domingo, 27 de noviembre de 2011

SHAMELESS

La vida en sí no es otra cosa que fragilidad disfrazada de oportunidades y momentos. Una parte importante de la vida que me ha tocado vivir ha sido siempre el dolor. Dicho dolor viene provocado en extensión por heridas: grandes, profundas, pequeñas, sangrantes, infectadas…todas en su justa medida. Lo suficiente como para familiarizarme del todo en la materia y convertirme en un experto sin certificación. El tiempo juega un papel importante, ya que es el encargado de convertirlas en cicatriz. Tengo tantas cicatrices como heridas he sufrido. A veces se pueden ver a simple vista, otras se encuentran bajo mi ropa, y las peores de todas las llevo aquí dentro…en mis órganos, que cada día se hacen más viejos.



Pienso en las heridas que se van cerrando y se superponen unas a las otras impidiendo que algunas se cierren completamente. Cuando parece que están selladas del todo tiendo a huir. Evitar pensar en el objeto de mi sufrimiento…siempre creí que era “the right thing to do” o al menos lo que mejor me venía a mí. Me marchaba a otros países, a otras ciudades, donde se hablase un idioma diferente. Allí donde nadie conociera mis heridas, mis debilidades, mi gran talón de Aquiles: los lazos. Creí que en lugares ajenos y extraños podría salvarme, sentir menos dolor. Ahora despierto y descubro que todo es mentira. Aquellos lugares no son dolorosos, soy yo el carga el dolor y las cicatrices. He aprendido que las heridas siempre vendrán conmigo allá donde vaya y el único que puede hacer que desaparezcan de mi presente soy yo.


Ahora bien, creo que tengo conectado el lagrimal con el corazón y con mi cerebro de una manera tan sólida que no soy capaz de discernir cuál es cuál. No puedo olvidar, y de eso se han tratado estos últimos ocho años de mi vida, que pasaron de sentirme completo, a sentirme vacío. He intentado llenar ese vacío con amigos, con parejas, con títulos, certificaciones, con clases, con empleos, con infinidad de viajes, con todo lo que mi imaginación fue capaz de inventar. Pesa mucho decir que sigo sin poder olvidar. Sigo sin poder separar ese dolor que me persigue, esas cicatrices que mis ojos buscan constantemente. No importa el idioma que hable, si es con mi voz, con mis manos o con mi alma… no puedo.


Se me hace eternamente imposible olvidar todas esas cosas que me han azotado en el pasado, y que inevitablemente aún perviven en mi presente. Ni siquiera llenar mi cabeza de ocupaciones ha servido de nada. Me he pasado ocho años en prácticas de actor diciendo que sí y pensando que no. Sonriendo con ganas de llorar, susurrando cuando solamente quería gritar. Ocho años rechazando ayuda para no dar más lástima de la que ahora mismo me doy yo solo. Han pasado personas increíbles por mi vida que he dejado pasar sin saber por qué. Lazos que se han creado y destruido sin mi consentimiento. Vidas que he cambiado, hogares que he destruido, remordimientos que guardo dentro y por fuera se me reflejan como maldad. La sociedad me ve como un archivillano que no tiene empatía hacia nada que no sea sí mismo.


El destino, es la última oportunidad que me queda, para ser yo. No se trata de curar heridas, de esconder marcas. Ahora llevo mis cicatrices por fuera porque si no fuera por ellas no sería quien soy ahora mismo. Mi dominio del lenguaje no ha sido natural, no fluye como la magia. Mi conocimiento en materia de sentimientos viene forzado por dolor, tristeza, nostalgia. Escribo así porque mi corazón late, mis ojos parpadean y mis sentimientos resurgen y nunca mueren. No disfrazo oraciones y palabras para complacer oídos de extraños, las escribo por necesidad humana de expresarme. Es mi forma de ejercer mi derecho al voto, mi opinión democrática sobre cualquier temática que exista. Hablo de la vida, de la muerte, de mí…porque tengo experiencia. Hablo muchas veces sin saber, pero siempre sabiendo. Hablo, porque aunque nadie me escuche…en mi cabeza dejan de retumbar los martilleos del pasado…ese que muchas veces he intentado borrar.

No hay comentarios:

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE