces en la vida. Me faltan dedos para contar tanta contradicción. Lo gracioso es que probablemente yo esté mejor informado y tenga más recursos acerca de la religión cristiana o católica que la mitad de los creyentes que la siguen, pero eso tampoco cuenta. Que me impongan crecer en España por haber nacido aquí, o emigrar hacia otro lugar porque mis padres lo hayan decidido, que me obliguen a estudiar hasta los 14 o 18 años porque así lo dice la ley o algún estatuto, pero que no traten de forzarnos a ser partícipes de algo en lo que verdaderamente no creemos. ¿Acaso el cura nos salvará de un cáncer por mucho que recemos? ¿Acaso desaparecerá el VIH si vamos los domingos a misa? ¿Acaso se acabará el hambre y la pobreza por comernos el cuerpo del señor todas las semanas? Considero inauguradas las jornadas de reflexión religiosa…

REFLEXIONES...

-TODOS TENEMOS CAPACIDADES, ESO ES UNIVERSALMENTE CONOCIDO, PERO ES CIERTO QUE TAMBIÉN TODOS TENEMOS DISCAPACIDADES, Y ESTO NO ES ALGO QUE CONOZCA CADA INDIVIDUO.


-LAS PERSONAS SORDAS CLARO QUE SIENTEN LA MÚSICA, PERO DESDE OTRA DIMENSIÓN, CON OTRO SENTIDO, CON OTRO PUNTO DE VISTA, ¿ACASO ES EL NUESTRO MEJOR?

-LO MEJOR QUE CADA UNO PUEDE APORTAR AL MUNDO ES UNO MISMO; CON SUS ESPECIFIDADES Y CUALIDADES.

-LAS PERSONAS SORDAS SON DISCAPACITADAS MÁS A CAUSA DE SUS TRANSACCIONES CON EL MUNDO OYENTE QUE POR LA PATOLOGÍA DE SU SORDERA.

-EL MUNDO, EL ENTORNO Y LA FELICIDAD NO SE CONOCE POR LO QUE ESCUCHAS, SINO POR LO QUE EXPERIENCIAS AL VIVIRLO.

-EL LENGUAJE NO SE ENSEÑA…SE APRENDE.

I JORNADAS DE ACTUALIZACIÓN EN DISCAPACIDAD AUDITIVA



El fin de semana pasado tuve maratón de nuevo al asistir a las I Jornadas sobre Discapacidad Auditiva que la Universidad de La Laguna organizó con la colaboración de otras tantas entidades. Considero extremadamente positivo que se organicen este tipo de eventos para dar a conocer los problemas que implican ciertas enfermedades auditivas, las barreras con las que se encuentran actualmente las personas que la padecen y las soluciones parciales que existen en el mercado. Resalto sobre todo el tema de la sensibilización y la difusión del colectivo sordo que tan desconocido se muestra en la actualidad.



Cuando escuchamos la palabra sordo la asociamos a una persona que no puede escuchar y tampoco hablar y lo denominamos “sordomudo”. De forma sencilla me gustaría aclarar que una persona sorda no tiene por qué ser muda. Simplemente se tiene la capacidad de desarrollar el habla, el inconveniente es que no es tan sencillo como parece. No alejándome mucho del tema quiero comentar que las personas sordas no están todas “sordas como una tapia” como vulgarmente se comenta en la mayoría de los círculos. Existen diferentes grados y tipos de sordera: algunas hereditarias, otras adquiridas… Cada persona sorda es un mundo.


Centrándome de lleno en las jornadas debo confesar que sentí una pena enorme al ver aquella aula magna sumamente vacía con unos pocos cientos de personas, y poco a poco más y más vacías a medida que continuaban las charlas. Los grandes interesados fuimos los que conocemos la temática de cerca, los que convivimos con ella, nos preocupamos por ella y trabajamos o estudiamos para mejorarla, aliviarla o al menos interesarnos en conocerla. Otro gran porcentaje lo formaban alumnos que necesitaban fervientemente esos dos ansiosos créditos de libre elección. Entiendo que eran suculentos, pero al encontrarnos ante unas jornadas y pagar 50€ como mínimo, qué menos que mostrar un poco de curiosidad, tomar algunas notas e intentar ser un poco más culto y consciente del mundo que nos rodea.


Me quedo con los familiares de personas con discapacidad auditiva, con los médicos que trabajan contra todas sus patologías, con los intérpretes que al menos procuramos que las personas sordas tengan acceso pleno a la información del mundo y esos pocos seres humanos interesados en la discapacidad invisible que tan abandonada ha estado a lo largo de los años. Confieso que mi cansancio era aparenta, ya que venía de una dura semana de clases combinadas con trabajo y llevaba bastante sin descansar. Sin embargo, salí bastante satisfecho de ciertas charlas y no siempre se amortiza el dinero que uno paga, pero en mi caso no podría estar más contento.


Resalto una ponencia que me conmovió de manera suprema. Después de las barreras que la vida me ha brindado a superar y los problemas por los que he tenido que pasar, no soy persona que se sorprenda por experiencias o traumas que haya padecido algún individuo. No hablo de no ser empático, sino de no emocionarme con vidas duras, complicadas y desgraciadas. No obstante, aquella mujer hizo que mis ojos tuvieran ganas de llorar. No por la pena que sentía por su situación, sino por cómo afrontó la vida, por cómo decidió agarrarse fuertemente a ella y por cómo era capaz de reírse de su pasado, de burlarse de sus miserias y de exponerlas públicamente ante cientos de desconocidos. Lamento que fuese casi al final de las jornadas y decenas de personas ya hubiesen abandonado la sala tras firmar la asistencia. Ellos sí que me dan pena por haberse perdido una lección de vida como aquella.


Se trataba de una mujer que se había quedado sorda siendo una niña. Ocurrió por unos problemas con antibióticos o vacunas (no recuerdo bien). Hablaba perfectamente, pero no podía escuchar. Una de sus grandes barreras era que no había querido aprender lengua de signos, lo que limitaba aún más su situación. Añadiendo que era bastante mala leyendo los labios, como ella misma confesó. Sus padres le proporcionaron la mejor de las educaciones y por ello crecían sus inquietudes hacia la vida. Su hermana oyente hacía de tripas corazón y se convirtió en un apoyo coraje para ella, ayudándola en cualquier trámite o información que necesitase. Ya de adolescente decidió que quería ser veterinaria. ¿Por qué? Porque los animales eran los únicos seres vivos que la comprendían y con los que se podía comunicar sin necesidad de escucharlos. Se fue sola a vivir a Gran Canaria hasta que terminó su carrera, realizó sus prácticas y entonces se dio cuenta que nunca podría ser veterinaria. La sociedad, las barreras que ésta imponía, la falta de información del entorno y la poca sensibilización a la discapacidad auditiva lo impedían (hay que recordar que esta señora habla perfectamente, así que traten de imaginar qué ocurriría con una persona sorda que no haya adquirido el habla o que apenas haya desarrollado este sentido… que son un gran porcentaje). Con gran esfuerzo se convirtió en inspectora de sanidad, su trabajo actual. Ella contaba cómo fue su experiencia en las oposiciones; cómo le contaban que por su discapacidad sería evaluada de forma diferente y cómo finalmente la evaluaron igual que a una persona oyente. Le prometieron que no tenía que realizar examen de idiomas por ser sorda y finalmente le hallaron la media con un cero en esa destreza. Otro de los exámenes era oral y pudo salvarlo en parte, aunque sin responder a la ronda de preguntas, puesto que no entendía qué se le preguntaba de forma oral. Finalmente y con sudor de sangre aprobó las oposiciones y quedó en un puesto penoso que no se correspondía con sus capacidades ni con su situación. Consiguió plaza en la isla de la Gomera, en la que la discapacidad auditiva brilla por su ausencia. Si en Tenerife existen cientos de barreras de comunicación para una persona sorda…cuesta imaginar cómo será en una isla menor. Su vivienda no estaba adaptada en absoluto (carecía de señales luminosas o vibratorias que hicieran su estancia más placentera) y el gobierno se negaba a proporcionarle medios o ayudas para conseguirlo.


Sin extenderme mucho más me gustaría invitar a la reflexión a todas esas personas que piensan que la vida se acaba cuando los abandona su pareja, que todo termina cuando muere un familiar cercano, que no hay continuación después de enfermedades crónicas. Esas personas que se quejan por no tener dinero para comprarse un ipod o un ordenador, que sufren cuando no tienen saldo en el móvil o que lo pasan mal cuando físicamente no son lo guapos que les gustaría. Los invito a que se metan en la piel de una persona con discapacidad auditiva, que los traten de comprender, que entiendan el aislamiento que sufren en la sociedad. No hay que dar la espalda a las minorías, y sobre todo comentar que todos somos personas y poseemos sentimientos, inteligencia, emociones. Somos diferentes, pero tampoco lo somos tanto al mismo tiempo. Es triste no recibir información de lo que nos rodea, no poder interactuar con cualquier persona, estar condicionados de por vida. Yo soy de los que piensa que no son las personas sordas las que no escuchan, es la sociedad que hace oídos sordos a lo que ocurre. Invito a todos a ser sordos, a ser mudos, a ser ciegos, a ser todo lo que se puede y no se puede ser. A ser conscientes, consecuentes, buenas personas….a ser solidarios, desinteresados, humanos, sobre todo a ser humanos. Si verdaderamente saben escuchar y oír…háganlo hoy más que nunca.

viernes, 18 de noviembre de 2011

VUVURVIA



Nadie se acordará de nosotros cuando nos hayamos ido, o al menos eso dicen. Yo no lo creo. Yo recuerdo a muchas personas que no están, que se han marchado. Recuerdo sus rostros, sus palabras, su voz... Intento transmitirlo a los que me rodean para que esa esencia nunca muera, para que perdure en el tiempo y sea infinita. Finalmente acaba convirtiéndose en un aura que flota en el aire y nunca desaparece. Me empeño en no dejar abandonado a todos los que significaron algo para mí, pero por alguna razón sobrenatural que supera mi entendimiento han tenido que abandonar forzosamente este lugar. Ya sea en el cielo, como alguien hermosamente inventó, o en algún otro plano paralelo han de seguir existiendo. Aquí, por lo pronto yo sigo hablando de ellos, con ellos, como si estuvieran aquí, como si el tiempo se hubiera estancado y nosotros con él. Yo no me rindo... Mientras tenga voz, voluntad y alma...haré que perduren en todo mi espacio. Y aunque el pasado no recuerde...el futuro jamás va a olvidar...

lunes, 14 de noviembre de 2011

VEINTITRÉS

"SÓLO EN LA AGONÍA DE DESPEDIRNOS SOMOS CAPACES DE COMPRENDER LA PROFUNDIDAD DE NUESTRO AMOR" .

George Eliot

THE WIND

Perdido enredado en el viento lo veo flotar. No puedo discernir si sonríe, si está triste o si llora. Veo su pelo moviéndose al viento…moreno y rubio a la vez. Su mirada perdida como tantas otras veces. Ya no sabe si tiene tantas batallas ganadas como perdidas, pero siento las cicatrices desde lo lejos. ¿Qué le ha llevado a llegar tan lejos? Posiblemente haya hecho una apuesta a la muerte, y haya decidido luchar con uñas y dientes para quedarse. Le han robado raíces de su tronco, hojas que se llevó un otoño…le quitaron todo y decidió caminar desnudo mientras mantenía su mente en blanco. Tantas lágrimas cayeron que las presas acabaron por rebozar, sus ojos secos del todo. Es el brillo en sus ojos, aquel que se esconde tras su tristeza el que lo hace seguir. Lo acompañan ilusiones, sueños por cumplir y una maleta repleta de esperanza. Su esperanza no es la verde de los tréboles, es color arco-iris, como su alma. Lo veo caminar despacio, sereno, tranquilo…metido en su mundo…pronunciando palabras que apenas podría descifrar aunque hablemos el mismo idioma. Hombros caídos, brazos cansados del peso de la pena, de la dureza de la nostalgia.



Ahora veo un camino amplio y brillante, una aureola que lo acompaña allá donde va. Salió de la nada, parece creada de su propia fuerza…hasta ahora infinita. Nunca lo he visto flaquear ni arrodillarse. No tiene fin…es como el firmamento, largo y lleno de estrellas. ¿Qué está pasando? Lo veo ascender y levita como no había visto jamás. ¿De dónde sale tanta fuerza de voluntad? Se crece con la envidia, se alimenta de mentiras, vive por el odio, sonríe por la maldad…la humanidad lo ataca y él lo utiliza a su favor, para no caer de nuevo en aquella red rota que lo lleva a un abismo sin final. ¿Será acaso indestructible? Ahora observo sus gestos, veo el cansancio en su rostro, la nitidez de sus ojos marrones, tan normales como peculiares. Esa tristeza impregnada de desgracia, manchada con maldiciones destruidas con fe. Confianza que no muestra, pero posee, ganas de seguir que no se ven, pero se sienten. Un niño con cuerpo de hombre que ya se niega a ser vulnerable. Un hombre con espíritu de niño que trota sin freno, cree sin límites, navega sin límites, sobrevive sin límites.


Las barreras que no ha podido superar yacen a lo largo del camino, caídas a los lados. Recuerdo cómo las quitaba con perseverancia de su camino, aunque tardase días en conseguirlo. Las que no puede destruir las aparta, las aleja de su vida, pasa por encima con sus pies descalzo y las supera. Ha superado tantas situaciones que los latigazos del destino apenas han podido destruir su voluntad de acero. No se muere, no se oxida, no termina. Va en silencio allá por donde pisa, y lo más que se atreve es a esbozar una sonrisa de esas que enamoran al prójimo. Las sonrisas que nadie se espera y pueden igualar a la salida del sol. El maestro de la vida ha pasado tanto en tan poco tiempo que ya olvidó cuántos años lleva con su armadura puesta. El escudo que le ha salvado de caer en la tentación, la lanza con la que ha destruido todo en lo que no confiaba, la forma en la que ha separado lo efímero de lo infinito. Ya no cree en la suerte, y el paraíso le espera con los brazos abiertos cuando decida dejar de caminar. Allí va, aquel hombre enredado en el viento. Ahora se ha vuelto de color azul…apenas veo su rostro en el cielo…

jueves, 10 de noviembre de 2011

SONGBIRD....

Me doy golpes en la cabeza contra la pared…una y otra vez. Todavía no entiendo qué diablos fue tan mal. Sigo con los golpes hasta que van cayendo lágrimas. No por el dolor de los golpes, sino por la impotencia del ser humano. Las lágrimas abren la boca y pronuncian tu nombre. Me martillean constantemente como nunca lo habían hecho antes y sin siquiera imaginarlo me escucho diciendo cosas que jamás creí que pudiera decir. El eterno orgulloso mordiendo el polvo…menudo espectáculo.


Lo deseo, y lo deseo, y lo vuelvo a desear. Pienso mucho para que se haga realidad. Duele más si sabemos que estuvo cerca, que lo tuvimos entre los brazos y se esfumó. Los sueños o potenciales a sueño a veces se escapan mientras los vemos volar y es tan triste. No soy de los soñadores que se imaginan en el escenario actuando o ganando un Roland Garros en París. Soy de los que prefiere encontrar un buen compañero de viaje y empezar a caminar. Soy de los tontos que todavía creen en la sinceridad, en la honestidad, aun cuando me juegue muy malas pasadas. Soy estúpido, eso también lo soy.

Envidio muchas cosas: a las personas que no tienen la obligación de trabajar, a los valientes que no le temen a nada, a los ricos que tienen lo que desean, a los enamorados que creen en el amor sin límite. Los envidio a todos por tener lo que yo no tengo, y a pesar de eso…de poder desear…tan solo te deseo a ti. Me paso el día entre “pretending”, “get it right” y “songbird” descifrando por si se me escapa algún significado oculto que me ayude a llegar a tu lado. Perderme en tu pecho, morirme en tu sonrisa, dormirme en tus ojos…todo era tan sencillo.

Moví la montaña, paré el terremoto, y congelé el océano para que no volvieses a llorar. Juré hacerte feliz, pero apenas tuve tiempo…y prometo que lo hubiera conseguido. Si me dejas lo puedo conseguir, porque aquí dentro tengo un mundo entero en el que nunca hace frío y las palabras que se dicen son de verdad. Los pájaros también cantan como en aquella canción ¿los escuchas desde ahí? Te podré querer…como nunca lo he hecho antes. ¿Puedo…?

LANDSLIDE

¿De verdad que no ha servido de nada? Entonces sí es que no fue el momento perfecto. ¿Se puede ser más cruel? ¿Más idiota? ¿Más prisionero de lo que soy ahora? Prisionero de actos, palabras, frases hechas, inventadas… Prisionero por inventar un lugar de cristal tan frágil que los reflejos delatan cualquier perfección, que se agrieta por todas partes, que ninguno de los obreros pudo remediar, quiso remediar. Los cimientos me caen encima de repente sin haberme dado cuenta que tú decidiste marcharte. Te fuiste y me dejaste con una habitación llena de escombros afilados que se me clavan hasta cuando duermo. Se me llenan de recuerdos sonoros, visuales, auditivos… me persiguen allá donde voy. Espero que a ti también. Dicen que el cristal es irremplazable, irreparable, pero yo puedo conseguirlo. Yo puedo convertir esos escombros en un nuevo hogar para volver a empezar. Lo he logrado anteriormente y puedo volver a hacerlo ahora. Soy un artesano de ese material, puedo hacer cualquier figura, cualquier estructura… Es cierto que el proceso me hará sangrar y convertirá mis manos en víctimas de la humanidad llenas de cicatrices líquidas que solo curarán con el tiempo, pero creo que vale la pena el riesgo. ¿Quién no quiere un hogar como el que yo tengo fabricado en los planos de mi mente? Definitivamente yo sí. Cesó mi búsqueda y esta es la casa de mis sueños, la que me he propuesto construir. La dejaré sin puerta por si mi compañero de viaje vuelve para quedarse…

lunes, 7 de noviembre de 2011

HIR

Empiezo a pensar que la implicación extrema tiene tope y fecha de caducidad. Siempre empiezo mis proyectos o planes con ilusión, como si fuese un niño pequeño que empieza en la escuela descubriendo todo un mundo de diversión. Así comienza sus andaduras un apasionado como yo. Me estrujo el cerebro y me esfuerzo al máximo para que todo vaya viento en popa, para que el barco siga mi rumbo, el destino que yo he decidido. Lo limpio, lo pulo, lo abrillanto porque a todos nos gusta presumir de los que sabemos hacer mejor. Lo veo crecer, lo mantengo lo mejor que puedo. Estudio posibles cambios, modificaciones...lo sello con mi sangre...lo adorno con mi voz. Vuelvo a analizarlo y es entonces cuando creo que está preparardo para ser público, para contarle al mundo entero que puedo conseguir cosas...que ya no soy insignificante, que ya no lloro en cada recoveco. Pasa el tiempo y sigo con nuevas ilusiones, nuevos planes, nuevas ideas que surgen tras un sinfín de horas comiéndome el coco.
La vida desde el exterior parece más sencilla. Sentarse a mirar es gratis, satisfactorio...quizás la opción más fácil del planeta. Ahí es donde empieza el compromiso. El que da, espera recibir y el que recibe debería quedar satisfecho. Sin acción no hay emoción y mucho menos satisfacción. Si canto y nadie escucha, llegará el día en que me aburra de cantar. Si escribo y nadie lee ocurrirá lo mismo. Si actúo y nadie me mira, si hablo y nadie entiende, si debato y nadie opina... ¿Por qué se callan cuando hay tanto por decir? El tiempo nunca se pierde hasta que creemos que lo hemos perdido. Las ganas se van cuando no hay implicación y el que no participa pierde el derecho a exigir después. Quedan muy pocos que trabajen gratis y apaleados duele más el sacrificio. Valorar no ocupa más de unos minutos que al final terminarán malgastados mirando al techo.
Los hay que se pasan la vida observando aquel teléfono, esperando que suene una vez más. No se atreven a descolgar y tomar la iniciativa. ¿Acaso no queda nada por contar? Las inquietudes mueren en la mente, las palabras en los labios, las ganas en el corazón. Todo para al final acabar convertidos en cuerpos con ojos de cruces negras y cuerpos de venas azuladas sin opinión. Nos empujan al pasar, nos pisan al bajar y mantenerse es cosa de parlanchines únicamente. ¿Decir que sí cuando es que no? Y un cuerno...

CARCAJADAS

Pasa el tiempo a la velocidad del sonido y me voy percatando de todo aquello que huelo, veo, escucho, digo y toco. Me atrevo a decir que tengo un sexto sentido bastante desarrollado del que me fío en demasía y si me apuran tiro del séptimo que empieza a despegar. ¿Cómo? Ni yo mismo lo sé... Sin quererlo me encuentro ante un ego ya adulto, con pequeñas marcas en la cara de la vejez, con más experiencia que momentos felices y con el polo positivo a todo meter. Valoro las cosas por la coherencia, contenido o intención...y no por su escaparate porque al fin y al cabo todo en esta vida es pura matemática manipulable.... Me encuentro con demonios en mi profesión, en mi barrio, en mi entorno. En ocasiones mis ángeles me salvan de caer...otras veces me estrello sin remedio. Tras períodos sin actividad me encuentro cara a cara con la libertad, que osa retarme nuevamente en duelo de muerte. Esta vez utilizaré como arma mi sonrisa, que ha podido conquistar el sol hasta en los peores momentos. Si me río nada podrá ir peor. La risa atrae otra risa y nada puede destruir un ataque de cientos de risas, así que invito a todos a sonreír para siempre. Lograré vencer a cualquier fantasma invisible con mi nueva arma y ya nadie podrá negar lo que vale una carcajada.

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE