lunes, 7 de noviembre de 2011

HIR

Empiezo a pensar que la implicación extrema tiene tope y fecha de caducidad. Siempre empiezo mis proyectos o planes con ilusión, como si fuese un niño pequeño que empieza en la escuela descubriendo todo un mundo de diversión. Así comienza sus andaduras un apasionado como yo. Me estrujo el cerebro y me esfuerzo al máximo para que todo vaya viento en popa, para que el barco siga mi rumbo, el destino que yo he decidido. Lo limpio, lo pulo, lo abrillanto porque a todos nos gusta presumir de los que sabemos hacer mejor. Lo veo crecer, lo mantengo lo mejor que puedo. Estudio posibles cambios, modificaciones...lo sello con mi sangre...lo adorno con mi voz. Vuelvo a analizarlo y es entonces cuando creo que está preparardo para ser público, para contarle al mundo entero que puedo conseguir cosas...que ya no soy insignificante, que ya no lloro en cada recoveco. Pasa el tiempo y sigo con nuevas ilusiones, nuevos planes, nuevas ideas que surgen tras un sinfín de horas comiéndome el coco.
La vida desde el exterior parece más sencilla. Sentarse a mirar es gratis, satisfactorio...quizás la opción más fácil del planeta. Ahí es donde empieza el compromiso. El que da, espera recibir y el que recibe debería quedar satisfecho. Sin acción no hay emoción y mucho menos satisfacción. Si canto y nadie escucha, llegará el día en que me aburra de cantar. Si escribo y nadie lee ocurrirá lo mismo. Si actúo y nadie me mira, si hablo y nadie entiende, si debato y nadie opina... ¿Por qué se callan cuando hay tanto por decir? El tiempo nunca se pierde hasta que creemos que lo hemos perdido. Las ganas se van cuando no hay implicación y el que no participa pierde el derecho a exigir después. Quedan muy pocos que trabajen gratis y apaleados duele más el sacrificio. Valorar no ocupa más de unos minutos que al final terminarán malgastados mirando al techo.
Los hay que se pasan la vida observando aquel teléfono, esperando que suene una vez más. No se atreven a descolgar y tomar la iniciativa. ¿Acaso no queda nada por contar? Las inquietudes mueren en la mente, las palabras en los labios, las ganas en el corazón. Todo para al final acabar convertidos en cuerpos con ojos de cruces negras y cuerpos de venas azuladas sin opinión. Nos empujan al pasar, nos pisan al bajar y mantenerse es cosa de parlanchines únicamente. ¿Decir que sí cuando es que no? Y un cuerno...

No hay comentarios:

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE